WASHINGTON.- Un inversor avezado en la Argentina que compró bonos el viernes, empujado por un renovado optimismo sobre el rumbo del país, intentaba dilucidar este lunes cómo sería una eventual presidencia de Javier Milei. Esa era la pregunta –o la preocupación, en varios casos– que recorría los primeros análisis en Estados Unidos luego de la sorpresiva victoria de Milei en las primarias presidenciales en la Argentina, un resultado inesperado y disruptivo que colocaba al país en el escenario político más incierto en mente de todos.
“Es la elección de Milei para perder”, era el título, contundente, de un informe de la consultora Eurasia escrito por Daniel Kerner, quien anticipó un liderazgo más consolidado del candidato libertario a partir de su victoria. “Ha demostrado a muchos votantes que es un candidato viable y su mensaje es poderoso”, escribió Kerner.
El banco de inversión J.P. Morgan hablaba de un “desempeño deslucido” de Juntos por el Cambio, y Bank of America dijo que Milei era un “candidato viable” para las elecciones generales de octubre. “Todo apunta a que Milei va a ganar. Yo ya me pregunto qué pasa si Milei es presidente”, indicaba un ejecutivo de un fondo de inversión.
La victoria de Milei en las primarias presidenciales de la Argentina fue recibido en Estados Unidos como el preámbulo de un cambio de época –un giro a la derecha entrelazado con el fin del kirchnerismo–, y también como un salto al vacío.
“Milei sería una apuesta enorme. Su presidencia sería un acto de cuerda floja”, dijo Benjamin Gedan, director del programa para América latina del Centro Woodrow Wilson. “Sus propuestas, desde la liberalización de la posesión de armas y la dolarización hasta las privatizaciones y el cierre del Banco Central serían arriesgadas y probablemente instigarían resistencia pública. Pero los argentinos deberían ser perdonados por tirar los dados. Después de todo, los votantes han intentado sin éxito encontrar líderes tradicionales que puedan sacar al país de su laberinto”, completó.
El fuerte rechazo al Gobierno en las urnas –el oficialismo captó 3 de cada 10 votos– alentaba para muchos la noción de que la Argentina se encamina a dejar definitivamente en el pasado al populismo para abrir una era de reformas. Pero esa expectativa, que alentaba compras de activos argentinos, chocaba contra la enorme incertidumbre política que dejó el resultado de tres “tercios” en la elección. En Estados Unidos se hacían dos preguntas: quién disputará el balotaje con Milei, Bullrich o Massa, y cómo sería una eventual presidencial del libertario. Hasta tanto se sepa la respuesta, los informes anticipaban más presión sobre el dólar, aun después de la devaluación del dólar oficial.
“El aumento de la popularidad de Milei yuxtapuesto con el deslucido desempeño tanto de Juntos por el Cambio como de la coalición de gobierno Unión por la Patria indica un próximo período de mayor incertidumbre”, indicaba un informe del banco J.P. Morgan.
Para el banco, “el panorama financiero existente se deteriorará aún más, lo que podría influir en las elecciones de octubre”, y es poco probable que el Gobierno avanza con una “consolidación fiscal integral”, aun dentro del acuerdo con el Fondo, dado que buscará asegurarse un lugar en el balotaje.
Otro informe del banco de inversión Morgan Stanley concluyó que “no hay claridad sobre cuál de los tres partidos llegará a una eventual segunda vuelta”.
“Vale la pena enfatizar que la alta incertidumbre podría hacer que la estrategia de salir del paso de la coalición gobernante sea una batalla aún más cuesta arriba. ¿Puede Bullrich quitarle votos a Milei en las elecciones generales? ¿O el impulso de Milei solo crecerá? ¿Puede Massa atraer a algunos de los votantes de Larreta? Todas preguntas que seguramente debatiremos en las próximas semanas”, indicó ese análisis.
El Bank of America consideró un que Milei logró una “gran victoria sorpresiva que demuestra que puede ser un candidato viable para las elecciones generales, añadiendo una gran incertidumbre sobre quién pasará a la segunda vuelta”. La elección, indicó, dejó “un fuerte mensaje de cambio y antisistema”.
El banco de inversión suizo UBS destacó que “casi el 50% de los votos fueron para candidatos de la derecha del espectro político y más del 70% de las personas votaron en contra de la administración actual”.
“Los votantes están exigiendo un cambio, con discursos duros contra el crimen y duros contra la inflación que resuenan particularmente bien. En general, las probabilidades de que el actual partido gobernante permanezca en el poder parecen muy bajas, y el resultado más probable de las próximas elecciones parece ser un cambio en el equilibrio de poder hacia la derecha”, indicó un informe con la firma de Alejo Czwerwonko y Pedro Quintanilla-Dieck.
Aun en medio del derrape que sufrían los activos argentinos, el inversor que compró bonos no perdía su optimismo. “Creo que la gran mayoría del país repudió al kirchnerismo y a ese modelo”, dijo. Y al hablar sobre Milei, anticipaba: “No creo que su presidencia sea el descarrilamiento que la gente piensa. Prefiero a Bullrich, pero no es el fin del mundo”, cerró.