BOSTON.- La búsqueda del submarino que desapareció durante una expedición a los restos del Titanic se acercaba el jueves al límite de 96 horas que se estimaba duraría el aire respirable en la embarcación, un momento clave en los intensos esfuerzos para salvar a las cinco personas que había a bordo.
Los guardacostas estadounidenses se mantienen “optimistas”, pero la situación se vuelve cada vez más complicada para los pasajeros del pequeño sumergible de aguas profundas de la empresa privada OceanGate Expeditions. El Titán llevaba aire respirable para unas 96 horas cuando zarpó alrededor de las 6 de la mañana del domingo en el Atlántico Norte. Eso fijaría un plazo límite para el rescate entre las 6 de la mañana y las 8 de la mañana del jueves (hora local), según información proporcionada por los guardacostas estadounidenses y la compañía que organizó el viaje.
“Seguimos viendo en casos particularmente complejos que la voluntad de vivir de las personas también debe tomarse en cuenta. Por lo tanto, continuamos buscando y procediendo con los esfuerzos de rescate”, dijo al programa Today de NBC el contralmirante John Mauger, de la Guardia Costera estadounidense, a cargo de la operación.
Los expertos recalcaron que ese era un cálculo impreciso, y el tiempo podría alargarse si los pasajeros han tomado medidas para conservar el aire. Tampoco se sabe si seguían con vida tras la desaparición del vehículo el domingo por la mañana.
Frank Owen, un experto en búsqueda y rescate de submarinos, señaló que el estimado de suministro de oxígeno es un “objetivo” útil para los rescatistas, pero solo se basa en una “cantidad nominal de consumo”. Owen dijo que el buzo a bordo del Titán probablemente está aconsejando a los pasajeros “hacer cualquier cosa para reducir sus niveles metabólicos para que realmente puedan extender ese tiempo”.
A bordo del sumergible viajaban el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation; el paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Suleman; el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet; y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, la compañía que opera el sumergible, y que cobraba 250.000 dólares por turista.
Refuerzos
Los rescatistas enviaron más barcos a la zona de la desaparición con la esperanza de que los sonidos detectados bajo el mar por segundo día consecutivo pudieran ayudar a reducir su búsqueda en la urgente misión internacional. La zona cubierta se ha ampliado a un área del doble del tamaño de Bahamas, en zonas con hasta 4020 metros de profundidad.
Cinco barcos, a los que estaba previsto que se sumasen otros cinco por estas horas, dotados con sonares y equipos de alta tecnología, están peinando una superficie de unos 20.000 kilómetros cuadrados, aproximadamente el tamaño de El Salvador, y a una profundidad de casi cuatro kilómetros, mientras desde el aire, varios aviones surcan el cielo en busca de cualquier rastro del sumergible.
El Pentágono anunció el envío de un tercer avión C-130 y tres C-17, mientras que el robot submarino enviado por el Instituto Oceanográfico francés se incorporó esta mañana, un elemento crucial para la búsqueda.
Se trata del “Victor 6000″, un sumergible operado por el instituto de investigación francés Ifremer. Trabajando en turnos de cuatro horas, un equipo de dos pilotos navegará y controlará su movimiento desde una sala de control a bordo del buque de superficie Atalante.
Las luces y cámaras que tiene Victor 6000 a bordo permitirán que el equipo en la superficie del barco vea en tiempo real lo que hay en el fondo del océano a una distancia aproximadamente equivalente a una pequeña cancha de tenis. El sumergible francés también tiene dos brazos mecánicos capaces de maniobras extremadamente delicadas como cortar o retirar escombros.
Por otro lado, la Marina Real canadiense envió un buque con cámara hiperbárica a bordo y expertos con asistencia médica, que se suma a otro navío del servicio de guardacostas equipado con instrumentos de sonar avanzados.
The French vessel L’Atalante is preparing their ROV to enter the water. #titanic
— USCGNortheast (@USCGNortheast) June 22, 2023
La compañía Horizon Maritime, propietaria del Polar Prince, el barco que lanzó el sumergible, también está enviando otro buque con equipo de búsqueda en aguas profundas. La ubicación de la búsqueda “vuelve excepcionalmente difícil la movilización rápida de grandes cantidades de equipamiento”, explicó el capitán Frederick.
La desaparición del Titán se declaró el domingo por la tarde unos 700 kilómetros al sur de San Juan, Terranova, cuando se dirigía al lugar donde descansa el emblemático crucero hundido hace más de un siglo. OceanGate Expeditions, una compañía de exploración submarina, documenta el deterioro del pecio y el ecosistema submarino que ha florecido en el lugar con viajes anuales desde 2021.
Esperanza
El capitán Jamie Frederick, del Primer Distrito de la Guardia Costera, dijo que las autoridades aún tenían esperanza de salvar a los cinco tripulantes.
“Esta es 100% una misión de búsqueda y rescate”, señaló el miércoles.
La zona norte del Atlántico donde el Titán desapareció el domingo es propensa a la niebla y las tormentas, lo que la convierte en un entorno extremadamente difícil para llevar a cabo una misión de búsqueda y rescate, afirmó Donald Murphy, oceanógrafo que trabajó como científico en jefe de la Patrulla Internacional de Hielo de la Guardia Costera.
Rear Adm. John Mauger of the U.S. Coast Guard speaks to TODAY about the latest efforts to rescue the five people on board the missing submersible Titan as it runs low on oxygen. “People’s will to live really needs to be accounted for, as well,” he says. pic.twitter.com/6FJ3w1Z0Ty
— TODAY (@TODAYshow) June 22, 2023
Frederick dijo que si bien los sonidos que se detectaron ofrecieron la posibilidad de reducir el área de búsqueda, aún no se ha determinado su ubicación y fuente exactas. “No sabemos qué son, para ser franco”, afirmó.
Carl Hartsfield, capitán retirado de la Marina y actualmente director del Laboratorio de Sistemas Oceanográficos de Woods Hole, dijo que se ha descrito a los sonidos como “ruidos de golpes”, pero advirtió que las cuadrillas de búsqueda “tienen que poner todo el panorama en contexto y eliminar fuentes potenciales hechas por el hombre que no sean el Titán”.
El reporte resultó alentador para algunos expertos porque a las tripulaciones de submarinos que no pueden comunicarse con la superficie se las enseña a golpear el casco de sus navíos para ser detectados por el sonar.
Agencias AP y AFP