Viajar para visitar a su tía, que era la cocinera en la “Estancia La Primavera” en Cañuelas, provincia de Buenos Aires, era la excusa que Julio Fernández tenía en su infancia para pasar los fines de semana en la cabaña del establecimiento. Aunque su sueño era convertirse en veterinario y acompañar la preparación de los animales para las exposiciones, sus padres no tenían los recursos económicos para costear sus estudios.
“Empezó como un juego, ayudaba al cabañero Félix Cuenca a darle de comer a los toros. Ahí nació mi amor por las cabañas, quería ser veterinario, pero eran épocas en donde estudiar era más difícil, y mis padres no me lo podían pagar”, dice. Sin embargo, esto no lo desalentó y, después de hacer dos años de una tecnicatura, decidió mudarse a Marcos Paz para ser ayudante de un cabañero durante 11 años en la firma de genética Eolia.
“Siempre me gustaron mucho las exposiciones, yo quería jurar, pero no me llamaban. Hasta que un día mi patrón me dijo: Julio, usted para ser jurado tiene que mostrarse. Vaya a Angus y diga que quiere hacer el curso y va a ver que lo van a llamar”, relata Fernández.
Qué piensa el hombre al que Massa le dio el poder para importar alimentos
Impulsado por Juan Carlos Signorelli, quien falleció en 2012, el cabañero contactó a la Asociación Argentina de Angus para inscribirse en el curso de jurados. “Muchos de los que estaban ahí me preguntaban: ‘Julio, ¿qué hacés acá si vos ya sabés cómo jurar?’, pero yo les decía que lo que soñaba era que me llamen”, señala.
En 2007, finalmente recibió la llamada telefónica para invitarlo a participar como jurado en una exposición en Dolores. Desde aquel primer contacto, cada año es convocado para desempeñar esa labor en al menos dos exposiciones, y ahora se encuentra preparándose para su debut en una muestra internacional: la 80° edición de la Expo Angus de Otoño Indoor, que tendrá lugar del 3 al 6 de junio próximo en el predio de Palermo de la Rural.
“Jurar es una pasión, es difícil porque más allá de que es una exhibición de animales, tomás decisiones sobre el trabajo de los demás, del esfuerzo de mucha gente, pero yo lo hago con mucha pasión, respeto y humildad”, explica Fernández, que sigue siendo cabañero, pero en “Don Abelino”, donde trabaja desde los 27 años.
“Me puedo equivocar como cualquiera, pero la gente ve que trabajo con conducta; creo que eso es lo que me llevó a que me sigan eligiendo los criadores y las exposiciones”, agrega.
Fernández tiene una gran trayectoria como jurado. Comenzó con las exposiciones regionales, luego el circuito bonaerense donde llegó a jurar la categoría A, también la Exposición del Litoral, el circuito Patagónico y el Pampeano.
El cabañero recuerda con mucho orgullo la ocasión de la muestra que se hizo en Tandil después de la pandemia. “Fue como jurar en Palermo porque participaron todos los animales que no habían podido ir a Palermo”, indica.
Cuenta que, anteriormente a esta elección, quedó segundo para la Exposición de Palermo. “Esto me dio una alegría enorme porque había 12 en la lista de jurados, algunos de otros países y todos los grandes jurados de la Argentina; yo siempre digo que soy un trabajador más. Casi todos son grandes criadores o asesores y yo me siento uno más de ellos, por eso les agradezco”, afirma.
Fernández describe con orgullo que en la Expo Angus de Otoño Indoor va a estar acompañado por su hijo Cristian. “Soy un agradecido de la familia que tengo, mis dos hijos y mi mujer; siempre me apoyan en mi trabajo y en las exposiciones que es mi pasión. También agradezco a todos los criadores, expositores y cabañeros que siempre confiaron en mi trabajo”, concluye.