MOSCÚ.– Rusia reconoció ayer que está combatiendo a un grupo de saboteadores llegado de Ucrania en la región rusa de Belgorod, donde las autoridades establecieron un “régimen antiterrorista” para proteger a los civiles, que comenzaron a ser evacuados de la zona.
Las autoridades rusas reportaron que “un grupo de sabotaje y reconocimiento” procedente de Ucrania entró en el distrito de Graivoron, en la región de Belgorod.
Esta operación ilustra las aparentes dificultades de Moscú para asegurar la seguridad de su frontera en las zonas limítrofes con Ucrania, donde en las últimas semanas se ha registrado un número creciente de ataques.
En respuesta, el FSB (servicios de seguridad) estableció por la tarde un “régimen legal antiterrorista” en la región. Este otorga poderes a las fuerzas del orden para reforzar los controles de identidad, de los vehículos y de las comunicaciones, y facilita las intervenciones “antiterroristas”.
Kiev niega las acusaciones y asegura que se trata de milicianos rusos anti- Putin.
“Ucrania observa con interés los acontecimientos en la región Belgorod de Rusia y estudia la situación, pero no tiene nada que ver con ella. Como saben, los tanques se venden en cualquier tienda militar rusa, y los grupos guerrilleros clandestinos están compuestos por ciudadanos rusos”, publicó en Twitter el asesor de la presidencia ucraniana Mykhailo Podolyak.
The only driving political force in a totalitarian country of tightened screws is always an armed guerrilla movement. #Ukraine is watching the events in the #Belgorod region of #Russia with interest and studying the situation, but it has nothing to do with it. As you know, tanks…
— Михайло Подоляк (@Podolyak_M) May 22, 2023
La Legión Libertad para Rusia y el grupo de extrema derecha Russian Volunteer Corps, dos organizaciones armadas de rusos pro-Ucrania de las que no se sabe mucho, reivindicaron la incursión.
El pasado verano las dos milicias pactaron con un tercer grupo armado, el Ejército Nacional Republicano, y pidieron al exdiputado ruso Ilya Ponomarev, que emigró a Kiev desde 2019 y se nacionalizó ucraniano, representarlos ante naciones extranjeras.
“Llegó el momento de poner fin a la dictadura del Kremlin”, afirmó en un video difundido por la cadena un hombre que en diciembre se presentó como “César”, vocero del grupo Legión Libertad para Rusia, que ha sido definido por los medios como exneonazi de derecha, que en 2014 pasó al bando de Ucrania.
Según la cadena, el grupo “liberó totalmente” una aldea de la región de Belgorod y atacó una segunda localidad.
Por su parte, el Cuerpo de Voluntarios Rusos se atribuyó la responsabilidad de una incursión en la provincia rusa de Bryansk a principios de marzo.
El gobernador de la región rusa de Belgorod, Viacheslav Gladkov, informó que dos personas fueron heridas en un bombardeo en la aldea de Glotovo y que hay otros tres lesionados en Graivoron y uno en Zamostie.
Los videos que aparecieron en varios canales de Telegram rusos y ucranianos muestran batallas que también involucran tanques y un helicóptero.
Allegedly BNR … this wouldnt be the first time Russia dropped bombs in Belgorod. https://t.co/vZbmDbxIxs pic.twitter.com/EwvTdirWTd
— 🌻 Fertilizer Finder 🌻 (@ManiacMagic1) May 22, 2023
“Las fuerzas armadas rusas, junto a los guardias fronterizos, la Rosgvardia (guardia nacional) y el FSB (servicios de seguridad) llevan adelante todas las medidas necesarias para liquidar al enemigo”, informó Gladkov en Telegram.
Fuentes citadas por los canales de Telegram Baza y Shot hablan de 39 muertos en las filas de los asaltantes, mientras que varios otros habrían sido tomados como prisioneros. La noticia que no tiene confirmación oficial.
Sin embargo, el gobernador dijo por la noche que la mayoría de los residentes de las aldeas fronterizas habían abandonado sus hogares y anunció la introducción de un régimen especial antiterrorista en la región, que implica “restricciones temporales”.
El Cuerpo de Voluntarios y la Legión de la Libertad para Rusia emitieron mensajes llamando a los residentes cerca de las fronteras con Ucrania a “no resistir y no tener miedo” y afirmando que “la libertad está cerca”.
Aún así, para las autoridades rusas la operación fue lanzada por las fuerzas de Kiev con el propósito específico de “desviar la atención” de la derrota sufrida en Bakhmut, acusó al vocero del Kremlin, Dmitry Peskov .
Peskov agregó que la situación en el terreno está siendo monitoreada constantemente por el presidente Vladimir Putin, quien también tiene previsto mantener nuevas conversaciones en Moscú el miércoles con su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko.
Esta incursión se produce después de que el fin de semana Rusia reivindicara la toma de Bakhmut, una localidad del este de Ucrania que ha sido escenario de la batalla más feroz y sangrienta desde que comenzó el conflicto en febrero de 2022.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, desmintió que sus fuerzas perdieran Bakhmut y afirmó que su ejército todavía controla una pequeña franja y que sigue presionando a las tropas rusas al norte y al sur de la ciudad.
Por su parte, el grupo paramilitar ruso Wagner afirmó que sus fuerzas prevén retirarse de Bakhmut entre el 25 de mayo y el 1 de junio para ceder sus posiciones al ejército regular.
En tanto, las autoridades ucranianas afirmaron haber repelido – al menos parcialmente- un ataque aéreo ruso sin precedentes lanzado durante la noche con misiles y drones contra la ciudad de Dnipro, en el centro-este del país.
Según las autoridades regionales, siete personas fueron heridas.
El alcalde de Dnipro, Boris Filatov, dijo que “nunca había habido un bombardeo (contra la ciudad) de esta intensidad”, desde el inicio de la ofensiva rusa.
Corte de energía en central de Zaporiyia
El bombardeo ruso también provocó, según las autoridades ucranianas, un corte temporal energía en la central nuclear de Zaporiyia, la planta más grande de Europa que está ocupada por los rusos desde el inicio del conflicto.
Esta planta ha sufrido varios bombardeos y está es la séptima vez que queda sin acceso a la red eléctrica.
La central está actualmente cerrada y no están produciendo electricidad, pero la planta necesita energía para sus propias necesidades, incluida la refrigeración de sus seis reactores.
En las últimas semanas, en un momento en que se perfila una gran contraofensiva ucraniana, el territorio ruso ha sido blanco de un número creciente de sabotajes y ataques, que Moscú atribuye a Kiev y que Ucrania niega.
En el plano diplomático, Zelensky, asistió el fin de semana a la cumbre del G7 en Japón, donde los países de este grupo de las siete economías más avanzadas le entregó nuevas promesas de envíos de material militar.
Agencias ANSA y AFP