Marcos Bulgheroni, el CEO de Pan American Energy Group (PAEG), participó de la exposición de gas y petróleo (AOG), que organiza el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), e hizo un análisis del sector energético global y de la incidencia que tendrán los nuevos cambios geopolíticos. Además, habló sobre el rol que podría jugar la Argentina en una nueva etapa para la integración regional.
“El año 2023 pasa a ser el primero de la ‘nueva normalidad’. Tuvimos eventos que impactaron muy fuerte en la industria, como el Covid 19 y la guerra en Ucrania. En el año 2023 volvemos al equilibrio de una nueva era”, dijo el empresario petrolero, a modo de introducción.
Bulgheroni sostuvo que los precios internacionales actuales del barril de petróleo, en torno a US$93, son “relativamente altos”, por varias cuestiones. Por un lado, debido a la mayor demanda de China, luego de que se terminaran las restricciones por el Covid, que estuvieron vigentes hasta principios de este año. Por otro lado, debido a la menor oferta que proponen los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo ampliado (OPEP+), como Arabia Saudita y Rusia.
“Están trabajando activamente para restringir volúmenes. Estamos hablando de casi 5000 millones de barriles menos sobre casi 100.000 millones de oferta habitual. Es un montón la capacidad restringida”, indicó, y se refirió al cambio en los sentidos de flujo.
“Antes los flujos iban de Rusia a Europa, principalmente, ahora cambió el flujo de esas moléculas. Rusia empieza a vender a India, China y al resto de sudeste asiático, mientras que Europa empieza a mirar hacia el Occidente y empieza a comprarle más a Estados Unidos, algo a África y también algo a América Latina”, explicó, en una charla con Ernesto López Anadón, presidente del IAPG.
En el gas, dijo que desde fines de 2021 a la fecha, en Europa, el 60% de las moléculas del gas ruso desaparecieron, que equivale el 20% del consumo total europeo, y fue reemplazado por más importaciones de Estados Unidos a través de gas natural líquido (GNL). “Hicieron una brutal campaña de diversificación para comprar cargos de GNL e instalar plantas de regasificación. Empezaron por Qatar, pero el gran ganador fue Estados Unidos”, dijo.
El empresario, sin embargo, advirtió que la nueva etapa es “frágil”, y explicó: “La volatilidad puede llegar a volver con cualquier tipo de tensión en el mar chino. La geopolítica va a pesar aún más que antes en esta nueva normalidad”.
Con respecto a la transición energética, Bulgheroni dijo que hay que verla “como una oportunidad y no como una amenaza”. En ese sentido, contó que en los últimos años la sociedad demandaba de la industria “algo difícil de cumplir, que era resolver el cambio climático”.
“En la industria sabemos que tenemos que involucrarnos, que tenemos que ser parte activa de esta transición, aunque no quieran algunas partes, y creo, desde mi punto de vista, que no hay una sola solución. Puede que haya más de una y que convivan el tiempo. Sabemos que tenemos que seguir dando energía barata, accesible y segura al mercado para sostener el crecimiento energético, y sabemos que esa energía tiene que bajar su intensidad de emisiones de carbono”, dijo.
Como ejemplo, mencionó la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) realizado en Escocia, cuando ningún presidente quería sacarse una foto con las productoras de petróleo y gas. “Los políticos tenía terror de sacarse la foto. Lo mismo sucedió en Egipto con la siguiente conferencia, pero ahora la COP28 se realizará en Dubai, donde los Emiratos Árabes serán anfitriones, un país productor y miembro de la OPEP. El presidente de la conferencia será el sultán Ahmed al Jaber, director ejecutivo de Adnoc [Empresa nacional de petróleo de Abu Dhabi]. Es un tipo muy piola. Eso demuestra el cambio y le da a la industria la oportunidad de ser protagonista”, dijo.
“El sultán ha logrado conseguir un consenso de la industria que es muy importante. Espero que se concrete, como que la industria diga que estamos de acuerdo con el Acuerdo de París, que antes no era muy evidente. La adherencia a eso saca de lado ruido político. También de empezar a poner objetivos de bajas de metano, de emisiones fugaces, de venteo, algo parecido a cero para 2030, y baja de emisiones para 2050. Todo eso con un mercado que le ponga un precio al carbón, que provea que los incentivos para que estos objetivos se puedan resolver. Nosotros vamos a seguir produciendo petróleo, pero con menor intensidad de carbono y de emisiones. Esto nos saca de esa falsa dicotomía de decir o producimos para soportar el crecimiento económico o no producimos y no hay emisiones. Hay que hacer las dos cosas”, agregó.
Visión sobre la Argentina
El empresario indicó que la Argentina, gracias a Vaca Muerta, puede acelerar la integración regional energética. “Desde los 90 se viene hablando de una integración energética de los países del Mercosur. Vaca Muerta, por el tamaño, puede hacer de eso una realidad”, dijo.
“Con nuestros vecinos en Chile ya tenemos gran parte de la infraestructura hecha en el centro y en el sur. Se puede incrementar la capacidad en el norte. Después de 15 años, este 2023 empezamos a exportar 400.000 metros cúbicos día (m3/d), y con relativamente poca inversión puede subir a tres o cinco millones de m3/d y reemplazar el uso del carbón. Uno podría esperar que a Chile, en vez de exportarle 10 millones m3/d, podemos llegar a 17 millones.
“Después está el corredor norte de la integración a través de Bolivia. La reversión de todo el sistema norte de gasoductos nos va a permitir conectar las moléculas de Vaca Muerta con Río de Janeiro y con San Pablo. Después, en la parte sur del anillo, se puede sumar otros 30 millones de m3/d al sistema. Y por supuesto, el GNL no solo permite conectarte regionalmente, pero también global.
En petróleo, indicó que se están exportando 100.000 barriles día y que eso “se podría cuatriplicar rápidamente”. También indicó que hay un montón de productos que, “en la medida que las refinerías tengan los incentivos de precios adecuados”, se podría estar exportando tanto gas licuado de petróleo (GLP), como naftas. “Nosotros podríamos estacionalmente exportar diésel y coque, que es un producto que se valora hoy cada vez más”, dijo.