Después de que la semana pasada intentara capear los aumentos de precios a raíz de la devaluación del dólar oficial mayorista, y antes de anunciar medidas con el objetivo de apuntalar los ingresos, el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, viajará mañana por la noche a Washington en busca del giro de US$7500 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero también aprovechará la partida para reunirse con funcionarios del gobierno de Estados Unidos.
Según difundieron desde el Ministerio de Economía, el martes 22 Massa mantendrá una reunión con Anna Bjerde, directora gerente de Operaciones del Banco Mundial, y también tendrá encuentros con Ilan Goldfajn, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y Jay Shambaugh y Michael Kaplan, del Tesoro norteamericano. En tanto, cerrará el día con una cena junto a miembros de la administración Biden.
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Para el miércoles, por otro lado, está prevista una reunión con Brian Nichols, funcionario del gobierno de Joe Biden para asuntos de América Latina, y con la directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
Si bien inicialmente el viaje de Massa estaba previsto para ir en busca del desembolso que el organismo aprobaría el próximo miércoles por US$7500 millones, desde su equipo también dejaron trascender que buscará posicionarse como “el garante de la estabilidad y el orden vs. lo impredecible de Milei”.
“El lunes pasado se dio el cisne negro que hizo que se pierdan 17 puntos en las acciones de las empresas argentinas. Massa es el puente de confianza que garantiza estabilidad democrática frente a lo impredecible de las ideas de Milei”, dijeron.
En tanto, a la vuelta del viaje, el día jueves tendría lugar el anuncio de “un paquete de medidas con eje en lo productivo, social y laboral con el objetivo de recuperar los ingresos tras el impacto de la devaluación”.
En una entrevista que brindó al canal TN, Massa dijo que esta semana iban a empezar con anuncios paliativos como el pago de una “suma fija como un tema a discutir en el marco de las paritarias”, en charlas con la CGT y el Ministerio de Trabajo. También anticipó “un esfuerzo [del Estado] en asignaciones familiares”, más “reforzar la AUH” y “mirar el impacto de los aumentos en los jubilados”, sobre todo en el rubro medicamentos. “La gente tiene que entender que sabemos lo que le pasa, y el daño que hace la devaluación en términos de certidumbre. Pero al Fondo no lo traje yo”, enfatizó el ministro de Economía, quien, de paso, confirmó que “cuando agarro el timón, no lo suelto”, en relación con su continuidad en el cargo.
Cerca de él evitaron dar precisiones sobre los montos de los diferentes aumentos, pero aseguraron que estarán “en línea” con los daños que provocó la devaluación, a la que Gabriela Cerruti prefirió denominar de otro modo. “Se fijó el tipo de cambio hasta el 30 de octubre, no hay ya esa variabilidad que había hasta ese momento”, afirmó la portavoz presidencial.
“Cuando se toma un crédito en cinco minutos, como lo hizo Macri, es responsabilidad de Macri y del Fondo, todavía hoy no logra resolver ese problema (…) Se pedía una devaluación del 60% pero se le dijo que no y quedó en 22%”, justificó Cerruti.
La presión interna sobre Massa para que instrumente medidas urgentes contra el alza de precios y la inflación tuvo como vocero a su adversario derrotado en la interna, Juan Grabois. “Hay que responder con medidas concretas”, reclamó Grabois en Radio 10.
“Con una devaluación siempre tiene que haber medidas compensatorias”, dijo el dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), ya que “si no, es una transferencia de ingreso brutal a los sectores concentrados”, aseveró Grabois, quien de todos modos ratificó su apoyo a la postulación presidencial de Massa.