Lo que se preveía sucedió: la oferta de divisas por el mercado oficial (aún la estimulada con un precio especial) comenzó a ralear en vísperas del primer turno electoral, lo que llevó al Banco Central (BCRA) a realizar la segunda pérdida consecutiva de reservas por intervenciones por primera vez desde que se reformuló el Programa de Incentivo Exportador (PIE) para tratar de poner fin a ese drenaje.
La entidad que comanda Miguel Pesce debió volcar a plaza US$94 millones hoy, tras los US$21 millones de ayer (unos US$115 millones en dos días), al retraerse en la fecha las liquidaciones por la CAM 9 del MAE (aquellas que está habilitado a pagar a $340) hasta los US$46,4 millones, el menor nivel desde que comenzó a funcionar a pleno incorporando a los productores maiceros entre lo beneficiarios.
Es una merma en esta oferta que estaba en buena medida prevista dado que ese programa ya aportó al mercado unos US$1876 millones, cifra que supone el 94% del monto de US$ 2000 millones comprometido hasta fin de mes. “Es la segunda liquidación más baja del programa y la más escasa desde que se incorporó el maíz”, hizo notar la analista de mercados en Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) Natalia Marin.
Dólar agro 🚨💵🌽🌻La liquidación de hoy es la segunda más baja del programa y la más baja desde que se incorporó el maíz al programa. https://t.co/Rb48hkZawV
— Natalia Marin (@NatiMarin17) August 9, 2023
La nueva y preocupante venta, tomando en cuenta que la situación de las reservas es sumamente crítica, llegó en una rueda en la que el BCRA curiosamente desaceleró el ritmo de devaluación oficial del peso, al permitir una suba del dólar mayorista (cerró a $285,15) de apenas $0,95, lejos de la actualización de hasta $1,283 por día que había permitido en la jornada que reinició la operatoria el lunes.
Lo movió así algo menos que el 9% mensualizado, tras haber llegado a permitir ajustes de hasta 14,6% en jornadas previas, como si buscara recalibrar su política monetaria luego de que varios analistas advirtieran que permitir aumentos porcentuales mayores a la tasa de referencia de la economía podía ser perjudicial.
“El ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial se había mantenido en torno a 13% (promedio en cinco ruedas), un ritmo superior no solo a la inflación estimada para agosto sino también a la tasa de interés de plazos fijos, lo que estaba generando incentivos a retrasar la venta de granos del complejo agroexportador. La brecha del oficial y el dólar agro ($340) se reduce a mayor velocidad, impactando negativamente en el incentivo a liquidar en este segmento con tipo de cambio más alto”, habían apuntado los analistas de la consultora Delphos Investment.
“El BCRA cambió el patrón de comportamiento: en junio la tasa de devaluación fue superior a la inflación, en julio y agosto sucedería lo mismo. No está mal, pero la tasa de devaluación debería ser inferior a la tasa de los depósitos, por lo que debería subir el tipo de interés de referencia, ya que, de lo contrario, habrá menos incentivo a desprenderse de dólares por parte de los agentes económicos”, había alertado también días atrás el analista Salvador Di Stefano.
Aunque no se pueden sacar conclusiones anticipadas por lo sucedido en la rueda de hoy, todo indica que el ente monetario puede volver a estar revisando su estrategia.
Por lo pronto, en las tres ruedas que van a de la semana el dólar mayorista “subió $5,80, superando ya la corrección final de la semana anterior, que fue $ 5,65″, recordó el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios, dado los niveles de ajuste autorizados en las ruedas anteriores.
El drenaje del día luce además inquietante porque llegó en una jornada en la que el volumen operado en el segmento de contado cayó hasta los US$361,7 millones, es decir, un 27% respecto del nivel que había mostrado en la rueda previa. Eso quiere decir que ni una marcada retracción en la demanda, probablemente propiciada por nuevas dilaciones en las ventas, sirvió para que el BCRA no vuelve a sacrificar reservas.
De hecho, los números del día muestran que debió aportar de sus reservas poco más del 26% de las divisas operadas por la plaza oficial, con lo que debe haber vuelto a convertirse en el principal aportante del mercado, algo insostenible en la situación actual.