Luego de la audiencia realizada hoy en el Ministerio de Trabajo, la Federación Sindical Marítima y Fluvial (Fesimaf) declaró un cese de actividades en todas las empresas de remolque a partir de las 14. De esta manera, quedan paralizados todos los puertos del país. “Ante la intransigencia de la Cámara Argentina de Remolques, los gremios tomamos la decisión de continuar con nuestro plan de lucha”, indicaron en un comunicado.
Por cuestiones de seguridad, se sacará solamente a los buques petroleros de las terminales inflamables. “Estos movimientos serán únicamente realizados por la empresa Svitzer”, aclararon. A su vez, la misma empresa estará a cargo de realizar los ingresos y salidas de los buques metaneros en los puertos de Escobar y Bahía Blanca.
La Fesimaf está integrada por las siguientes agrupaciones: el Centro de Capitanes de Ultramar y oficiales de la Marina Mercante, el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), el Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y Cabotaje Marítimo, la Asociación Profesional de Capitanes y Baqueanos Fluviales, el Centro de Jefes y Oficiales Navales de Radiocomunicaciones, el Centro de Jefes y Oficiales Maquinistas Navales, el Sindicato de Electricistas Navales y el Centro de Comisarios Navales.
Antecedentes
Meses atrás, en Rosario, un conflicto gremial paralizó al puerto y no permitió la carga y descarga de contenedores. La medida amenazó a una buena parte de la producción de industrias que necesitan de los insumos de uso difundido, productos perecederos y críticos que, debido a esta problemática sindical, no podían moverse por el país o embarcarse.
Este conflicto se produjo como consecuencia de una serie de despidos realizados por la concesionaria de los muelles 1 y 2 del puerto santafesino, Terminal Puerto Rosario (TPR).
En ese momento, la UIA emitió un comunicado en el que denunció que la parálisis de la terminal, que es una de las vías principales del circuito logístico hacia el exterior, perturbaba seriamente la operatoria de comercio exterior, generando el doble perjuicio de impedir el abastecimiento local y el ingreso de divisas al país.
Asimismo, la entidad fabril enfatizó que hay empresas argentinas –particularmente cerealeras, alimenticias, automotrices y exportadoras de electrodomésticos– que tenían compromisos de ventas y plazos acordados con clientes del exterior a los que no pueden responder, “generando paradas de producción, riesgos de pérdidas de mercados de exportación e incluso sanciones por el incumplimiento de los compromisos asumidos”.