CORRIENTES.- “El nivel de pasión que mi papá tiene por el campo difícilmente lo pueda alcanzar”, dice el productor ganadero Ulises Intra, de la cabaña La Tilita, de esta provincia, mientras espera que sus animales salgan a la pista para competir en la jura de hembras a corral en la Exposición Nacional Brangus, que se realiza en el predio de la Sociedad Rural local en el marco del Congreso Mundial de la raza. El criador relata que, a esa afición, su padre Carlos la enraizó en el establecimiento agropecuario familiar durante su niñez, pero ante la pérdida de la propiedad, en su adolescencia, tuvo que esperar 20 años para poder volver a disfrutar de esa pasión.
Todos los veranos Carlos viajaba a Ituzaingó, en esta provincia, para pasar tres meses con su abuela Doña Chica y su tío Sabul en el campo. “Ellos prácticamente lo criaron. Mi abuela era madre soltera porque mi abuelo falleció cuando mi papá tenía dos años”, cuenta.
Durante esos años, según Ulises la devoción de su padre por el sector empezó a crecer, como así también la proyección de dedicarse a la actividad. Sin embargo, eso se vio truncado porque, cuando tenía 15 años, la familia se tuvo que desprenderse del campo.
“Mi padre estudió Licenciatura en Economía en Corrientes e hizo un posgrado en Buenos Aires. Empezó con otros negocios vinculados con el juego y el entretenimiento en el interior de Misiones. Como le fue bien, pudo volver a su pasión que era el campo”, dice.
Por segundo año consecutivo, Brangus fue la raza bovina que más semen exportó
Fue así que, finalmente a los 46 años, en 1997 pudo comprar La Tilita, un campo a 140 kilómetros de Itá Ibaté, en Corrientes. “Era un campo muy duro, con mucho bañado porque es parte del estero del Iberá. Así que lo tuvo que preparar prácticamente de cero para poder empezar a tener los animales”, comenta.
Después de tres años, su padre decidió hacer Braford y Brangus. Invirtieron la misma cantidad de dinero en rodeos de las razas, de similares características, pero luego de un año se desprendieron de los Braford.
“Nos dimos cuenta que para nuestro campo era mejor el Brangus, que por su rusticidad se adaptaba mejor al ambiente, y empezamos un proceso de evolución genética”, relata. “En el Mundial de Brangus de 2003 compramos la primera [hembra] donante [para producción]”, agrega.
Ulises, que en ese momento estaba en la secundaria, cuenta que su padre “estaba empecinado” en especializarse en la reproducción de hembras, y cerró las puertas del establecimiento para todos los machos.
“Era tan extrema su visión que castraba todos los machos. Tan es así que el veterinario le escondió dos ejemplares. Uno participó en la Exposición Rural de Palermo y se llamaba Palermo y otro fue Charlly, que es bastante conocido en la raza”, cuenta.
La explicación que daba era que consideraba inminente la llegada de la trasferencia embrionaria y, en consecuencia, el semen se iba a poder comprar en cualquier centro del país, mientras que las hembras no. “Con el tiempo se demostró que tenía razón”, dice.
Al frente del campo
En 2017, cuando terminó el secundario, como no quería estudiar en la universidad su padre lo envió al campo. Así está al frente de la empresa agropecuaria Doña Chica SA, que lleva ese nombre en honor a su bisabuela.
El productor recuerda que, en esta misma pista del predio de la Sociedad Rural de Corrientes, hace más de 10 años participaron de su primera competencia. “Éramos muy pocos los que traíamos Brangus, y Campito, como se llamaba el toro que trajimos, ganó la exposición. Para nosotros era algo impensado. No lo podíamos creer”, dice.
Ya han acumulado varios premios. “Fuimos diversificando y la mitad de nuestro rodeo es búfalo porque se adaptan muy bien al medio”, señala. En total, tienen 8000 cabezas entre ganado bovino y bubalino. Además, poseen campos en el interior del Chaco y Formosa en donde hacen agricultura.
En la muestra obtuvo el Gran Campeón Conjunto, el Reservado de Gran Campeón Hembra y la tercer hembra, la cual es en sociedad con La Dominga.