Alertan que una medida del Gobierno haría perder precios y peso internacional al país

Los productores podrían verse afectados en los precios y, por su parte, la Argentina perder presencia en el mercado internacional en el marco de una cosecha que estuvo impactada por la sequía.

Ayer, luego de que en noviembre pasado postergara por 360 días embarques de trigo del período diciembre a febrero, el Gobierno hizo una extensión. Con la resolución 140 de la Secretaría de Agricultura, que llevó la firma del titular del área Juan José Bahillo, se concedió una prórroga automática excepcional de 360 días corridos a las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) “con inicio de embarque comprendido entre el 1 de diciembre de 2022 y el 31 de julio de 2023″.

Tras la medida, fuentes de la agroexportación la defendieron: dijeron que esto es por embarques que habían quedado pendientes y que no había mercadería. Señalaron que se registraron muy pocos despachos para marzo y que las empresas del sector habían solicitado tener las mismas condiciones que tuvieron otras hasta febrero.

“Es una catástrofe”: empezaron a cosechar y se encontraron con algo peor a lo esperado

En este contexto, en el sector privado se hicieron varias lecturas sobre su impacto. “Nuevamente se prorrogan las declaraciones juradas de trigo pan que los exportadores no han podido utilizar por las restricciones a las exportaciones [existen volúmenes llamados de equilibrio que no se pueden superar] con el objetivo de tener un mayor abastecimiento en el mercado interno. Un costo que, sin duda, lo pagará el productor, ya que es evidente que los precios internos siguen aumentando; otra medida que no brinda los resultados esperados. La participación del trigo en el valor del pan es solo un 13%; por cada kilo de pan que compramos más de 250 gramos son de tasas e impuestos”, dijo Ernesto Ambrosetti, consultor en agronegocios.

Ariel Tejera, de Grassi SA, señaló que con la nueva norma se ampliaron los compromisos comprendidos hasta el mes de julio por 360 días. “Repasando, el acumulado de DJVE era de 8,6 millones de toneladas, de las cuales solo se han embarcado 2 millones de toneladas. Esta medida resta tracción en precios en el mercado interno al desactivar la participación de la exportación. No es bueno para los precios con un mercado interno que estará muy cómodo en materia de oferta”, expresó.

Por la sequía, la cosecha del cereal se derrumbó en 10 millones de toneladas, a un volumen de 12,4 millones de toneladas. Recientemente, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) reveló que entre diciembre y abril último los embarques del cereal al mundo fueron de 1,9 millones de toneladas, una baja del 83% versus igual período del ciclo pasado.

“En la práctica, el mayor daño al mercado ya se hizo, ya que la mayor cantidad de DJVE que había era entre diciembre y febrero (95% de las DJVE autorizadas totales). Mas allá de eso, todas estas medidas son negativas para el mercado argentino y generan oportunidades para nuestros competidores”, dijo Paulina Lescano, analista. Detalló que para marzo había DJVE por 386.000 toneladas y de abril a julio solo 66.000 toneladas. “Podemos decir que ya se logró hace meses correr a la exportación de la puja de oferta y demanda”, señaló.

Lescano, además, alertó que la Argentina no es competitiva, inclusive si el mercado de exportación funcionara libremente, frente a la oferta de la zona de Mar Negro, especialmente con un trigo FOB de Rusia que no supera los 270 a 280 dólares por tonelada. En tanto, el mercado FOB de trigo Argentino está en 330/320 dólares.

Para Carlos Pouiller, director de AZ-Group, la resolución oficial conocida ayer apunta a asegurar el abastecimiento interno de trigo. “Elimina los compromisos de salir a buscar mercadería de alto precio a las empresas exportadoras que tengan embarques en los próximos meses, con dificultades para originar trigo, sobre todo de las áreas del norte, las más afectadas por la sequía. La normativa resta presión de demanda en el mercado interno y puede afectar el precio del trigo disponible y provocar que las posiciones más lejanas se acerquen más a las de cosecha nueva”, indicó.

“Deja al mercado prácticamente a merced de los molinos para asegurar el abastecimiento interno. Es una intervención en el mercado, que no es conveniente como concepto, pero tiene cierta lógica ante la gran escasez de trigo”, señaló.

Gustavo López, de Agritrend, indicó que la normativa “afecta el precio, porque resta competencia”. Agregó: “Va a planchar el precio”.

El caso de Rusia

Para Eugenio Irazuegui, de Zeni, con la medida la Argentina “claramente reduce su presencia en el comercio internacional [fue sexto exportador en 2022]”. Agregó: “Con la prórroga no necesariamente se cumplen los registros”.

En el primer trimestre del año, el país ubicó en Brasil, su principal cliente, 855.230 toneladas, lo que representó una merma del 34,7% contra igual lapso de 2022. Mientras la Argentina cayó en presencia en ese mercado, subieron Uruguay y Rusia. El primero lo hizo un 98,1%, con 186.250 toneladas. En tanto, el segundo creció un 100% y ubicó 83.640 toneladas.

Rusia es el principal exportador del mundo con una proyección de ubicar este año unas 45 millones de toneladas. En medio del conflicto con Ucrania, en el primer trimestre de 2022 Rusia no había realizado ventas a Brasil, en tanto que terminó colocando allí por todo el año 306.000 toneladas.

“Como proveedor de trigo en el mercado brasileño aún la Argentina sigue liderando. Veremos más adelante, cuando Brasil tiene una mayor dependencia del trigo importado”, apuntó Irazuegui. Recordó que, si bien el vecino país cosechó más de 10 millones de toneladas del cereal, sigue necesitando de importaciones para cubrir sus necesidades internas. Ya sea de Rusia o Estados Unidos, Brasil puede importar sin el arancel externo del Mercosur unas 750.000 toneladas.

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