MOSCÚ.- Rusia habría empleado en los últimos diez años hasta medio centenar de embarcaciones pesqueras, cargueros y yates para realizar actividades de espionaje encubiertas en aguas del mar del Norte y el Báltico, según una investigación publicada por medios de comunicación de los países nórdicos.
Esta es la principal conclusión que se extrae del estudio elaborado por las corporaciones de radiodifusión pública de Noruega (NRK), Dinamarca (DR), Suecia (SVT) y Finlandia (YLE) bajo el título “Sombras de guerra” y que analiza las operaciones navales rusas en aguas nórdicas.
De acuerdo con el informe, las embarcaciones civiles rusas han navegado por las inmediaciones de parques eólicos marinos, sobre gasoductos y el cableado de Internet y energía tendido sobre el fondo marino.
“No podemos hacer más que mantenerlos bajo vigilancia”, han lamentado desde la Armada sueca, según recoge SVT.
“Este tipo de movimiento y comportamiento […] Podrían convertirse en una amenaza si la situación en todo el mundo se deteriorara aún más. Los cables de electricidad y comunicación son, por supuesto, importantes para un país”, señaló el encargado de prensa de la Armada sueca, Jimmie Adamsson.
De acuerdo con el estudio, centrado en un buque llamado Admiral Vladimirsky, el objetivo de Rusia con tales operaciones es el de adquirir la información suficiente que permita en un futuro a Moscú sabotear la distribución de electricidad en el noroeste de Europa, según detalla YLE.
Las emisoras detrás del estudio afirmaron haber analizado comunicaciones de Rusia interceptadas en las que se indicaba la existencia de “barcos fantasmas”, según BBC.
Tal y como ha relatado Adamsson, la clave de que Rusia pueda realizar tales maniobras es el hecho de que no se emplean embarcaciones que son propiedad del Estado, pues esta sí necesitan permisos específicos para ingresar en aguas territoriales de cada país. Las embarcaciones civiles, como los barcos mercantes, pueden servir de “camuflaje”.
Según la BBC, las autoridades británicas están al tanto de la presencia de buques rusos en aguas del Reino Unido como parte del mismo programa de espionaje.
Con estas informaciones se vuelve a sembrar discordia sobre lo que podría haber ocurrido a finales de septiembre del año pasado, cuando una serie de explosiones en el mar Báltico destruyeron un sector del gasoducto ruso Nord Stream. Mientras Moscú señala a potencias extranjeras, Occidente ha insistido en una maniobra de autosabotaje.
De acuerdo con los apuntes de DR, en noviembre de 2022 se avistó una embarcación sospechosa en Kattegat, entre Dinamarca y Suecia, que, según la versión oficial, estaba realizando investigaciones marinas pero que en realidad podría haber estado en conversaciones con una base naval rusa.
De hecho, las corporaciones de radiodifusión han apuntado que muchas de estas embarcaciones civiles rusas sospechosas apagan sus transmisiones para evitar ser identificadas y desaparecer de los radares de las autoridades marítimas suecas, danesas, noruegas o finlandesas.
Agencia DPA