Luego del incómodo acto compartido el viernes último, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa, volverán mañana a mostrarse juntos. Será en Brasilia, donde los espera el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, de quien ambos esperan apoyo político (y económico) luego de una semana en la que la suba inicial del dólar encendió todas las alarmas y volvió a estropear las previsiones del equipo económico sobre una eventual baja de la inflación en abril. Estará allí, además, Daniel Scioli, embajador en Brasil y quien ratificó en las últimas horas sus ambiciones de competir para intentar llegar a la Casa Rosada.
El Presidente confirmó el viernes a última hora la información que había trascendido por los medios brasileños. Viajará este martes junto al canciller, Santiago Cafiero, para continuar de modo presencial la reunión que tuvo con Lula vía videoconferencia, el jueves pasado. El objetivo: “La agenda bilateral entre ambos países, como la evolución del comercio, los avances en la implementación de los acuerdos de cooperación firmados en los últimos meses, donde los dos presidentes relanzaron la alianza estratégica entre ambas naciones”, según contaron a LA NACION.
Fernández tiene previsto volver a Brasilia el próximo martes 30, para participar de la reunión convocada por Lula ante presidentes de la región, para intentar reflotar la Unasur como instrumento político regional, incluida la Venezuela del presidente Nicolás Maduro.
El mismo viernes que se confirmó el viaje oficial, Massa, en el quinto piso del ministerio de Economía, sostuvo una “reunión de trabajo con empresarios para agilizar las importaciones y exportaciones desde Brasil”. La búsqueda es, como la anunciada días atrás con China, agilizar las importaciones en moneda brasileña para cuidar los dólares de las alicaídas reservas internacionales del país.
Cerca del tigrense confirmaron a LA NACION que Massa estará en Brasilia con parte de su equipo económico, en especial el jefe de gabinete de asesores, Leonardo Macdur, quien lo acompañó en la reunión con empresarios. De aceitado vínculo con su par brasileño, Fernando Haddad, Massa evitará así el acto de la CGT por el Día del Trabajador, en el que podría haber tenido que escuchar críticas a su gestión económica, sobre todo por no haber podido controlar la inflación y por el rechazo que generó su intención de congelar salarios por 90 días. El ministro enviará, eso sí, una carta de adhesión a los gremios, según confirmaron desde el entorno del ministro de Economía.
Desde el massismo prefirieron no ahondar en las tensiones con el Presidente, quien a último momento se sumó al anuncio que Massa tenía previsto encabezar junto a gobernadores, en el CCK y por el plan Argentina Irrigada. “Se está buscando un nuevo equilibrio”, afirmaron voces cercanas a Massa, sin desconocer los cortocircuitos, apenas disimulados, entre el Presidente y su ministro, embarcado-con toda la botonera a su cargo y el apoyo de la vicepresidenta Cristina Kirchner-en el combate contra la inflación y la búsqueda casi desesperada de dólares.
En este contexto, en el que según distintas voces oficialistas y luego de la renuncia de Fernández a ir por su reelección, Cristina Kirchner sigue teniendo la “centralidad” en el triángulo del poder. En el medio, busca colarse Scioli, que pretende mostrarse como opción “superadora” del oficialismo.
“Es tiempo de trabajar por lo que necesita el país. Es tiempo de que Argentina se desarrolle”, reza el video-también distribuido el viernes-en el que Scioli reafirma su ambición de ser candidato, por medio de la imagen de una planta al que cada idea de la oposición le van cortando un tallo. “Las PASO deben ser integradoras, al día siguiente todos juntos, porque el verdadero adversario está en los que quieren dinamitar todo y dolarizar”, reafirmó el embajador, quien intentará capitalizar que en su gestión desde la sede diplomática, y aún con Jair Bolsonaro como presidente de Brasil, comenzaron a plasmarse los acuerdos que se discutirán con mayor detalle mañana.