En la Argentina, una persona que gana más de $280.000 al mes se encuentra dentro del 10% de la población con mayores ingresos del país, según la última encuesta permanente de hogares (EPH) que publicó el Indec. Ese ingreso equivale a US$800 al tipo de cambio oficial ($350) o US$375 al contado con liquidación (CCL) ($750).
Según el informe que publicó el ente estadístico, el ingreso promedio per cápita del total de la población, que corresponde a 29,4 millones de personas, alcanzó los $87.310.
“El ingreso promedio del estrato bajo (deciles 1 a 4) equivale a $51.196; el del estrato medio (deciles 5 a 8), a $132.455; y el del estrato alto (deciles 9 y 10), a $325.695″, dice el informe oficial de distribución del ingreso.
“En la Argentina, si ganas menos de $80.000 (US$107, estás en el estrato bajo; más de $138.595 (US$186), estás por encima del ingreso promedio; más de $200.000 (US$268), estás en el 20% más rico y, más de $280.000 (US$376), estás en el decil más alto”, dijo el economista Nery Persichini.
La canasta básica alimentaria, por caso, que mide el ingreso necesario de una familia tipo (dos adultos y dos menores) para no ser indigente, fue de $130.590 en agosto. La canasta básica total, que mide el ingreso para no ser pobre, fue de $284.687.
“Con los datos de distribución del ingreso recién publicados por el Indec es casi seguro que la pobreza del primer semestre, que publican la semana próxima, va a ser mayor a 40%. Mi estimación es 40,3%”, dijo Leopoldo Tornarolli, economista del Cedlas de la Universidad Nacional de La Plata.
El 62,4% de la población total (18,5 millones de personas) percibió algún tipo de ingreso. El ingreso medio de este segmento fue $138.595. Si se discrimina la población por género, el ingreso medio de los varones asciende a $161.252, mientras que el de mujeres es $116.584.
“La distribución regresiva del ingreso desacelera el crecimiento porque baja la propensión marginal a consumir de la sociedad: más allá de cuánto se produzca, si los sectores de menores recursos tienen menores ingresos, dado que gastan una mayor proporción de estos respecto de las clases altas, donde la capacidad de ahorro es mayor, se desacelera la demanda en el corto plazo”, opinó el economista Matías Rajnerman.
“En materia de inversión, esto tiene resultados difusos: por un lado, reduce las ventas y la masa de ganancia esperada, afectando negativamente a los desembolsos; por el otro, un mayor ahorro podría traducirse en mayor crédito y tasas más bajas, alentando los gastos de capital. Lamentablemente, en la Argentina de hoy pareciéramos estar más en la primera que en la segunda fase del ciclo, de modo que un empeoramiento de la distribución del ingreso no es malo solo por ‘razones morales’, sino también de crecimiento inmediato”, agregó.
El informe de distribución del ingreso contrasta con la decisión del Gobierno de subir el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias a $1,77 millones por mes, que alcanza de esta forma solo a 90.000 personas (0,88% del total de los empleos registrados), según datos oficiales del Ministerio de Economía.
“El ingreso per cápita del 10% de los hogares con mayores recursos fue de $311.664 mensuales contra apenas $20.525 para el 10% de los hogares más pobres. Vale recordar que en los hogares con menos recursos viven 4,3 personas (absorben el 14,8% de la población total) y en los hogares de mayores recursos solo 1,8 en promedio (6,1% de la población total), diferencia que acentúa aún más las implicancias de la brecha”, dijo la consultora LCG.
“La aceleración de la inflación en conjunto, con un freno a la actividad, se encuentra afectando los ingresos de los deciles más bajos, especialmente los de aquellos que no se encuentran en condiciones de fijar precios ni cuentan con representatividad gremial. Así, las subas salariales parecen ajustarse de forma discrecional en el día a día, lo cual puede repercutir fundamentalmente en el sector informal”, agregaron.
El coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas fue de 0,417 para el segundo trimestre del año. En el mismo trimestre de 2022, el valor fue de 0,414, lo que muestra un leve aumento de la desigualdad en la comparación interanual. La brecha calculada entre la mediana del decil 10 y el decil 1 de ingreso per cápita familiar de la población fue de 14.