El Gobierno decidió suspender las retenciones a la leche y sus derivados por 90 días. La leche en polvo paga un 9% de derechos de exportación y los quesos un 4,5%, entre otros productos. Así lo anunció el ministro de Economía, Sergio Massa, tras una reunión que mantuvo en Pilar, Santa Fe, con representantes de la producción, la industria, la comercialización y el gremio de los trabajadores, Atilra.
Además, informó una mejora del 20% en el valor a cobrar del Programa Impulso Tambero, que compensa a la producción por la suba de costos derivada del dólar soja. La segunda edición de ese plan paga $800.000 a los tamberos. La mejora se extenderá hasta fin de este año. También habrá una corrección en el valor FOB de exportación, pero se debe trasladar al productor. Massa estimó que, entre el no cobro de las retenciones y la mayor ayuda a los productores, el Estado estará aportando más de $10.000 millones. A la industria le pidió, en tanto, comprometerse que no suba los precios al público.
En las últimas semanas hubo decenas de productores y entidades advirtiendo por la crisis en la actividad, agravada también por la sequía en zonas donde aún no llegaron las lluvias y la devaluación. Alertaron sobre una liquidación de vacas productivas ante la imposibilidad de mantener el rodeo por los costos. El escenario se potenció también con una caída de los precios internacionales, lo cual dificulta que traccione el precio interno de la materia prima. En agosto último, cuando la inflación mensual marcó un 12,4%, para los tamberos la mejora del valor cobrado fue del 4,1%.
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Entre otros, estuvieron el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo; el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, el ministro de Agricultura de Córdoba, Sergio Busso; el ministro de Producción, Ciencia y Tecnología de Santa Fe, Daniel Costamagna, y el ministro de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez.
“Tenemos la responsabilidad de poner sobre la mesa que el precio de la leche, el yogur, el queso no son un commodity mirado desde la balanza comercial cuando analizamos el precio de la tonelada de leche en polvo, sino en la canasta de los argentinos. Todos los días son un dato central y sensible para la economía de las familias argentinas. Entendemos que Nueva Zelanda [mayor exportador y referente en precios], con la decisión que tomó, empezó a llevarse por delante al resto del sector, que la caída de los precios internacionales generan una crisis, que de alguna manera pueden disminuir el volumen de compra y, por lo tanto, nos podemos encontrar en la terrible situación de ver leche tirada, que sería una dolorosa situación para nosotros, que no queremos, pero también poner en valor que el esfuerzo lo tenemos que hacer entre todos”, comenzó a decir Massa.
“Estamos dispuestos a suspender el cobro de retenciones a las exportaciones lácteas por los próximos 90 días, y creemos que es una medida que le agrega competitividad al sector. Estamos dispuestos a hacer las correcciones en el precio FOB, que hacen falta a los efectos de que no tengamos dificultades en términos ni de aranceles aduaneros, ni sobre todo de acceso al mercado único libre de cambio, que muchas veces termina complicando el acceso a importaciones de las empresas productoras lácteas”, sostuvo.
Mercados
Las ventas al exterior de productos lácteos vienen golpeadas por menores precios en el mercado global. Según datos de la Secretaría de Agricultura, entre enero y julio último el país exportó 193.643 toneladas, una merma del 17,5% en volumen versus igual período de 2022. En tanto, en valor se vendió al mundo por US$768,2 millones, una reducción del 18%.
La leche en polvo el año pasado aportó US$66.265.431 en retenciones, mientras que los quesos y sus derivados pagaron por este tributo US$30.041.977, según datos del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA).
Massa añadió: “Hay dos condiciones sine qua non para que esta suspensión y este programa siga adelante. La primera son precios en la góndola. Para nosotros el tema de los precios a la gente y que tengamos acordado un sendero de precios claros para la gente en los próximos 90 días en la góndola es clave. Es clave que el esfuerzo que hagamos llegue al productor, porque si bajamos retenciones y el productor no ve una mejora en el precio, no habrá servido de nada en término de los volúmenes”.
Así explicó que entienden “la sensibilidad que el sector lácteo” en regiones como Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. “Suspender por 90 días retenciones, y mejorar el precio del programa Impulso Tambero en un 20%, nos lleva de aquí a fin de año a una inversión de más de 10.000 millones de pesos para el sector. Es decir, 7200 millones de pesos menos de ingreso para el Estado en términos de derechos de exportación, y 3573 millones de pesos puestos como inversión del Estado para sostener funcionando y produciendo a nuestros tambos”, afirmó.
En medio del encuentro, el funcionario le pidió a la industria comprometerse a que por esta decisión no haya aumentos en las góndolas.
“Quiero que lo pongamos en valor, porque en diciembre nos tenemos que sentar con los amigos [por las industrias] a construir una mesa de trabajo del sector mirando a largo plazo. El mundo debate la producción de proteínas y derivados de proteínas. La Argentina, el sur de Brasil y Uruguay pueden jugar un papel central no solo en el sector lácteo, en varios de los sectores productores de proteínas. Tenemos que tener la capacidad de planificar para que esa disputa internacional nos permita vender más trabajo argentino y tenga la garantía alimentaria y el ingreso para nuestra gente en la Argentina. Es mentira que son incompatibles, son compatibles si nos sentamos a la mesa”, dijo en alusión a los productores y la industria.
En un momento recordó y añadió: “Uno de ustedes decía: ‘desgraciadamente nos sentamos a la mesa ahora toda la cadena de valor porque estamos en crisis. Aprovechemos la crisis como una oportunidad de crecimiento’. Estoy de acuerdo, pero mantengamos también la mesa en los momentos en los que existen mejoras de rentabilidad y de precio internacional para defender de alguna manera no solamente a nuestro puesto de trabajo, sino los precios de la gente”.
También se refirió al rol del Estado, destacando que cuando hay problemas se recurre a su presencia y cuando se da una época de “vacas gordas” se lo ve como un estorbo. “No somos un estorbo para ayudar, tampoco un estorbo para diseñar una política de planificación. La leche y sus derivados son claves en la canasta básica argentina, pero también son clave en la producción de proteínas para vender al mundo y ocupar más mercados para generar dólares para la Argentina y más competitividad para las empresas. Hoy estamos en una transición por el contexto electoral y por estar en emergencia. En la emergencia estamos, pero el 10 de diciembre sentémonos a planificar los próximos cuatro años del sector, porque nos puede permitir abrir nuevos mercados y ganar la batalla de producción de proteínas que se viene dando a lo largo del mundo”, indicó.