“Resiliencia, sacrificio, determinación y un poco de inconsciencia”. Todo eso es lo que para Diego Bertezzolo se necesita para emprender en la Argentina. En 2017, cuenta, junto a Pablo Mendonca y Marcos Chicote, los tres compañeros en una maestría en dirección de empresas en la Universidad de San Andrés, presentaron para una materia de emprendedorismo un proyecto de una plataforma que unía a dadores de carga con transportistas.
Los estudiantes buscaban resolver las dificultades que tienen los pequeños, medianos y grandes dadores de carga para conseguir transporte y, a su vez, los inconvenientes de los transportistas de no poder tener muchas veces viajes regulares y seguros. Los jóvenes nunca imaginaron que ese trabajo académico se iba a convertir en una startup que, seis años después, factura US$15 millones al año y que crece a un 15% mensual.
“Los tres veníamos de trabajar en distintas industrias ligadas a la logística y veíamos que había un sector con una potencia económica gigantesca, pero que operaba de una manera bastante tradicional, carente de herramientas digitales y de información en el sentido amplio”, indica Bertezzolo, y agrega: “Los estudios serios indican que un tercio de los camiones circulan vacíos y que eso, en gran medida, tiene que ver con equivalencia de información, donde tanto oferta como demanda no terminan de encontrarse de manera perfecta”.
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Ese diagnóstico, explica, resume la problemática que se propusieron resolver junto a Mendonca y Chicote con la creación de un marketplace para la logística del transporte de media y larga distancia.
Al principio solo era un proyecto académico, pero con el tiempo empezó a tomar forma y los tres jóvenes, que en ese momento tenían entre 30 y 37, renunciaron a sus trabajos para poder dedicarse de lleno al nuevo proyecto.
“Nosotros estábamos en un MBA, veníamos de buenas carreras profesionales, de trabajar en multinacionales, pensamos que iba a ser más sencillo, pero no lo fue. Armar tecnología es caro, con lo cual parte del proceso implica la búsqueda de inversores y salir a vender una compañía que todavía no tiene tracción comercial requiere de mucho esfuerzo”, expresa.
Bertezzolo explica que el desarrollo de la startup se hizo en dos etapas. La primera tuvo que ver con empezar a construir y a financiar la construcción de tecnología base. Es decir, el primer marketplace y las primeras herramientas que permitían a dadores de carga y transportistas empezar a vincularse.
Después, vino una segunda etapa que los llevó a ser un operador digital dentro de la red, es decir que prestan servicios logísticos a través de esta tecnología.
“Todos estos caminos contados a la distancia cuando te va bien parecen mágicos, pero la verdad es que son difíciles y duelen bastante. Emprender en la Argentina no es fácil, sobre todo por la búsqueda de capital para empresas tecnológicas más que todo en sectores donde todavía la tecnología es incipiente”, dice.
La salida al mercado de Avancargo, que fue el nombre que eligieron para la plataforma de logística, fue en 2018 luego de un proceso de desarrollo que “se hizo todo a pulmón”, donde el financiamiento inicial estuvo basado en aportes propios de los fundadores. Al poco tiempo llegó la primera inversión de la mano de Friends & Family, que aportó US$300.000.
En 2019, en tanto, cerraron una ronda semilla de US$1.000.000 con Ventures Capital, fondos e inversores institucionales de la talla de Globant, Supervielle, Grupo Murchison, Puerto Asís y Win Win VC. En 2020, el Laboratorio de Innovación del propio Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab) también terminó acelerando a la compañía.
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Al cierre de la ronda, Avancargo contaba con 6000 empresas de transporte y 500 dadores de carga registrados en la plataforma. Hoy tiene más de 17.000 transportistas y 1500 dadores de carga. La plataforma lleva dos años creciendo a una tasa mensual del 15% y este año creció cinco veces respecto al 2021.
“Para nosotros, el agro es el principal mercado, pero no es el único. Somos una empresa que está enfocada en la logística terrestre y el agro es una de esas verticales en donde operamos siendo, a su vez, la más representativa para nosotros”, dice el emprendedor.
Su base de datos cuenta con más de 70.000 camiones fiscalizados, es decir un 30% de los 300.000 que conforman el parque de unidades para servicios pesados de carga de la Argentina. Se preparan, según dicen, para gestionar el 30% de los fletes de la próxima cosecha de espiga de maíz y el 70% de la cosecha de semillas de girasol. La compañía estima operar durante 2023 la entrega de más de 2.500.000 bolsas con sus principales clientes: Syngenta, BASF, FyO, Bioceres, entre otros.
Esta nota se publicó originalmente el 1° de enero de 2023