Horacio Rodríguez Larreta, precandidato a presidente de Juntos por el Cambio, formalizó ayer al gobernador de Jujuy y jefe de la Unión Cívica Radical (UCR), Gerardo Morales, como su compañero de fórmula para competir en las PASO del 13 de agosto próximo. Lo hizo a menos de 48 horas de que finalice el plazo para la inscripción de las listas y poco después de que Patricia Bullrich, su principal contrincante en la interna de la coalición opositora, anunciara que el radical Luis Petri será su postulante a vice.
Larreta y Morales hicieron oficial su acuerdo para confluir en los próximos comicios durante un acto en el salón La Escondida de Palermo, donde estuvieron rodeados de unos cien ciudadanos que participaron del plan “listas abiertas” de Pro en la Capital. El flamante binomio se presentó con promesas de diálogo y como una alternativa a Unión por la Patria, el espacio del oficialismo. Ambos aspiran a construir un gobierno de coalición en el que se integren la Coalición Cívica, Miguel Ángel Pichetto, los libertarios de José Luis Espert y el peronismo no kirchnerista. De hecho, fueron los promotores del operativo para sumar a Juan Schiaretti a JxC. Pese al fallido desembarco de “el gringo”, insistirán con el plan de ampliación. Así creen que tendrán más chances de estabilizar la economía frente a la profunda crisis y darle sustentabilidad a un paquete de reformas estructurales.
No es casual que Larreta haya optado por un eslogan de campaña ligado al largo plazo: “hagamos el cambio de nuestras vidas”. El frente de Bullrich, en tanto, apostará por la denominación “La Fuerza del Cambio”. “Este año tenemos una oportunidad única de dejar atrás el chamuyo, la mentira, la violencia, y elegir por primera vez el camino de la acción, de los hechos, de los resultados concretos, de las soluciones. Y sobre todo, el camino de la tranquilidad y de la paz”, enfatizó Larreta, quien elogió a Morales, su nuevo partenaire, por su trayectoria legislativa y su experiencia en la gestión.
Considera que el jujeño le aporta “federalismo” y credenciales de gestión para una silla clave en el engranaje de poder como la presidencia del Senado. Allí se requiere muñeca para negociar y recopilar votos. “Gobernabilidad y carácter”, resumen en el larretismo.
La decisión de Larreta de nominar a Morales como su vice no fue una sorpresa. El pacto ya estaba sellado hace tiempo, pero la oficialización se demoró debido a la crisis que atravesó Morales en Jujuy a raíz de las violentas protestas contra la reforma de la Constitución provincial. El jefe porteño no dudó en sostener a Morales, que concluirá su segundo mandato en diciembre próximo. Al contrario, cree que salió fortalecido del conflicto en su distrito. Ayer, destacó su temple para enfrentar a los “violentos” y su lucha contra Milagro Sala, líder de la Tupac Amaru y aliada del kirchnerismo. “Es un hombre valiente al que nunca le tembló el pulso para defender sus convicciones”, subrayó Larreta.
Tanto el postulante de Pro como Morales resaltaron el contraste con sus adversarios del sector de Bullrich y el expresidente Mauricio Macri, quienes pregonan recetas liberales y sostienen que JxC debe tener una identidad clara y adoptar posiciones más duras de la derecha para enfrentar al kirchnerismo, sobre todo, ante la irrupción de Javier Milei. “La gente ya decidió que quiere un cambio profundo, por eso el kirchnerismo ya fue. Es parte de la historia que queremos olvidar en la Argentina”, apuntó Larreta.
A su turno, Morales destacó sus coincidencias con el jefe porteño y el precandidato a presidente y valoró la confluencia entre el radicalismo, una fracción de Pro y sectores de JxC, como la CC o Espert. Remarcó que el país requiere “restablecer orden democrático en la vida cotidiana de las personas”. “Necesitamos, a partir del diálogo construir soluciones para nuestro pueblo, apostar a recuperar la cultura del esfuerzo y del trabajo, que es lo que nos dio identidad”, apuntó Morales.
Los principales estrategas y armadores políticos de Larreta y Morales, como Federico Di Benedetto, jefe de campaña del referente de Pro, o Guillermo “Willy” Hoerth, mano derecha del jujeño, entre otros, siguieron de cerca la presentación. En los comentarios entre bambalinas, los asesores y colaboradores de los postulantes comentaban las últimas novedades de las frenéticas negociaciones por el cierre de listas. Uno de los temas de conversación era el eventual desenlace de las tratativas que llevan adelante Larreta y Morales para convencer al médico Facundo Manes que decline su postulación a presidente y compita como candidato a senador nacional en Buenos Aires. “Se viene 48 horas arduas. Habrá más novedades”, comentaron cerca de Larreta. Entre los estrategas larretistas y radicales había desconcierto por la idas y vueltas del neurólogo.
Al sellar su acuerdo con Morales y su socio táctico, Martín Lousteau, el jefe porteño se garantizó el respaldo de un sector mayoritario de la UCR. “El radicalismo está con Gerardo y Horacio. Petri no existe”, se jactan los laderos del jujeño. Larreta luce conforme con el cierre, aunque lo desvela la situación de Manes. Esa negociación traba el esquema bonaerense de Larreta y Santilli. También tuvo que desactivar un conflicto con Elisa Carrió, quien pretende que Maximiliano Ferraro presida la lista de diputados nacionales en la ciudad. Larreta quería colocar en ese sitio a Soledad Acuña, ministra de Educación. Ferraro se encamina a quedar al frente de la nómina. Acuña, que suena como posible vice de Jorge Macri o Lousteau, no irá como legisladora, pero tendría un lugar preponderante en la boleta de Larreta.
Antes de irse del predio de Palermo, Morales, que estuvo acompañado por su esposa, Tulia Snopek, y su hija, Guadalupe, dialogó con LA NACION mientras abordaba la camioneta para dirigirse a su primera actividad como candidato a vice de Larreta.
-¿Cuáles son los términos del acuerdo con Larreta? ¿La UCR tendrá ministerios en un eventual gobierno?
-Va a ser un gobierno de coalición. Tenemos un programa. Estamos mejor preparados que en 2015, y con toda la energía para arreglar todo el desquicio que nos va a dejar el Frente de Todos. Con esa energía vamos a estar trabajando.
-Manes insiste en que competirá, ¿confía en llegar a un acuerdo con él?
-Hay diálogos con él, pero vamos a ver.
-Manes dice que el radicalismo debe tener un candidato a presidente y no diluirse en la interna de Pro. ¿Por qué se bajó?
-Venimos haciendo esfuerzos. Intenté que unifiquemos varias veces mecanismos y hagamos internas abiertas, pero siempre ha habido una negativa. Llegamos a este punto porque desde hace un mes hay juntas promotoras apoyando a este u otro, debilitando al partido. Y hay sectores del partido que también han buscado debilitar al radicalismo. Entonces, acá encontramos la posibilidad de formar parte de un espacio donde va a estar la mayoría del radicalismo, que tiene un pensamiento para parar la coalición en el centro, con vocación de diálogo y lograr la mayor masa crítica posible para resolver los problemas de los argentinos, pero también firmeza para tomar las decisiones.
-Usted tiene sintonía con Larreta y Lousteau, pero las diferencias con Bullrich son evidentes. ¿Deben consensuar reglas de juego y unificar una narrativa para la campaña?
-Creo que va a enriquecer ese debate de posiciones e ideas, sin descalificaciones. Tenemos que demostrar madurez política en ese sentido. Todos nos respetamos. Y, además, formamos parte de ese mismo proyecto que quiere ese cambio en la república argentina. Tenemos que recuperar la clase media, la cultura del esfuerzo y trabajo y restablecer el orden en la vida cotidiana de las personas.
-¿La principal diferencia con Bullrich es la velocidad de las reformas o el coqueteo con Milei?
-No sé. Con Milei estamos lejos.
-¿Milei pierde fuerza por la falta de estructura?
-Creo que sí. Le renuncia gente y le denuncia cosas. No me quiero meter en la vida de ese muchacho.
-¿Van a intentar un acuerdo con Schiaretti antes del cierre de listas?
-Vamos a dialogar con todo el mundo.