LA RIOJA (Enviada Especial).- El peronista Ricardo Quintela se encamina a lograr su reelección este domingo como gobernador de La Rioja. “El Gitano”, como le dicen todos, comenzó su militancia en la Juventud Peronista en los ‘80. Con 63 años, ocupó casi todos los escalones de la pirámide política riojana: fue tres veces intendente de la capital, funcionario del Poder Ejecutivo en diferentes cargos, legislador provincial y diputado nacional.
A Quintela se lo puede ver por la calle, trata a todos como amigos, se enoja cuando lo critican y rechaza tener prácticas “feudales”. Habla mucho de federalismo y no oculta sus diferencias con “los porteños”. “No producen ni un tornillo”, le dijo a LA NACION en enero. Menciona siempre a los caudillos Facundo Quiroga, El Chacho Peñaloza y Felipe Varela, y sostiene que ahora se está dando una “nueva batalla” por el federalismo.
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A nivel nacional, el gobernador fue siempre uno de los más cercanos al presidente Alberto Fernández -fue el anfitrión del encuentro con los mandatarios después de la derrota en las últimas PASO- aunque con el tiempo ese vínculo mutó. Quintela es un crítico del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y reclama que la Nación no está al día con los recursos prometidos a la provincia.
Pese a la buena relación que exhibieron en los últimos años, uno de sus primeros encuentros con Fernández estuvo marcado por la tensión. Cuando el actual presidente era jefe de Gabinete de Néstor Kirchner y Quintela, intendente de La Rioja, lo recibió con un piquete en reclamo por la coparticipación. Por esos mismos fondos, como gobernador mantiene un enfrentamiento con la actual intendenta de la capital, la radical Inés Brizuela y Doria.
Quintela nunca dejó de intentar acercamientos con Cristina Kirchner. En noviembre pasado contó en El Destape que había estado “por primera vez” a solas con la vicepresidenta. “No es fácil. Me temblaban las piernas”, dijo.
Más allá de esa búsqueda de un vínculo, la vicepresidenta no olvida que la hermana del gobernador, Teresita Quintela, en 2008, votó en contra de la Resolución 125, en medio del conflicto con el campo. Horas antes le había asegurado que “pensaría” su voto.
Hace una semana, durante una visita del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, el mandatario lo impulsó como candidato: “No podés privar, ni a los riojanos, ni a los argentinos, de tenerte como oferta electoral para que podamos decidir libremente con nuestro voto”, le dijo.
Quintela defiende sin tapujos la designación de familiares en el Poder Ejecutivo y también en la Justicia (su sobrina, Karina Brizuela, fue nombrada en el Superior Tribunal en marzo pasado); se muestra orgulloso de que el Estado participe fuerte en la economía (en la provincia hay 40 empresas públicas, incluida una línea aérea) y sostiene que los fondos que reparte entre los riojanos “no son subsidios, sino estímulos”, sin los cuales mucha gente no podría vivir.
Insiste con la “impronta peronista” de su gestión y acentúa el concepto de “renta social”, a la que define como una política “distributiva, orientada a llevar felicidad con igualdad: también es una política dinamizadora de la economía”.
En los últimos meses, el gobierno riojano enfrentó reclamos salariales de los docentes y de los médicos. Quintela quedó envuelto en una fuerte polémica cuando reaccionó ante una maestra que se manifestaba. “Vaya a trabajar, vaga de mierda” le respondió. Después pidió disculpas.
En la campaña -interrumpida por unos días por una internación por un problema cardíaco- recibió apoyo de la Nación, realizó varias inauguraciones de obras y, en particular, sumó pases a planta permanente de personal contratado.
En la elección de 2019 -cuando los riojanos votaron el mismo día para gobernador y presidente-, se impuso con el 44,8% de los votos a Julio Martínez, el candidato de JxC, quien sumó el 30,9%. El exgobernador peronista Luis Beder Herrera alcanzó el 20% con la Alianza Nuestra Rioja.
Quintela fue levantando su perfil nacional desde que asumió. Hace tres años generó una polémica cuando, en una entrevista, reveló que había mantenido una videoconferencia con el exministro de Economía condenado por la causa Ciccone, Amado Boudou, quien lo estaba “asesorando”. Horas después aclaró que le hizo una “consulta informal sobre un tema puntual”, pero que no trabajaba para La Rioja.
El “asunto” era que su administración pagó la deuda de los empleados provinciales con empresas financieras; el Banco de La Rioja canceló los pagos a cambio de un interés anual del 10%. Este año, para el Día de la Memoria, Boudou lo acompañó en los actos.
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En setiembre del 2021, tras la derrota en las legislativas, cuando recibió a Fernández y a un grupo de gobernadores, sostuvo que la reunión era “un respaldo al Frente de Todos” y subrayó el “aire fresco” que generaban los cambios de ministros de entonces. Fue cuando el tucumano Juan Manzur ingresó como jefe de Gabinete. Se define como “amigo” del santiagueño Gerardo Zamora y es de los que cree que un representante del interior debe integrar la fórmula nacional del FdT.
Con los medios “porteños” libra una batalla desde hace meses; entiende que difunden “información podrida”, que no se puede “verificar”, y planteó que había que buscar la capacidad para “bloquearlos” en las provincias del norte del país. Hace dos años, en medio de la pandemia del Covid 19 y de una manifestación de comerciantes por los efectos del confinamiento, se viralizó un audio del jefe de gabinete local, Juan Luna, en el que hacía referencia al papel de los medios de comunicación y al manejo de la pauta oficial: “Hay que inundar las radios porque a todas les pagamos”. En esa misma grabación, señalaba que les giraban dinero para bolsones de alimentos a los intendentes y “los changos reciben la plata y la destinan a otro fin”.