En fila india y al volante de sus tractores, anteayer los productores agropecuarios de Colón, provincia de Buenos Aires, emprendieron la tarea de reparar el camino que conecta la ruta provincial 50 con la localidad de Sarasa. Utilizaron las máquinas que emplean para remover y rastrillar la tierra como una forma de reclamar por el estado de los caminos rurales y denunciar la falta de contraprestación mientras pagan la tasa vial que cobra el municipio.
“Desde hace muchos años los productores de Colón venimos reclamando por el mejoramiento de la red vial. Mantuvimos reuniones con las autoridades municipales, pero las promesas de mejora nunca se concretan. Por eso decidimos salir por nuestros propios medios a repararlos, demostrando que es posible y observando la reacción del municipio”, explicó Carlos Alberto Ranalli, uno de los productores que participó en la iniciativa.
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“A medida que pasa el tiempo, la situación de abandono de los caminos se intensifica, dejando en claro que lo que pagamos por la tasa de red vial no se destina como corresponde”, agregó.
En ese sentido, remarcó que tener caminos en buen estado es clave para la movilidad de los productores, el traslado de la producción, el acceso de los niños a escuelas cercanas y la asistencia de las maestras; incluso por motivos de salud.
“A pesar de nuestros máximos esfuerzos por producir de manera eficiente, utilizando los mejores insumos y brindando tiempo y cuidado a la fertilización de nuestros cultivos, nos encontramos con lo que podríamos llamar un cuello de botella al final del proceso debido a las dificultades que debemos superar para sacar la producción de nuestros campos”, reclamó.
En este contexto, contó cómo se las ingenian para continuar con la actividad. “Es lamentable que a veces los camiones deban salir con la mitad de la carga o incluso embolsar el cereal, lo que conlleva costos y riesgos adicionales en el campo. Debemos esperar a que se seque para poder transitar por el camino”, relató.
“Todas estas circunstancias contribuyen al aumento de los costos de producción, que ya se encuentran en niveles excesivamente elevados como para sumar más debido a la falta de mantenimiento de los caminos por parte de la Municipalidad”, se quejó.
Señaló que, si bien en medio de la sequía los caminos podrían haber sido reparados, quedaron completamente abandonados. Ahora, con la llegada de las lluvias, enfrentan un problema grave debido a la gran cantidad de pozos.
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En este contexto, muchos productores decidieron dejar de pagar la tasa hasta no ver reflejada una contraprestación del servicio con mejores caminos.
Hernán Siniza, productor, contratista rural y también presidente de la Sociedad Rural local, graficó que solía tardar un poco más de una hora en llegar al campo. Sin embargo, este año el recorrido le lleva casi dos horas debido a la cantidad de pozos en el camino. En línea con lo planteado por Ranalli, se lamentó que, a pesar del año de sequía, el municipio no aprovechó para mejorar los caminos. “Deberían haber aprovechado para crear cunetas, que se vuelven difíciles de transitar en épocas de lluvia debido al agua y el barro, y realizar las mejoras necesarias. Desafortunadamente, en lugar de eso, los caminos fueron dejados abandonados”, apuntó.
Según precisó, el año pasado la tasa aumentó un 25%. “El año pasado [la Municipalidad] recaudó 63 millones de pesos y este año, hasta la fecha, la tasa de red vial ya ha recaudado la misma cifra. Sin embargo, estos fondos no se destinan a la red vial como correspondería, ya que lo que pagamos es por un servicio que lamentablemente no recibimos”, afirmó.
Luego de la movida que hicieron con las máquinas, no tuvieron ninguna respuesta por parte del municipio. “Llevamos 20 años de kirchnerismo en el Gobierno y no nos han brindado la atención necesaria. Saben que el campo continuará contribuyendo, pero ya estamos agotados”, concluyó.