A todo o nada, con un quórum ajustado y endeble, el oficialismo buscará este miércoles en el Senado cumplir la orden de Cristina Kirchner y aprobar el pliego de la jueza Ana María Figueroa para que pueda continuar en la Cámara de Casación Penal por cinco años más después de que el próximo 9 de agosto cumpla 75 años y, según lo establece la Constitución Nacional, deba jubilarse si no obtiene un nuevo acuerdo de la Cámara alta.
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La sesión está citada para las 11 y fue convocada por el oficialismo apenas una semana después de que la jueza Figueroa emitiera su opinión acerca de si se mantiene el fallo de primera instancia que cerró la causa la causa Hotesur-Los Sauces, que tiene como acusados por maniobras de lavado de dinero a la vicepresidenta y a sus hijos, Máximo y Florencia; o si debe reabrirse y sustanciarse en un juicio oral y público.
El sentido del voto de Figueroa no se conocerá hasta después de la feria judicial, pero al pronunciarse destrabó una decisión que venía demorada desde diciembre del año pasado. De hecho, sus compañeros de tribunal, Daniel Petrone y Diego Barroetaveña, que ya habían definido su posición hace bastante tiempo, esperaban ansiosos el voto de la magistrada.
“Tenemos 37, el número está muy ajustado; se nos resfría uno y sonamos”, bromeó el jefe del bloque del Frente de Todos, José Mayans (Formosa), y sinceró qué tan al límite es la jugada oficialista.
Las cuentas de Mayans contemplan los 31 senadores de la bancada oficialista, tres aliados de fuerzas provinciales y otros tantos senadores del bloque Unidad Federal, un conglomerado de cinco peronistas díscolos que se formó en febrero último luego de que se fracturará el Frente de Todos.
Los nombres de ese conglomerado con los que dice contar el oficialismo son el presidente de la bancada, Guillermo Snopek (Jujuy), María Eugenia Catalfamo (San Luis) y Edgardo Kueider. Los tres abandonaron el Frente de Todos en febrero pasado enojados por diferentes motivos con el Gobierno nacional y la vicepresidenta.
Sin embargo, Kueider permanecía en duda en la lista de Mayans, a pesar de la tarea de seducción que llevaron adelante el jefe de la bancada y varios senadores oficialistas para asegurarse que el entrerriano aporte este miércoles al quórum de 37 presentes que se necesitan para iniciar una sesión.
Con la oposición diezmada por algunas ausencias y apostando a que la sesión se caiga por falta de número, el kirchnerismo tampoco necesitará del voto de los peronistas disidentes para darle acuerdo a Figueroa. Con que permanezcan en el recinto y garanticen el quórum al momento de someterse a votación el pliego, le alcanzará al Frente de Todos para ofrendarle el trofeo que busca la vicepresidenta y a la camarista su continuidad en el cargo hasta que cumpla 80 años.
Luces de alarma
El operativo de seducción a Kueider implicó la convocatoria a la Comisión de Minería para tratar uno de los proyectos que el senador venía reclamando. La reunión estuvo atravesada por un clima de tensión y cargada de gestos de varios senadores oficialistas por hacer sentir cómodo y como un viejo amigo al entrerriano.
Pero las luces de alarma se encendieron cuando el presidente de la comisión, Rubén Uñac (San Juan), aclaró que era una reunión informativo, que no estaba previsto que se firmara dictamen a ninguno de los proyectos en discusión. “¡Ah, genial!”, exclamó Kueider sin poder disimular su sorpresa. El senador había advertido en diálogo con LA NACION que, como mínimo, quería que la comisión emitiera despacho a su iniciativa.
Cuando concluyó la reunión y se retiraba del Salón Illia, el senador fue abordado por este diario, que le preguntó sobre qué pensaba hacer en la sesión. “Me voy a tomar un café; cuando hay que tomar decisiones siempre es bueno una inyección de cafeína”, respondió, enigmático, Kueider.
Fuentes legislativas, en tanto, destacaron que Kueider se fue con las manos vacías de la Comisión de Minería, más allá de que Mayans habló con él en privado por espacio de cinco minutos y luego prometió convocar al Senado a la secretaria de Energía, Flavia Royón, para analizar los proyectos sobre tarifas eléctricas que se estaban discutiendo en ese momento. “No le dieron la ley que quería”, apestillaron en las cercanías del legislador, sumando una cuota de suspenso.
Pliegos judiciales
La sesión no sólo le servirá al kirchnerismo para darle acuerdo a Figueroa, sino que también le permitirá darle ingreso a una serie de pliegos judiciales que Cristina Kirchner pretende tener aprobados antes de que concluya su mandato como vicepresidenta.
La lista de nombramientos incluye el nombramiento de María Laura Manín, de estrecho vínculo con el ministro del Interior, Eduardo De Pedro; y de Humberto Guardia Mendonca en la sala de Defensa de la Competencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial. A ellos se suman Juan Rafael Stinco, exasesor de Axel Kicillof en YPF; y Tomás Rodríguez Ponte, quien estuvo a cargo del organismo que controla las escuchas judiciales, para ocupar el juzgado 7 del fuero en lo Contencioso Administrativo, y el juzgado federal 2 de Lomas de Zamora.