¿Y si gobierna Milei? Hasta a él le está cayendo la ficha

Hay dos gráficos que tienen que ver con la economía que importa mirar. El primero trata sobre el comportamiento del mercado de acciones, el Merval, medido en dólares, y llama la atención lo que sucedió en los últimos meses. A mediados de abril empezó a haber una suba que se detiene, y el valor de las acciones en dólares se planchó. Este mercado se estancó exactamente al día siguiente de las primarias. El otro gráfico que me interesa destacar tiene que ver con el riesgo país: se ve que venía empeorando, pero que de golpe pegó una gran subida y se estabilizó en un nivel alto, también después de las primarias. Es decir, los activos, los bonos argentinos se deterioran. Hay una mayor perspectiva de default. Pierden precio.

Esto significa que el mercado miró el resultado con preocupación. Y ¿por qué sucedió eso si ganó alguien que es fundamentalista del mercado? Es muy interesante escucharlo a Javier Milei con atención, porque sobretodo en exposiciones largas, se advierte que él tiene al mercado como un gran organizador de la compresión del mundo y no solamente de discusión económica, es más bien una filosofía que le permite entender el funcionamiento de cualquier realidad. Por eso ha dicho cosas que para quien no tenga esa forma de mirar, son escandalosas, como por ejemplo la compraventa de órganos. Él lleva el mercado a todos los planos de la vida. Pero, entonces, ¿cómo alguien tan pro-mercado, convencido de que el mercado es el gran organizador de la sociedad, produce esa reacción en el mercado?. Porque se abrió un interrogante sobre la política. Sobre la capacidad que puede tener un candidato que llega sin partido, que se construyó como candidato a presidente desde hace muy poco tiempo. Un candidato que hasta hace tres o cuatro años era solo un economista que participaba de paneles en la televisión o que daba conferencias. Ese personaje que se transforma de golpe en político, y que probablemente sea hoy quien más cerca está de alcanzar el poder en la Casa Rosada, ¿cómo va a hacer para gobernar?

El mercado no está mirando el programa económico del candidato más competitivo, sino que está mirando su capacidad política, su capacidad para gobernar. Y esto plantea un dilema no solo a la Argentina, sino al propio Milei.

Primero existe un dilema muy específico que tiene que ver con uno de sus mejores hallazgos en materia de marketing político, que es prometer una dolarización. La destrucción de la moneda nacional hace que el dólar se convierta en un bien muy apetecible que todo el mundo busca. Y Milei dice que va a dolarizar y que, dicho subliminalmente, no técnicamente, va a pagar en dólares.

El interrogante político afecta el discurso de la dolarización porque cuando a los técnicos que promueven la idea de dolarización en el entorno de Milei, cuando se les pregunta cómo van a hacer para dolarizar sin dólares, el argumento principal que esgrimen es que va a haber un shock de confianza tan importante que los activos en dólares que tenga la Argentina, aunque sean pocos, van a valer muchísimo más. Va haber un flujo de dólares al país, y eso va a permitir que con esos dólares se pueda comprar la inmensa cantidad de pesos que hay en el mercado. Es decir, la clave de la idea de la dolarización, no es una clave teórica, no se basa en números, sino en un hecho político que es que llegando Milei va haber un boom de confianza de los mercados.

Daría la impresión que si miramos los gráficos anteriores sucedió lo contrario. Lo que hay es una pérdida de confianza porque el mercado no está mirando los números de Milei, o los power-points que pueden presentar sus economistas, sino que está mirando su capacidad para administrar, su capacidad política. Y esto le plantea al propio Milei, y al equipo de campaña de Milei, un segundo dilema mucho más general que está en el centro de la carrera que tiene que correr hasta el 22 de octubre rumbo a la primera vuelta. Él llega hasta acá impulsado por una peculiaridad, por una “virtud”: lo que más gusta de Milei a quienes votan a Milei es que es un outsider que no tiene nada que ver con la política. Su activo es que no sabe de política. Es una persona común que viene a reivindicar a los comunes de los males de la política. Es alguien que va contra la casta. Ese es el segundo eslogan, muy exitoso, de marketing político de la candidatura de Milei: dolarización y casta. Desde la frustración y el desencanto público hace palanca para ir en contra de ese grupo.

Ahora él tiene que mostrar lo contrario, que tiene alguna conectividad con la política. Tiene que empezar a responder la pregunta que se hacen los mercados y que se hacen muchos votantes sobre la gobernabilidad. Y esto desmerece o relativiza aquel activo que era que no tiene nada que ver con nada de todo lo anterior.

Hasta ahora Milei había delegado su armado político y electoral en personajes secundarios de la política. Personas que se acercaron a él cuando nadie apostaba que podía tener una gran carrera. Cuando nadie imaginaba, probablemente ni él mismo, que iba a tener este resultado que tuvo el 13 de agosto. Y tuvieron esos colaboradores que armar listas en todas las provincias. Sobre todo en la provincia de Buenos Aires, en todas las secciones electorales de la provincia, en los municipios, con lo que había y con lo que encontraban. Muchos recurrieron a sus conocimientos de la casta. De la política convencional. Muchos candidatos de la política convencional, sobre todo del peronismo, le ofrecieron recursos humanos para armar esas listas. Y se llega ahora a situaciones insólitas.

En el Ministerio de Transporte de la provincia de Buenos Aires, un reino de Sergio Massa, como todo lo que tiene que ver con el transporte, donde el ministro es Jorge D’Onofrio, , hay una dirección Nacional de Administración, que está a cargo de María de Lourdes Giménez, una funcionaria que en su momento trabajó par Florencio Randazzo, y que la procesaron por manejos turbios con fondos de Naciones Unidas. De esa dirección depende la dirección de Servicios Auxiliares. Allí hay una directora: Sabrina Inés Sabat. O sea, funcionaria del Ministerio De Transporte de la provincia de Buenos Aires. En otras palabras, funcionaria del gobernador Axel Kicillof.

Sabrina Inés Sabat aparece como segunda candidata a diputada en la lista de una línea interna de La Libertad Avanza de la sección 5ta de Buenos Aires, con cabecera en General Pueyrredón, donde se llaman Libertad por Siempre. O sea, que la funcionaria de Kicillof aparece como segunda candidata a diputada y probablemente con posibilidades de entrar en la legislatura bonaerense, pero no de la mano de Kicillof, sino de la mano de alguien tan opuesto a Kicillof, como es Milei.

Supongo que es la misma persona. Lamentablemente no hay forma de comunicarse con la oficina de Sabrina Inés Sabat porque no contestan el teléfono. A las cuatro de la tarde ya no hay nadie y la única manera de comunicarse es mediante un mail que no contestan. Pero debemos suponer que es la misma persona. Y debemos suponer que alguien se pasó de vivo. El que colocó a Sabat en esta lista, o la propia Sabat que aparentemente tiene dos ideologías muy difíciles de combinar. Le pusieron gente a Milei que después va a responder a otras terminales políticas, en la Legislatura bonaerense en este caso.

En Santiago del Estero gobierna con mano férrea Gerardo Zamora, el gobernador que fue a ver a Cristina Kirchner, junto con el de Catamarca, Raúl Jalil, para pedirle que baje a Wado de Pedro y suba a Massa como candidato a presidente de Unión por la Patria. Convenció también a Alberto Fernández. O sea, que es el principal padrino, en el orden federal, de la candidatura de Massa.

En esa provincia mencionamos a dos personas: Juan Solaiman y Olga Ledesma. Los apoderados de una lista de diputados de un partido llamado Unión Celeste y Blanco que es el partido de Milei en la provincia de Santiago del Estero. Allí, obtuvieron 23% votos, encabezados por Bety Luján e Ítalo Cioccolani. Les fue muy bien ç, pero por alguna rareza, estos dos apoderados se olvidaron de oficializar la lista en la Justicia electoral. Con lo cual hoy, Milei carece de lista de diputados en la provincia de Santiago del Estero. La dieron de baja. ¿Se habrá enterado Milei de esto? Porque esto es obvio, aunque no queden pruebas materiales, que lo hizo Zamora, con quien muchos de estos dirigentes aparecen fotografiados en las campañas santiagueñas. Es decir, el peronismo zamorista, del radical Zamora le armó la lista a Milei, pese a que pertenece a Unión por la Patria.

¿Cómo no va a haber una crisis de representación en la Argentina? Cómo no va haber gente que diga que no va a votar en este sistema. Cuando la lista de La Libertad Avanza funciona, la dan de baja para favorecer a Massa que es socio de Zamora, no solo en el partido, sino en otros negocios, como la AFA. Esto abre un interrogante respecto de la capacidad política de Milei, y por eso Milei trata de dar respuesta a esto aún en detrimento de su condición de hombre que no tiene nada que ver con la política, que va en contra de la política, para limpiarla y regenerarla.

Tiene que empezar a mostrar gente distinta de la que armó estas listas, para responder al gran desafío que significa la probabilidad de que Milei el 10 de diciembre esté sentado en la casa de Gobierno. Así como Patricia Bullrich creyó necesario mostrar a un Melconián, Milei debe mostrar a un Melconián político.

Él ahora tiene sentado al lado a un ejecutivo, a un experto en administración, que ha manejado aeropuertos, que viene de Corporación América, la empresa de Eduardo Eurnekián. Ahí él conoció y se hizo amigo de un ejecutivo: Nicolás Posse, un ingeniero, que ahora es una especie de jefe de Gabinete. Además, trajo desde Estados Unidos a otra persona muy ligada a la política, con una amplia trayectoria al lado de Domingo Cavallo, mucho antes al lado de Francisco Manrique, al lado también de Daniel Scioli, donde fue el presidente del Banco Provincia: Guillermo Francos, que pasa a ser el eventual ministro del Interior de Milei. Probablemente para que no sigan ocurriendo estos disparates, Francos está viniendo a la Argentina. Calculamos que dentro de una semana, 15 días, volverá porque ya estuvo la semana pasada, y ya tomó contacto con varios políticos. Está tendiendo redes para darle algún sostén a lo que hasta ahora era una carrera de Milei por fuera de la política, lo que la volvía tan exitosa.

Milei se reunió con Gerardo Martínez de la Uocra. Allí hay un nexo que es un amigo de Gerardo Martínez y que Milei tiene como referencia: Juan Carlos De Pablo, el economista. Ambos estuvieron hablando de algo que llama mucho la atención del gremio de la construcción, que es un gremio sometido a los ciclos de actividad: un sistema de seguro de desempleo para aquellos que tienen empleo en determinado momento y lo pierden. Milei está pensando cómo llevar eso a escala general en medio de una reforma laboral, idea que comparten muchos expertos en esta materia en Juntos por el Cambio. ¿Se vio también o hubo alguna aproximación de Milei con Pablo Moyano? Signo de interrogación. No lo sabemos, pero se comenta eso en el mundo sindical.

Del mismo modo que se rodeó de gente controvertida en el mundo político, hasta ahora, lo mismo pasó en el campo judicial. Se le acercaron personajes que llevan el rótulo de operadores de la Justicia, sobre todo de la Justicia Penal Federal, que no es el lugar donde Milei va a tener problemas. Los problemas de Milei o eventualmente de Bullrich, si gana ella, están en el fuero Contencioso Administrativo, donde se preparan para un festival de cautelares si se producen las reformas que ambos candidatos están prometiendo. Ahí se acercó Alfredo Lijo, que es un operador de distintos jueces federales. O sea, alguien por el que habría que pasar para llegar a algún juez federal del que uno necesita una sentencia favorable, sobre todo si uno es culpable. ¿Hay algo que no se entiende? Alfredo es hermano del juez Ariel Lijo. También se acercó Santiago Viola, que estuvo procesado por una maniobra hecha en contra del juez Sebastián Casanello para demostrar, con pruebas falsas, que Casanello estaba en combinaciones con Cristina Kirchner y Lázaro Báez, y eventualmente sacarle la causa de Lázaro Báez para que caiga, según los intereses de Viola y de su mamá, Claudia Balbín, en el juzgado de María Servini de Cubría, muy amiga de ellos. Después a Viola lo sobreseyeron. Se trata de gente del submundo, del peor submundo de Comodoro Py, la que se acercó a Milei.

Ahora tiene que limpiar todo esto y Milei confía en un abogado a quien también conoció en Corporación América, que es Mariano Cúneo Libarona. Que sería alguien con el que él está hablando sobre la Justicia. Aunque no sabemos si lo está pensado como ministro de Justicia, Milei imagina que la relación con la Justicia la reducirá a un eje: Ministerio de Justicia – Corte Suprema de Justicia.

Por otra parte, ya tiene a alguien para pensar el tema social y eventualmente relacionarse con los movimientos sociales. Es muy probable que si uno mira todo lo que piensa y dice Milei, las principales víctimas de sus políticas van a ser los movimientos sociales, principalmente los de izquierda. Y la encargada de pensar este tema es Sandra Pettovello. Eso explica el acercamiento de Milei a los sindicatos. Si uno lo observa con detalle, Milei hace una gran apuesta al trabajo formal, en contra de los movimientos de desocupados, y está buscando una alianza con los sindicatos clásicos. Aparecen al lado de Milei economistas más renombrados. Curiosamente uno muy identificado con Macri, y con el gobierno de Cambiemos. Nada menos que el primer presidente del Banco Central: Federico Sturzenegger. Dicen en el entorno de Milei que está realizando algunos estudios sobre reformas que habría que llevar adelante.

Hubo una declaración muy importante la semana pasada de alguien que no da puntada sin hilo: Luis Barrionuevo. Dijo que lo ve a Milei ganando la presidencia y que probablemente lo haga en primera vuelta. No hay que olvidarse de que Barrionuevo fue el cerebro de la campaña de Wado de Pedro, a quien, como dijimos, Massa dio de baja en combinación con el gobernador Zamora. O sea que Barrionuevo puede estar también levantando una factura en contra de Massa. Lo cierto es que es un vínculo importante para alguien que necesita armar federalmente una maquinaria electoral.

Anteriormente dijimos que el elegido como gobernador en Córdoba, Martín Llaryora, está pensando también encontrarse con Milei, o con gente de Milei y que habría una reunión en los próximos días. Es significativo porque Llaryora entra en contradicción acá con quién sería hasta ahora el líder provincial, a quien él quiere reemplazar: Juan Schiaretti. Pero también en contra de Massa, que se ha rodeado de la familia De La Sota, para obtener algún voto en Córdoba, distrito que le resulta muy esquivo.

Francos estuvo en Buenos Aires viniendo desde Washington, donde se desempeñó como funcionario de este Gobierno hasta hace 15 días, delegado del Ministerio de Economía, el Ministerio de Massa, como director del Banco Interamericano de Desarrollo. Estuvo en Buenos Aires y habría tenido algún acercamiento con gente importante de la Cámara de Diputados. Presumo que con un diputado relevante de Juntos por el Cambio.

El problema de la gobernabilidad empieza a ser un problema central en la cabeza de Milei, y en este tramo de la campaña de La Libertad Avanza. Habrá que ver cómo hacen para garantizar esa gobernabilidad y generar alguna confianza, pero a su vez ocultarlo para que no parezca que los que vienen en contra de la casta en realidad ahora están siendo vehículos de la casta. Sobre todo de aquellos peronistas que presumen que van con Massa a una catástrofe electoral y que están buscando otra forma de reciclarse en el poder. Ya hay muchos peronistas, no sé si es el caso de Barrionuevo, que lo ven a Milei como una especie de nuevo Menem. Pero un Menem controvertido. Todavía sin jefatura. Al que le arman una lista y después se la bajan. Un Menem frágil, pero que le permitiría al peronismo, en su permanente cambio de piel, iniciar una etapa pro-mercado después de la larga etapa en la que los Kirchner fueron verdugos del mercado en nombre de la política. Vendría un peronismo verdugo de la política en nombre del mercado.

Como todos sabemos, la fenomenal carrera de Milei en las primarias produjo un problema enorme en la candidatura de Bullrich, que le ganó a Larreta, pero que perdió identidad. Cambia de significado por quedar como segunda de Milei. La ruptura, el cambio, el corte con todo lo anterior, la idea de reformas drásticas que saquen a la Argentina del estancamiento económico, que la emancipen del poder de las corporaciones que bloquean determinadas dinámicas económicas. Eso que quería representar Bullrich, ahora lo representa mejor Milei. Y ella, por yuxtaposición con Milei, queda como moderada. Bullrich está pensando de nuevo su candidatura en este sentido y va a empezar a caminar en otra dirección.

De hecho, vemos que trae al lado de sí a Carlos Melconian. Con todos los problemas que significó el desembarco de Melconian al lado de Bullrich, entre otras cosas por algunas torpezas del propio Melconian que dice que su equipo es Enrique Szewach, Daniel Artana… Pero ¿dónde están en ese equipo los que trabajaron hasta ahora con Bullrich, como Luciano Laspina, o los economistas de Juntos por el Cambio, como Lacunza? ¿Dónde quedó todo lo que se estaba trabajando hasta ahora dentro de esa coalición? Habrá que ver cómo los reincorpora Melconian. No es el principal problema. El principal problema es cómo va a ser la relación entre Melconian y Bullrich de acá al 22 de octubre porque corren el riesgo de transformarse en Massa y Alberto. El ministro de Economía en primer plano y el presidente en segundo plano, que es algo que a Bullrich obviamente no le va a gustar por una cuestión elemental de temperamento.

Pero ¿qué interesa de la presencia de Melconian? Lo que dijo apenas fue presentado como futuro ministro de Economía, en Córdoba. Dijo: “Yo no vengo por ajustes, vengo por soluciones”. Si uno empieza a mirar con detenimiento todo lo que ha dicho Melconian desde entonces hasta hoy, daría la impresión de que viene un Melconian gradualista, lo cual es una paradoja. Porque él mismo cuando evaluó los errores del gobierno de Macri en materia económica puso en el banquillo al gradualismo. Es un gradualista al servicio de una candidata que tiene que ir a buscar el voto de los que votan gradualismo, de los que votan a Larreta, a los radicales, a Lousteau. Esto es tan así que este fin de semana, Patricia Bullrich tuvo una reunión muy importante en Pilar con una infinidad de dirigentes radicales. Mostró lo que ella sabe que no puede mostrar Milei: un entramado político en el cual se sostiene, con partidos, organización y experiencia. En esa reunión hubo algunas definiciones muy interesantes, algunas claves de lo que sería la campaña de Bullrich de ahora hasta el 22 de octubre. Algunas las dio el principal asesor de Bullrich en materia de estrategia electoral, que se llama Derek Hampton, un exalumno, como tantos otros, de Jaime Durán Barba. Hampton habló delante de esos radicales y planteó algunas estrategias muy concretas. “Vamos a ir a buscar los votos no a cualquier lado, iremos a lugares donde en las elecciones del 2019 nos fue bien. Por ejemplo, en Mendoza en 2019 nos fue mucho mejor que lo que nos fue en la elección primaria. Esos que no nos votaron tal vez nos voten, hay una afinidad histórica con ellos”. Lo mismo pasa en la primera sección electoral bonaerense, como Vicente López, San Isidro etc. donde a Juntos por el Cambio le tendría que haber ido mucho mejor en las primarias. Es ir a buscar el voto donde hay cierta familiaridad previa, en una estrategia bastante similar a la que llevó Mauricio Macri con éxito, entre las primarias del 2019 y las generales del mismo año. Las “Caravanas del sí se puede”, que le permitieron recuperar muchísimos votos en contacto directo con la gente. La vamos a ver a Patricia Bullrich en las próximas semanas haciendo ese papel, siguiendo esa estratégica.

Hubo otro mensaje, en este caso conceptual, que se planteó en esa reunión con radicales que después Bullrich reiteró en algunas entrevistas: por primera vez se pone en tela de juicio la figura de Macri como presidente. “Hay cosas que hicimos mal en nuestro y las tenemos que revisar”, dijo. Después le preguntaron por el lugar de Macri y expresó, muy abiertamente, que no lo tendría en su gobierno. “Es alguien para consultar y en todo caso su lugar en JxC lo tiene que resolver Macri, no nos vamos a demorar pensando en eso”. Es una frase muy contundente de alguien que está suponiendo estratégicamente que parte del voto que no va a JxC se debe a cierto desencanto con lo que fue el último tramo de la administración de Macri. Esta es la nueva Patricia Bullrich reorientada, resignificada, a partir del resultado de las primarias.

Mientras tanto, hay ruidos raros, inconvenientes. Hablamos ya de la decisión de Jorge Macri de pedir cabezas en la administración de Larreta, antes inclusive de ganar la elección en la Capital Federal. Pasó algo similar, desagradable, alrededor de ese crimen absurdo, horroroso, conmovedor, de Mariano Barbieri en Libertador y Lafinur. Se le cargó ese tema en la espalda a Eugenio Burzaco, quien fue el dirigente del Pro, especialista en Seguridad, que rescató el Ministerio de Seguridad de Larreta en el momento en el que estaban atravesando una gran crisis por todos esos WhatsApp que salieron por una operación de espionaje del teléfono del anterior ministro de Seguridad, Marcelo D’Alessandro. A propósito: en uno de esos mensajes aparece Claudia Balbín, la madre de Santiago Viola, abogado ligado a Milei. Burzaco, que se hizo cargo de eso, viajó a Estados Unidos la semana pasada en nombre del gobierno porteño, con una agenda elaborada en combinación con la embajada de Estados Unidos. Es decir, una visita oficial, donde tenía reuniones de trabajo en Nueva York, y dos días en Washington. El lunes, como tiene un sobrino que está entre los principales 100 tenistas del mundo, fue inocentemente a ver un partido de tenis. Alguien le sacó una foto. A Barbieri lo asesinaron el miércoles a la noche, dos días después, pero comenzó una campaña dentro del Pro para plantear alguna responsabilidad de Burzaco, que estaba en Estados Unidos, con este crimen, de tal manera que aprovecharon cuando estaba en el avión para echarlo. No es un ejemplo de lo mejor de la política. ¿Quién está detrás de esto? No sabemos. Los que entienden mucho de la política porteña dicen que está Santilli, que curiosamente recuperó el Ministerio de Seguridad que había perdido cuando tuvo que ir a perder frente a Grindetti en la provincia de Buenos Aires. De hecho, el nuevo ministro de Seguridad que reemplaza a Burzaco, Gustavo Coria, es un hombre de Santilli. Y la segunda es una funcionaria porteña que se llama Genoveva Ferrero, que curiosamente es la novia del juez Lijo. Vuelven los Lijo por todos lados. Un final de la gestión de Larreta en la ciudad que, desde el punto de vista político, debería emprolijar.

Frente a todo este panorama, el que peor la está pasando, y es admirable el profesionalismo con el que es capaz de disimularlo, es Sergio Massa. Hay muchos síntomas de lo mal que está la situación de Massa. El primero se puede observar en este X que publicó este lunes con bastante dureza Alfonso Prat-Gay. “Salió el primer índice de inflación oficial de agosto: 12,1% mensual en Córdoba”. Y chicanea: “Ni Macri, ni la guerra, ni la pandemia ni la sequía: Massa lo hizo. Otra vez Cristina acertó con un candidatazo”. Es interesante porque Prat-Gay muestra el comportamiento de la inflación en Córdoba y nos está diciendo que la inflación nacional tendrá un comportamiento parecido. Nos está avisando que cuando conozcamos la inflación nacional de agosto por el Indec va a ser muy parecida a este pico que se ve en Córdoba y que alcanzó el 12%. Este es el principal problema de Massa porque significas el deterioro del salario. Y es la principal fuerza que impulsa Milei. Si uno quiere encontrar quién es el jefe de campaña de Milei no está en ninguno de los nombres que dimos, se llama inflación y dólar blue, que como sabemos están ligados. Milei sube en las encuestas mientras sube el blue y mientras sube la inflación.

El otro síntoma que vemos de que hay un problema en la campaña de Massa es el más contundente: que Malena Galmarini, su esposa, se tuvo que hacer cargo del comando de campaña y fue desplazado a un segundo plano Wado de Pedro. Las razones son muchas. La primera era obvia: Wado se tuvo que bajar de la carrera por la presidencia y Massa le ofreció la jefatura de campaña. Casi que le está tomando el pelo al pobre De Pedro. Dejalo que sufra en paz, ¿encima lo obligás a tener que hacer campaña por vos? También típico de Massa: con mucha picardía, suele hacer una de más. Lo cierto es que en plena campaña en contra de Grabois, De Pedro -que de cuestiones simbólicas entiende mucho, tanto como Cristina- le entregó su comando de campaña a Grabois. Todo este ruido terminó porque ahora la que se hace cargo de la campaña es Malena Galmarini. Quienes conocen la intimidad de Massa dicen que él recurre a su esposa cuando está muy mal. Malena está ahí, conociendo la personalidad de ella, para detectar traidores y castigarlos. Va a haber tensión en ese mundo.

Mientras tanto, se van sucediendo los negocios que suelen ocurrir en los finales de fiesta. Ya hablamos de la licitación del 5G, que como sabemos tiene que ver con tecnología de telecomunicaciones, en la que participan centralmente las tres principales telefónicas, Telecom, Telefónica y Claro y cada una tiene que poner 350 millones de dólares para quedarse con algo que cede el Estado que es un sector del espectro radioeléctrico, de las bandas de comunicaciones, a través de las cuales poder ofrecer esta tecnología superior al 4G, que es la que usamos habitualmente. Las empresas ya impugnaron políticamente esta licitación. Muchos la comparan con la que se está realizando en Colombia y estudian el precio en relación con la riqueza familiar de Colombia, y su capacidad para pagar los servicios, es decir, el retorno que tiene el negocio. La comparación les da que, si se aplicaran estos criterios a la licitación argentina, en vez de pagar cada empresa 350 millones de dólares, tendrían que estar pagando 145 millones de dólares. Aquí aparece la distorsión porque el Gobierno dice: “Yo te cobro 350 millones porque me los vas a pagar en pesos al dólar oficial”. Por su parte, las empresas argumentan que en los balances van a tener que anotar 350 millones de dólares y cuando haya otra licitación en la región les van a querer cobrar esa suma. Está trabado el proceso y probablemente termine en la Justicia.

Hay otra razón por la cual probablemente también termine en la Justicia. Tiene que ver con la Ley Federal de Responsabilidad Fiscal, que dice lo que puede hacer o no un gobierno e indica que en los dos últimos trimestres del año del final de un mandato está prohibido por cualquier disposición legal o administrativa la venta de activos fijos. El gobierno de Alberto Fernández está impedido de vender espectro radioeléctrico o de cederlo. Sobre todo esto último: porque está cediendo gratis parte del espectro radioeléctrico a la empresa estatal Arsat, que después podría asociarse con un operador privado, que no pagaría los 350 millones de dólares y haría un fenomenal negocio pasando por afuera de la licitación. Porque Arsat puede contratar sin necesidad de licitación a alguien que después compita. ¿Algún amigo de Massa? ¿Tiene amigos Massa en el mundo de las telecomunicaciones? Perdón, ¿José Luis Manzano tiene amigos mendocinos dentro del directorio de Arsat? Estás son preguntas muy interesantes para hacerse, dada la generosidad del Estado para cederle a esta empresa estatal un sector del espectro radioeléctrico que después sería operado por un privado. Algo que es ilegal, porque no se puede hacer en los últimos dos trimestres del final de un mandato. Es decir que por acá también tal vez se encuentran con Tribunales.

Hay muchas formas de encontrarse con Tribunales si uno mira en estos meses el comportamiento de los Massa. Por ejemplo, en la empresa de agua AYSA hubo una licitación para comprar 600 autos -ahora, cuando se están yendo- por 26 millones de dólares. Se hizo la reunión y se aprobó. Son nueve mil millones de pesos. Es el sueldo de todos los empleados de AYSA en un año. Lo aprobó Malena Galmarini. Curiosamente, el vicepresidente de AYSA, Martín Reibel, arquitecto, -probablemente el mejor amigo de Máximo Kirchner- se ausentó de la reunión y no firmó el acta. José Luis Lingeri, conocido por los amigos como el sindicalista-espía, ese día se olvidó de ir a la reunión de directorio y tampoco firmó. Ya ha tenido muchos problemas judiciales en su vida como para sumar otro. 26 millones de dólares para la compra de 600 autos a una empresa Lumiere en una licitación de última hora.

Se suma a esto el negocio de las vacunas del que ya hablamos. El Ministerio de Salud dejó de comprarle vacunas al fondo de vacunas de la Organización Panamericana de la Salud para llamar a licitaciones que sistemáticamente gana Hugo Sigman con Sinergium. Por ejemplo, la vacuna de la hepatitis A se la comprábamos a la Organización Panamericana de la Salud por 7,98 dólares. Ahora la ganó Sinergium, pero hay que pagarla a 9,25 dólares. Son 660 mil dosis pediátricas y 50 mil de adultos. Si uno hace la diferencia entre uno y otro son más o menos un millón de dólares.

No es el único problema de Massa, también está cercado por el kirchnerismo. No puede ni contratar las empresas para hacer focus group que le asignan empresas ligadas a La Cámpora y esos estudios le dicen siempre lo mismo: “Te tenés que parecer más a Cristina; homenajeás poco a Cristina”. Pero Cristina no aparece y ese es un problema también, porque a Massa lo pusieron para dejarlo solo y lo dejaron solo en el conurbano, donde los votantes más ligados al kirchnerismo miran a Cristina y no la ven. Buscan a Cristina y no la hallan. Con un problema: Milei empieza a arrastrar votos en esa sociología, sin clientelismo. Nosotros mostramos hace dos lunes la encuesta del CIAS, de Rodrigo Zarazaga, que mostraba que entre los jóvenes de menos de 25 años de las villas del conurbano bonaerense Milei pasaba de tener 7% a tener 21% y Massa caía.

Hoy hay una disputa por el voto de los pobres y de los jóvenes pobres en el conurbano bonaerense y esa disputa no la abre el kirchnerismo, la abre la Iglesia. Esto es lo que va a ocurrir este martes: “Misa en apoyo al Papa Francisco y a los más pobres de nuestra patria”. Se leerá una declaración. Esta misa, con el aval del arzobispo de Buenos Aires Jorge Ignacio García Cuerva, se hará para repudiar declaraciones de Milei de hace dos años, cuando dijo poco menos que el Papa era “el maligno” porque difundía el comunismo por el mundo. Ahora los curas villeros reaccionan, no con una declaración sino con una misa. Esto genera ruido en muchos católicos: ¿administrar un sacramento para repudiar a alguien? ¿No hubiera sido mejor una declaración y no una misa? Es un respaldo fenomenal al Papa, pero además es un respaldo a las ideas del Papa contra las ideas de Milei.

Alfonso Prat-Gay dice en ese tuit: “Otra vez Cristina Kirchner eligió a un candidatazo. En 2015 había elegido a Aníbal Fernández, era la época en la que él era calificado como “La Morsa”. Eso le valió que los curas de las villas hicieran, subliminalmente, una campaña en contra de Aníbal Fernández a quien tenían caracterizado como alguien, por lo menos, tolerante con el mundo de la droga. ¿Se lanza lo mismo ahora en contra de Milei? Hay una disputa ideológica por el voto de los pobres en la cual Cristina Kirchner está ausente, pero aparece el Papa.

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