La Secretaría de Finanzas llevará adelante hoy un nuevo canje de deuda con el objetivo de despejar la concentración de vencimientos de títulos en pesos que hay hasta septiembre. Son alrededor de $9,5 billones, de los cuales se calcula que al menos el 55% está en manos de entes públicos –Banco Central (BCRA), Banco Nación y Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses–.
Para atraer a la mayor cantidad de inversores, el Tesoro ofrecerá nuevos títulos duales a vencer a partir de agosto de 2024, que ajustarán según la variación del tipo de cambio oficial o la inflación (la variable que más convenga al momento del nuevo vencimiento).
“Estimamos, basándonos en datos oficiales, que entre el BCRA y el FGS tienen el 56% de todos los títulos elegibles en circulación y que, sumando otros entes estatales, el propio sector público tiene el 70% de los $9,5 billones que se canjean. Del 30% que está en manos del sector privado, los fondos comunes de inversión (FCI) tienen el 8% y los bancos privados tienen el 7% (teniendo en cuenta la información de los balances de marzo 2023). Entre esos dos actores explicarían la mitad de la tenencia privada de los títulos elegibles”, estimaron en la consultora 1816.
Dados estos números, la consultora prevé que el piso de aceptación del canje podría ser alto, en torno al 75%. “En el caso de los FCI, suponemos que la aceptación será más bien baja, igual que en el canje de marzo, básicamente por el perfil de los fondos argentinos, que tienen baja duración”, comentaron.
El canje le permitirá a la Secretaría de Finanzas no solo despejar vencimientos, sino también poder enfocarse después en renovar los remanentes de deuda pública en pesos, con la posibilidad de conseguir más financiamiento para cubrir el déficit fiscal, que aumentó debido al derrumbe de la recaudación por efecto de las menores exportaciones tras la sequía.
En los primeros meses del año, sin embargo, la deuda del mercado interno no alcanzó para cubrir el déficit del Estado y el Ministerio de Economía debió recurrir en mayor medida a las transferencias directas del Banco Central. Asimismo, la entidad monetaria también colaboró con el financiamiento del Gobierno de manera indirecta, al comprar títulos en el mercado secundario y darle liquidez a los inversores para que vuelvan a participar de las licitaciones de deuda del Tesoro.
“El déficit fiscal de abril (publicado en mayo) volvió a sorprender por su elevada magnitud y explicó por qué la asistencia monetaria del Banco Central al Tesoro (única meta del acuerdo con el Fondo que nunca se incumplió) sobrepasó el target trimestral fijado para fines de junio. Sin embargo, el endeudamiento en moneda doméstica siguió aportando recursos frescos al fisco. El financiamiento neto que obtuvo el Tesoro durante el quinto mes de 2023 fue el mayor del año: sin colocar instrumentos a tasa fija, pudo patear buena parte de los vencimientos para después de los comicios”, analizó la consultora Equilibra.
En concreto, el déficit primario acumulado en el primer cuatrimestre fue de 0,6% del PBI, un monto que duplica en términos del producto el del mismo período del año pasado y se asemeja al de los primeros cuatro meses de 2017, cuando el rojo fiscal del año finalizó cerca del 4% del PBI.
“La profundización del desbalance fiscal se debe mayormente al impacto de la sequía sobre la recaudación de impuestos al comercio exterior (la pérdida de producción agrícola impacta en las exportaciones y los mayores controles de importaciones por la escasez de divisas reducen [el cobro] de los aranceles). Por este motivo, los números de Hacienda están yendo inevitablemente en sentido contrario a la meta fiscal (que pautaba un déficit anual de 1,9% del PBI)”, dice Equilibra.
Es por ello que, en línea con el deterioro fiscal, el Gobierno requirió en los últimos meses más asistencia directa del BCRA, llevándolo a incumplir también esta meta. En marzo se realizó el primer giro de adelantos transitorios ($130.000 millones), compatible con el objetivo del primer cuarto del año. En abril hubo una segunda transferencia por $100.000 millones y en mayo hubo tres operaciones por un monto total de $440.000 millones. “Así, los adelantos transitorios acumulan a mayo 0,4% del PBI y duplican la meta del Fondo, que pone un límite de 0,2% del PBI para el primer semestre (y de 0,6% del PBI para todo el año). Al Tesoro le resta un mes del trimestre, en que podría devolver adelantos transitorios por el excedente y no incumplir con la meta del FMI, pero no creemos que esto suceda”, estimaron en Equilibra.
Pese a estos incumplimientos, en la consultora destacan la performance financiera del Tesoro, que volvió a ser favorable y pudo renovar todos los vencimientos de capital e intereses de deuda en moneda doméstica y consiguió, además, un importante monto de financiamiento neto.
“Los vencimientos mensuales de deuda en moneda local alcanzaban el billón de pesos, en un marco de incertidumbre por la escalada de los tipos de cambio financieros y la cercanía de los cierres de candidaturas presidenciales. Más aún, tras el último canje de deuda del mes de marzo, buena parte de los vencimientos de este mes estaban en manos privadas. En ese contexto, la Secretaría de Finanzas decidió innovar en el menú de instrumentos que ofreció a los inversores y obtuvo buenos resultados, consiguiendo más de $1,5 billones de valor efectivo ($500.000 millones de financiamiento neto, un porcentaje de rollover de 147%)”, concluyó.