En medio de la inminente siembra de trigo, una consultora interrogó a sus clientes sobre las intenciones de siembra respecto del cereal y la conclusión fue categórica: la implantación caería un 46%. Si esto, además, se traslada a la superficie a nivel nacional, el área total, de cumplirse esa previsión, podría derrumbarse para convertirse en el tercer peor registro de los últimos 50 años.
El dato pone de relieve una situación aún no resuelta pese a que se han reactivo las precipitaciones: amplias regiones siguen sin recuperar sus perfiles de humedad necesaria para llevar adelante las labores. Sobre esto justamente hizo foco una consulta que hizo Globaltecnos entres sus distintos clientes. Allí creen que medidas que impulsen el cultivo y un cambio “abrupto” de perspectivas podrían torcer la situación.
“Tomando como datos las zonas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y los perfiles [de humedad] publicados por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y las intenciones de nuestros clientes, si la siembra arrancaría hoy caería en un 46% con respecto a la campaña de hace dos años”, dijo Sebastián Gavaldá, presidente de Globaltecnos. Aclaró que no se hizo la comparación contra el ciclo pasado, que fue una campaña muy afectada por el fenómeno climático de La Niña, que ocasiona lluvias por debajo de lo normal.
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En 2021/2022, la siembra nacional se ubicó en 6,7 millones de hectáreas y ahora, según la previsión de la consultora, de trasladarse la merma en la intención de siembra de sus clientes al resto de los productores la superficie podría ubicarse en 3,58 millones de hectáreas.
Si se registrara esa marca, sería la tercera campaña con la siembra más baja de los últimos 50 años. Se puede comparar con los ciclos 2009/2010 [3,55 millones de hectáreas] y 2012/2013 [3,16 millones de hectáreas]. “Nosotros calculamos las hectáreas que no están en condiciones hídricas para ser sembradas”, señaló Gavaldá.
“De confirmarse esta tendencia, en las próximas semanas el impacto sería muy importante para toda la cadena, comenzando con los productores que no tendrían el ‘puente financiero’ que siempre otorga el trigo”, agregó. El consultor remarcó otro punto no menor: los contratistas tendrían unos 2 millones de hectáreas menos para sembrar y cosechar. Tampoco habrá fletes.
Vale recordar que la semana pasada, aunque para la zona agrícola núcleo, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyectó una caída del 50% en la siembra del cereal, a 650.000 hectáreas para esa región. La entidad alertó en ese reporte que el inicio de campaña es el más seco de los últimos 15 años.
“Si abril hubiese cumplido con la media (120 mm) de lluvias y mayo estuviese acompañando con pronósticos de tormentas, se estaría ante la proyección de una siembra récord, con casi 2 millones de hectáreas como intención para el ciclo 2023/24. Lamentablemente, con solo el 30% de las lluvias de abril y pronósticos muy desfavorables hasta el 10, e inclusive al 15 de mayo, el escenario para la siembra de trigo se presenta como el más seco de los últimos 15 años”, apuntó.
Por su parte, para el nivel nacional la Bolsa de Cereales de Buenos Aires pronosticó una expansión de 600.000 hectáreas, a 6,7 millones de hectáreas. Crecería un 4,7% por encima del área promedio de las últimas cinco campañas y sería la segunda, junto con el ciclo 2021/22, de mayor registro de los últimos 22 años (en 2001/02 hubo 7 millones de hectáreas). La Bolsa prevé una expansión siempre que acompañe el clima.
En tanto, Gavaldá insistió sobre la cuestión de la humedad para los suelos. Dijo: “Es bien sabido que la Argentina está atravesando la peor campaña de su historia en cuanto a rendimientos en sus principales cultivos. Pensando en la campaña nueva y, sobre todo, en el pronto inicio de la fina [por la campaña de trigo] las noticias no son alentadoras. Si uno toma los perfiles de suelo de esta semana, en buena parte de Argentina no existen reservas mínimas para arrancar las siembras y las lluvias necesarias para revertir esta situación están lejos de lo que los suelos necesitan”.
Ayer, un informe de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) de la Secretaría de Agricultura indicó: “La zona núcleo continúa con condiciones deficitarias de humedad en el suelo, a pesar de que en el este de la misma se registraron algunas lluvias [en los últimos días]”. Luego amplió: “Las lluvias registradas en el noreste de Buenos Aires, sur de Santa Fe y sudoeste de Entre Ríos no parecen haber sido suficientes como para que el área salga de la categoría de déficit hídrico. Esto es, tomando en cuenta la reserva profunda (1 metro)”. Y agregó: “Para la semana que comienza no se prevén precipitaciones, con excepción de la cordillera patagónica”.
Medidas
Como trascendió desde esferas oficiales, el Gobierno está analizando medidas para impulsar la siembra de trigo. Para Gavaldá, una buena medida podría ser eliminar las retenciones.
“Pensando en el año electoral, un buen anuncio de los candidatos sería la baja de derechos de exportación a cero, algo que se va a dar por defecto ya que los ingresos por retenciones van a ser nulos por lo comprometido este año que pasó para la próxima campaña”, señaló. En rigor, vale recordar que, con la pérdida de 10 millones de toneladas en el último ciclo, el Gobierno hizo una reprogramación de embarques.
“Hay mas de 7 millones de toneladas que ya pagaron derechos de exportación esta campaña y pasarían a la próxima, con lo cual las cuentas dan muy justas. Entre consumo interno y exportación la demanda mínima sería de 14 millones de toneladas con un área que caería más del 40%”, precisó.
“Aunque entramos en los meses del año que menos llueve, quizás alguna lluvia pueda mejorar los perfiles; también algún productor que arriesgue la siembra pensando en lluvias en primavera puedan cambiar este panorama, aunque sea moderadamente. Queda poco tiempo, esperemos tener un cambio abrupto de perspectivas, los productores, la cadena comercial y el país lo necesitan”, opinó.