El economista Rodolfo Santangelo, director de la consultora Macroview (en la que es socio de Carlos Melconian), analizó los últimos eventos económicos y, en el programa Comunidad de Negocios, conducido por José Del Rio, dijo: “La última gota que rebasó el vaso me interesa tres pepinos. Acá venimos con un desequilibrio muy fuerte desde hace mucho tiempo, con un escenario de inflación y un momento histórico”. Y vaticinó: “Si vamos a seguir un año y medio así, podemos terminar en una híper. Me parece que ahora no. Pero en una inflación creciente, brecha creciente, desconfianza creciente…”.
“En febrero, antes de que la sequía fuera tremenda, decíamos ´no sabemos si llegamos a diciembre´. Hoy decimos si llegamos a agosto. ¿Qué significa no sabemos si llegamos a agosto? Si se cumple el objetivo de política económica número uno, que es no devaluar”, comentó.
Según el economista, el Gobierno está “inventando” medidas para llegar al mes de las PASO. El dólar soja y el control de importaciones de servicios dan cuenta de que los números “son muy justitos” y la sequía fue el detonante final. Considera que el oficialismo tiene un problema central que es la falta de candidatos competitivos. “Imagina que pierde, sabe que pierde, verá si da la batalla por el segundo, mejor en la provincia de Buenos Aires o cómo la enfrenta, pero la economía no te pide permiso, la economía es absoluta, estamos en el transcurso de tres dígitos anuales [de inflación] y rozamos los dos dígitos mensuales”, continuó.
La suba del dólar es el “termómetro” y no la causa de los problemas, en su visión. “No me sorprende nada, pero que el dólar suba 30 pesos en un mes es lógico cuando la economía está en un 100% de inflación. ¿Se imagina la percepción o genera una percepción de no tiene freno? Ese es el miedo, ¿no? Sin duda”, dijo, en referencia a los dólares libres que tienen saltos. “Son espasmódicos”, definió.
El economista se remontó a la década del 80 para comparar con la situación actual. “Hay que recordar que la Argentina venía de varios años (1975, 1985) de inflación de 200%, 300% o 500%. El Plan Austral había sido para la época un plan exitoso para bajar la tasa de inflación; paradójicamente, lo máximo que había logrado era bajarla al 80% anual, que era 5% por mes. Y de repente hizo 7%, hizo 9%, hizo 11%, hizo un poquito más, volvió a subir, entró en una aceleración inflacionaria donde se metió en un círculo vicioso entre tasa de inflación, tipo de cambio, salarios, tarifas públicas. No fue un proceso explosivo instantáneo. No es que te fuiste a la miércoles en poco tiempo, porque hubo Australito, Australito 2, hubo intentos como ahora, plancitos de corto plazo para mantener la situación”, explicó.
Y siguió: “El año 1988 fue un mal año, la cosa no mejoró, vino el Plan Primavera en agosto y, cuando fracasa, el 6 de febrero del 89, ahí sí. Yo diría el momento que nos parece parecido, no es idéntico, no estaban las ondas, no estaban las empresas privatizadas, o sea, había diferencia. Pero, cuando la tasa de inflación empieza una carrera ascendente, esa secuencia va cargando viento de a poquito”.
Sobre la situación actual, consideró que el Gobierno confió en un programa que no iba a funcionar y que “es su responsabilidad”. Y completó: “Yo no me voy a poner a discutir qué es lo que hay que hacer para llegar a agosto. Lo que sí está claro es que la inflación, con todos sus males, con todos sus problemas, con todos sus deterioros, tiene algo que no se puede evitar, que es licuar el gasto público. ¿Esa es la ventaja?”.