CIUDAD DEL VATICANO.- Nadie sabe quién llamó, ni qué se dijeron. Lo cierto es que el papa Francisco interrumpió este miércoles su audiencia semanal con los fieles para atender una llamada por teléfono, haciendo esperar a la gente en la Plaza San Pedro durante más de un minuto.
El Papa estaba liderando la audiencia general cuando un ayudante le entregó un teléfono móvil y le indicó a un hombre que tenía que dar una lectura desde un podio que esperara.
Durante la interrupción, el único sonido que se oía en la transmisión vaticana del acto era el de las gaviotas sobrevolando el cielo, mientras las cámaras pasaban del Papa a la multitud.
La oficina de prensa del Vaticano, que normalmente no comenta las conversaciones privadas de Francisco, no respondió a las preguntas sobre la llamada.
Antecedentes
En 2021, en al menos dos ocasiones, Francisco se excusó para atender una llamada al final de una audiencia general, cuando los miembros del clero hacen fila para saludarlo. En una de esas ocasiones, el Papa, quien recién terminaba de impartir la bendición, conversó animadamente durante unos minutos con quien se encontraba del otro lado.
El exarzobispo porteño gesticulaba con una mano como si su interlocutor pudiera verlo mientras con la otra sostenía el teléfono junto a su oído izquierdo. Parecía estar explicando algo y no paraba de hablar.
Después de impartir la bendición, el Pontífice suele mezclarse con la gente y saludar a algunas personas con afecto. Pero esa vez cambió bruscamente de dirección mientras hablaba con otro asistente y en lugar de descender los escalones del escenario para saludar a los fieles, se dirigió hacia una puerta de salida del escenario.
El asistente y el Papa, hicieron un gesto a la gente para que esperara y se retiraron. Minutos después, Francisco regresó y descendió la escalinata de mármol para mezclarse con la gente que quería saludarlo o sacarse una selfie.
En otra ocasión, invitó a tratar la Biblia como si fueran los teléfonos celulares. “Alguno ha dicho: ¿qué pasaría si tratáramos a la Biblia como a nuestro teléfono celular? ¿Si la lleváramos siempre con nosotros, si volviéramos sobre nuestros pasos cundo la olvidamos, si la abriéramos varias veces al día, si leyéramos los mensajes de Dios que contiene como leemos los mensajes del teléfono?”, se preguntó en 2017 durante el tradicional Ángelus desde la ventana del palacio Apostólico del Vaticano.
Agencias AP y ANSA