Un encuentro reservado entre Rossati y el kirchnerismo destrabó el acuerdo para suspender y llevar al jury al juez Bento

A las 9 de la mañana, cuando los 19 consejeros de la magistratura llegaron al edificio donde se hacen las reuniones plenarias, frente al Teatro Colón, la votación para suspender e iniciar el jury al juez federal Walter Bento iba destinada al fracaso. No se habían conseguido 13 votos, los dos tercios necesarios para que prosperara la acusación.

Había a esa hora tres dictámenes diferentes y de seguir así, todo iba a terminar empantanado o, en el mejor de los casos, en una postergación.

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El primer dictamen era el original, que ya estaba aprobado en la Comisión de Acusación, que proponía avanzar con la suspensión y el jury. Había sido elaborador por el consejero Miguel Piedecasas, radical en representación de los abogados:

El segundo dictamen era el que había elaborado el kirchnerista Rodolfo Tailhade que proponía la suspensión y el jury, pero sin atar la acusación a la causa penal contra el juez Bento. Tenía 140 carillas y ninguno de los otros consejeros lo había leído en profundidad esta mañana.

El tercer dictamen era del juez Alberto Lugones, que integra la Lista Celeste, la misma de Bento, que proponía el jury pero no la suspensión del magistrado y cuestionaba que se consideraran causales de mal desempeño contra el juez el haberse comprado un Rolex, dos bicicletas de montaña de competición o que hubiese alquilado una limusina en Las Vegas mientras se fotografiaba tomando champagne a bordo.

El presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, que también preside el Consejo, tiene de buen diálogo con el consejero que representa al Poder Eejuivo, Gerónimo Ustarroz, hermano del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Lo llamó y le pidió que convocara a Tailhade a una reunión en la oficina de presidencia.

Llamaron asimismo a Piedecasas y a Lugones. Los cuatro trabajaron en buscar puntos de acuerdo en esos tres dictámenes para transformarlos en uno solo. Se barajó la idea de votar los tres, pero esa alternativa iba sumar confusión a la hora de que el juez tuviera que defenderse.

Una vez que hubo consensos mínimos, los letrados de cada vocalía se quedaron trabajando en la redacción unificada de un solo dictamen. Lugones se sumó a la idea de la suspensión y dejó de lado sus diferencias en este punto, dado que los otros 18 consejeros habían logrado un acuerdo.

Contrastó el consenso en el cuerpo, cuando el 10 de mayo pasado, hace 20 días, el kirchnerismo se levantó de una reunión del Consejo de la Magistratura con críticas airadas a Rosatti luego de que la Corte suspendiera las elecciones del domingo 14 en Tucumán y San Juan. “Repudiamos la presidencia de Rosatti”, dijo Tailhade en ese momento, antes de levantarse junto con Ustarroz, la diputada Vanesa Siley, el abogado Héctor Recalde y la senadora Inés Pilatti de Vergara.

En la mañana de este miércoles el clima era otro. La redacción nueva del dictamen llevó tres horas. A las 12.30 se pasó para la firma el nuevo dictamen por cada despacho y fue suscripto por todos de manera presencial, excepto por Vanesa Siley, que participó del plenario de manera virtual, desde el Instituto del Diagnótico, donde está siendo atendida por una dolencia en las amígdalas.

Con el documento firmado, se inició el plenario que votó por unanimidad la suspensión y el jury a Bento. Tanta ansiedad había que su tratamiento estaba en el octavo lugar en el orden del día, pero se trató en séptimo lugar, dado que los consejeros ya habían iniciado la discusión. Hubo consenso y festejos ante tanta armonía.

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Todos hicieron discursos celebrando la coincidencia. Rosatti levantó la sesión a las 14, refiriéndose con ironía a ese clima: “Antes de que nos peleemos demos por finalizado esto, que ha sido de una concordia inesperada pero celebrada”.

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