Desde Buenos Aires a Caracas, pasando por Brasilia, la preocupación crece como reguero de pólvora. Lo hace desde el domingo 13, cuando Javier Milei se convirtió en el inesperado ganador de las primarias, y se posicionó de modo serio y concreto de cara a las presidenciales de octubre.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, comparte por estas horas con su par argentino Alberto Fernández y el venezolano Nicolás Maduro, entre otros, las dudas sobre el futuro del plan de integración regional, que el líder libertario promete romper en pedazos si es que llega a la Casa Rosada en diciembre.
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El Mercosur, al que Milei dijo que buscará eliminar, la Unasur y la Celac, componen la tríada de organizaciones regionales que el brasileño –como aval de mandatarios como el argentino y el venezolano– está utilizando para reforzar su liderazgo, una estrategia que también incluye su protagonismo en los Brics y el G20. Un gobierno como el de Milei, repiten casi de igual modo en las tres capitales sudamericanas, haría peligrar los acuerdos ya alcanzados y destruiría la sintonía que, cabe aclarar, no es unánime en toda la región, con distintas visiones que coexisten en esos foros internacionales.
“El esquema de integración queda golpeado, y en Brasil hay mucha preocupación por el futuro del Mercosur, en la política y el empresariado”, comentaron a LA NACION desde la embajada argentina en Brasilia, que encabeza Daniel Scioli. La misma preocupación enfrenta Maduro, quien de la mano de Lula ha comenzado su vuelta a los foros internacionales como la Unasur, a pesar de las denuncias y duras críticas por su política de derechos humanos y libertades civiles que aún recibe el régimen chavista, desde Estados Unidos y también desde países con gobiernos progresistas, como el Chile de Gabriel Boric.
Según pudo saber LA NACION, también Maduro intentó conocer, a través de colaboradores cercanos de boca de la embajada argentina en Venezuela que encabeza Oscar Laborde, cuales son las reales chances de triunfo de un dirigente que lo llamó “dictador” y “narcotraficante”, y al que él mismo tildó de “extrema derecha neonazi y fascista” en una reunión del foro de San Pablo, en noviembre del año pasado. Mientras se prepara para las elecciones del año que viene y niega las acusaciones de la oposición, Maduro ha intensificado su vínculo con Lula y también con Argentina, a través de un mayor y discreto flujo comercial en los últimos meses.
Sin negar los posibles riesgos del ascenso de Milei, que según contó LA NACION fueron tema de conversación de Fernández, Lula da Silva y otros presidentes del continente durante la asunción de Santiago Peña como nuevo presidente de Paraguay, desde la Cancillería ponen paños fríos y aseguran, al menos desde el discurso público, que el proceso de integración regional sigue en pie.
“Hay un show político desplegado y se ha impuesto una agenda política nueva, o no tan nueva, porque (Mauricio) Macri ya había insistido, junto a (Sebastián) Piñera, en dejar de lado la Unasur y crearon el ProSur. Pero Milei no ganó la elección general y falta mucho todavía para que lo haga”, matizó Gabriel Fuks, flamante subsecretario para América Latina de la Cancillería.
Esta semana, y además de rechazar el comercio con China con el argumento de que “no pacta con comunistas”, Milei se mostró refractario a un acercamiento con Lula, a quien tildó de “zurdo defensor de dictaduras”, y prometió abandonar el Mercosur, al que calificó de “unión aduanera defectuosa”.
“Es difícil que Milei rompa efectivamente el Mercosur, porque aún en los momentos de mayor tensión nunca se rompió”, agrega Fuks, en referencia implícita a las críticas del expresidente brasileño Jair Bolsonaro al bloque regional y las amenazas del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, de librarse del “lastre” que para él significa el actual Mercosur, y acelerar en acuerdos bilaterales de comercio como China y países de Oceanía. Con Bolivia en proceso de entrada al Mercosur, “la integración está creciendo y no retrocediendo”, contraatacó Fuks, aunque los roces en ese bloque comercial siguen latentes. De hecho, él mismo escuchó el jueves el reclamo de Paraguay, a través del encargado de Negocios, Juan Ramón Cano Montaña, por el aumento en el precio de los peajes que abonan los barcos que atraviesan la Hidrovía Paraná-Paraguay.
Si el Mercosur aún da muestras de vigencia a pesar de las dificultades y roces internos, el futuro de la Unasur y la Celac se presenta aún más difícil luego de desatada la ola Milei. Como presidente de la Celac, Alberto Fernández promovió las negociaciones con la Unión Europea y la participación indirecta de EE.UU. en la cumbre de Bruselas, aunque para mantener unido al bloque debió satisfacer las exigencias de Venezuela, Cuba y Nicaragua, que históricamente manejaban la organización fundada por el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.
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Argentina trabaja con San Vicente y las Granadinas, actual presidente de la comunidad de estados, y Honduras, cuya presidenta Xiomara Castro (cercana a la vicepresidenta Cristina Kirchner) tomará la posta el año próximo. “Si Milei gana la cosa va a cambiar, porque no podés ir a un foro como ese e insultar a otros socios”, recuerdan desde la Cancillería. En el caso de la Unasur, Lula da Silva también trabajó para que los 12 países sudamericanos estuvieran presentes en la cumbre del 31 de mayo pasado (incluida Venezuela) y una irrupción de Milei rompería ese consenso básico, coinciden las fuentes.
Ya decidido a no viajar la semana el miércoles a la cumbre de los Brics en Johanesburgo -no se tratará allí la incorporación de Argentina a ese poderoso bloque comercial-, y a menos de cuatro meses de finalizar su mandato, el Presidente apoya los esfuerzos regionales de Lula, con quien lo sigue uniendo una fuerte relación personal, aunque el proyecto de una Patria Grande enfrenta múltiples desafíos adicionales. Uno de ellos fue y es el de las elecciones en Ecuador, este domingo, en el que la candidata de Rafael Correa, Luisa González, fue la más votada pero quedó afectada luego del asesinato de uno de sus competidores, Fernando Villavicencio. El crecimiento de Jan Topic, el “Rambo ecuatoriano” que ayer promedió los quince puntos, amenaza con generar a mediano plazo un terremoto político también en ese país, parecido al de Milei.