En medio de un clima de tensión e incertidumbre y todavía sin el número asegurado para alcanzar el quorum, Cristina Kirchner presiona para que el oficialismo convoque a una sesión este jueves para darle un nuevo acuerdo a la jueza Ana María Figueroa, de claros vínculos con el kirchnerismo y que se verá obligada a jubilarse si antes del próximo miércoles, cuando cumplirá 75 años, no consigue que le extiendan su magistratura por otros cinco años.
Por lo pronto, la bancada del Frente de Todos dio un paso más en su búsqueda de asegurarse el quorum. Reunió este mediodía a la Comisión de Minería y firmó dictamen a un proyecto del peronista díscolo Edgardo Kueider (Entre Ríos) que busca reducir las tarifas eléctricas en el interior del país.
Cerca de una grosería institucional
Kueider es uno de los dos senadores del bloque Unidad Federal, el otro es Guillermo Snopek (Jujuy), que el pasado 12 de julio se negaron a bajar al recinto y colaboraron a que fracasara el primer intento de Cristina Kirchner por evitar la jubilación de Figueroa. La jueza, que preside la Cámara de Casación Penal, integra la sala del tribunal que debe decidir si la causa Hotesur y Los Sauces, que tiene como acusados a la vicepresidenta y sus hijos Máximo y Florencia, debe reabrirse y llegar al juicio oral y público.
Al término de la reunión, Kueider le confirmó a LA NACION que está dispuesto a bajar al recinto una vez que el oficialismo haya firmado el dictamen. Snopek, por su parte, también señaló que dará quorum ante la eventualidad de que el oficialismo convoque a sesión.
Sin embargo, el propio jefe del bloque oficialista, José Mayans (Formosa), le dijo a este diario que hasta el momento no tiene asegurados los 37 senadores que necesita para alcanzar el quorum y abrir la sesión que tanto anhela la vicepresidenta.
El factor Weretilneck
Es que ahora el principal problema para Cristina Kirchner y Mayans pasó a ser el senador y gobernador electo de Río Negro Alberto Weretilneck, quien ya dijo de manera pública que no tiene pensado acompañar esta jugada del oficialismo.
Con las elecciones primarias del próximo 13 de agosto a la vuelta de la esquina, Weretilneck quiere esperar a ver los resultados antes de ponerle el cuerpo a una maniobra que no tiene ningún beneficio para él ni para su provincia.
El encargado de seducir al rionegrino para que concurra al Senado es el oficialista Martín Doñate (Río Negro), referente de La Cámpora y que fue socio político de Weretilneck en la elección provincial del 16 de abril pasado.
La oposición denuncia que el pliego de Figueroa es un caballo de Troya que esconde las verdaderas intenciones de Cristina Kirchner, que serían aprobar en la misma sesión un paquete con más 70 acuerdos judiciales que le permitirán seguir colonizando el Poder Judicial.
Como una carambola a dos bandas, la maniobra, sostienen en Juntos por el Cambio, también apunta a modificar la relación de fuerzas al interior de la Asociación de Magistrados, fortaleciendo con el ingreso de nuevos adherentes a la Lista Celeste, expresión kirchnerista de la entidad que reúne a los jueces nacionales y federales, para así ganar un escaño más para el Consejo de la Magistratura en las próximas elecciones que celebre la entidad.