La jueza de la Cámara Federal de Casación Penal, Ana María Figueroa, a quien la Corte Suprema de Justicia de la Nación cesó en sus funciones la última semana, acusó al máximo tribunal de ser un organismo “machista”. “A un hombre no se le hubieran animado a hacerme lo que me hicieron a mí”, apuntó.
“Hay que preguntarle a la Corte por qué tomó esta medida que considero que es arbitraria”, dijo la magistrada ayer, en diálogo con radio 10. Así, sobre esa cuestión de género, Figueroa interpretó que habría sido uno de los desencadenantes de la resolución tomada para con ella. “Es muy grave”, afirmó.
El miércoles de la semana pasada, la Corte Suprema de Justicia de la Nación cesó en sus funciones a la jueza Figueroa, quien en agosto pasado cumplió 75 años y aún no había conseguido acuerdo del Senado para permanecer en su cargo por cinco años más, tal como lo exige la Constitución Nacional. La decisión fue adoptada por unanimidad y notificada al Consejo de la Magistratura de la Nación “a fin de que adopte las medidas que estime necesarias” y a la Cámara Federal de Casación Penal.
“Antes, como corresponde, le informé al Consejo de la Magistratura de la Nación, en su condición de ser el administrador del poder judicial, que el 9 de agosto cumplía 75 años y, además, el estado en que estaba el trámite parlamentario que el Presidente [Alberto Fernández] había remitido el pliego para un nuevo acuerdo. Por las cuestiones y avatares de la política, no se reunió el Senado y pasó mi cumpleaños sin tener el nuevo nombramiento”, explicó Figueroa.
La magistrada dio el nombre de varios colegas, a modo de ejemplo, que una vez cumplido los 75 años continuaron en sus funciones a la espera del acuerdo que extendiera su actividad. “No los destituyeron en el mismo momento y eso no es responsabilidad de los jueces, sino lo que esto marcando es el trámite desigual”, destacó Figueroa, quien en varias oportunidades durante la entrevista radial indicó: “Hasta mí [caso], así se resolvió siempre”.
“En todos los casos se actuó con el mismo criterio. Entonces, yo pensando en que los antecedentes en la justicia tienen algún valor, creí que se me iba a dar el mismo trato que se le dio al resto. Estaba confiada en que se me iba a someter al trámite constitucional como corresponde y que el Senado podía o no darme el acuerdo, pero mientras tanto estuviera ese trámite yo era jueza con todas las atribuciones que corresponden”, arremetió Figueroa. “No tuve ningún derecho de defensa”, dijo.
Al ser consultada por si la decisión del máximo tribunal estuvo relacionada con su afinidad a la vicepresidenta Cristina Kirchner, la magistrada se remitió a una anécdota. Figuroa contó que en la entrevista que tuvo con senadores para solicitar la prórroga en el cargo en la Cámara, un legislador de la oposición le preguntó si pensaba que había habido persecución política contra la expresidenta y ella contestó que sí.
“No vi a la Asociación de Magistrados, a la Asociación de Jueces, que nadie salga a decir nada respecto de todos los agravios contra mí. Hay una doble vara”, protestó.
En su decisión, los jueces de la Corte Suprema indicaron que “tras la reforma de 1994, el artículo 99 -inciso cuarto, tercer párrafo- de la Constitución Nacional prevé que un nuevo nombramiento precedido de igual acuerdo (del Senado) será necesario para mantener en el cargo”. El trámite no fue completado en el caso de Figueroa al momento del fallo del máximo tribunal.