BOGOTÁ.- Hace dos semanas Wilson rompió la correa que lo unía a su guía y se lanzó a la selva colombiana tras el rastro de cuatro niños extraviados que finalmente sobrevivieron tun accidente de avioneta en Colombia. Los niños aparecieron, pero se desconoce el paradero del perro.
Unos 70 uniformados acompañados por dos perras en celo tratan de ubicar a este pastor belga malinois macho en la inmensidad de la selva del departamento de Caquetá, al sur de Colombia.
“Estamos en una segunda fase de la operación, que consiste en buscar, encontrar y rescatar a Wilson”, señaló el general de las Fuerzas Armadas Pedro Sánchez, que supervisó la Operación Esperanza, la búsqueda que condujo al rescate de los niños. “A pesar de ser un perro, para nosotros Wilson es un comando que forma parte de nuestro equipo, y un comando nunca deja atrás a otro”.
Sus entrenadores en Bogotá esperan que esté usando “su instinto de caza” para sobrevivir.
“Es un perro muy fuerte, muy bien formado, tenemos la confianza de que esté vivo todavía”, dijo el soldado Elvis Porras, instructor canino de la Escuela de Ingenieros Militares, donde se formó Wilson.
#Wilson🐶 Los soldados continúan la operación para encontrar a nuestro #AmigoDe4PatasLa búsqueda no ha finalizado. Nuestra premisa: Ninguno se queda atrás.#PatriaHonorLealtad#OperaciónEsperanza >>https://t.co/J90B883N6r pic.twitter.com/6hVFwuG7IK
— Ejército Nacional de Colombia (@COL_EJERCITO) June 12, 2023
Porras espera que este pastor belga de seis años esté “despertando su instinto de caza para sobrevivir”, al fin y al cabo es “descendiente directamente del lobo”.
Un rol clave en el rescate
Los hermanos indígenas Lesly (13 años), Soleiny, (9) Tien Noriel (5) y Cristin (1) deambularon durante 40 días por la misma selva antes de ser encontrados bajos de peso y deshidratados el viernes pasado.
Durante su recuperación en el Hospital Militar de Bogotá, las hermanas mayores hicieron un dibujo en el que se ve un perro en medio de árboles, junto a un río y lleva escrito en negro el nombre Wilson.
Antes de perderse, el perro “orientó a la tropa hasta puntos clave para el seguimiento y para descifrar el camino que estaban haciendo lo niños”, detalla Edgar Fontecha, otro instructor canino de la escuela.
El ejército y familiares de los indígenas sospechan que Wilson fue el primer miembro del equipo de búsqueda en tener contacto con los hermanos.
Para recuperarlo, “insertamos dos perritas en celo (a la selva). Wilson está castrado, sin embargo, esperamos que se le active su instinto y vaya hacia las perras”, explica el general Sánchez.
#VamosPorWilson, #FaltaUno, #WilsonHeroeNacional son algunos de los hashtags con los que usuarios de redes sociales claman por el regreso del perro.
Cada trazo realizado por el soldado profesional Kevin Rojas, de la #NovenaBrigada en el #Huila, está hecho con profundo amor, rindiendo un tributo a Wilson, nuestro #AmigoDe4Patas 🐕.La búsqueda continúa en la selva del #Guaviare #VamosPorWilson #FeEnLaCausa. Dale like y comparte pic.twitter.com/1yDKcDgTa1
— Quinta División del Ejército Nacional (@Ejercito_Div5) June 13, 2023Camada W
Wilson, el más fuerte de la “Camada W”– llamada así porque todos los cachorros fueron bautizados con nombres que inician con esa letra-, se formó durante 14 meses en la Escuela de Ingenieros Militares, ubicada en el suroriente de la capital.
“Era el perro que estábamos buscando: fuerte, que no tuviera miedo, que fuese muy curioso”, recuerda Fontecha.
Casi 60 canes se entrenan aquí para detectar explosivos o drogas, hacer rescates bajo edificios colapsados o rastrear personas en misiones humanitarias, la especialidad de Wilson.
Este tipo de perros se entrenan en binomios, donde se les asigna un único “guía” militar que los acompaña a lo largo de su vida en distintas operaciones. Cristian David Lara, la dupla de Wilson, permanece en la selva para intentar encontrarlo.
Según Fontecha, “se dice que el perro rompió la cuerda” que lo ataba a Lara y “arrancó a hacer lo suyo, a seguir el rastro” de los menores hasta que se perdió.
De pronto “las ganas de acertar, de encontrar, de buscar su objetivo” le jugaron una mala pasada, especula Porras.
De su lado, el general Sánchez dice que “no es habitual” ver esta conducta en perros militares.
Los uniformados confían en que- al igual que los niños- Wilson sorteará serpientes, pumas, jaguares y otros depredadores que rondan la zona.
Ulises, otro pastor belga que participó en la búsqueda de los niños, tuvo que ser sacado de la selva porque su piel tuvo reacciones alérgicas a la picadura de mosquitos y comenzó a vomitar, según comentó Wilmar Miranda, un comando presente en las operaciones de rescate.
“Ulises es para cosas urbanas, catástrofes, edificios que se caen”, dijo.
Pero Wilson está entrenado especialmente para estos terrenos y para localizar desaparecidos. “El perro, entrenado para rastrear, estaba preparado en este lugar y por eso puso en práctica lo que sabe”, dijeron los militares en una declaración escrita.
“Me invade la tristeza. Saber que es un hijo de casa y que es el único que no pudo salir del área después de un resultado tan bueno”, se lamenta el soldado Porras.
Agencia AFP