De sanitarista en La Matanza de la mano de Alberto Balestrini y auxiliar de los Rodríguez Saá en San Luis a ministro de Salud del kirchnerismo y caudillo en Tucumán, bastión del PJ. De jefe de Gabinete a candidato fallido a vicegobernador hace apenas semanas. El raid de Juan Manzur por los engranajes de poder del peronismo sumará ahora un nuevo capítulo: será el candidato a vicepresidente de Wado De Pedro, con el madrinazgo de Cristina Kirchner.
Con este paso Manzur vuelve formalmente al círculo kirchnerista, del que había tomado una distancia fuerte en 2018, en épocas en que tenía un buen canal de diálogo con el gobierno de Mauricio Macri y alentaba una renovación en el peronismo. “En política los ciclos se cumplen”, dijo entonces. Y opinó que el de Cristina “ya está, terminó”.
En 2019, cuando el Frente de Todos alcanzó el poder, se pegó a Alberto Fernández. El Presidente viajó a Tucumán apenas asumir y el gobernador se le ofrecía como gestor de una red de apoyo en el peronismo: quería ser el armador del albertismo. En aquella mañana de diciembre Fernández prometió un “gobierno con los gobernadores”, una expresión que despertó suspicacias en el kirchnerismo.
Algo parecido a un perdón llegó en 2021, después de las derrota peronista en las PASO legislativas, cuando la vicepresidenta escribió una durísima carta abierta contra Fernández. En ese texto reveló que le había propuesto al jefe del Estado en una reunión a solas en la quinta de Olivos para que designara a Manzur como jefe de Gabinete para “relanzar” su administración.
Manzur había sido blanco de dardos de Cristina por el plan Qunita, un programa por el que fueron procesados varios funcionarios del gobierno kirchnerista. “Sé que sorprenderá mi propuesta. Es de público y notorio las diferencias ya superadas que he tenido con quien fuera mi ministro de salud desde el año 2009”, escribió la vicepresidenta en un tramo de aquella explosiva misiva.
El salto a la Casa Rosada ocurrió poco después. Se tomó licencia y aceptó dejar la provincia en manos de su vice, Osvaldo Jaldo, con quien mantenía una durísima disputa política. Fernández lo nombró en la Jefatura de Gabinete antes de las elecciones generales. Llegó con gran ímpetu, organizando reuniones al amanecer, pero poco a poco su papel se fue desdibujando en la marea de la crisis política del oficialismo.
Se ofreció como un político moderado, con aceitados contactos internacionales, sobre todo con Estados Unidos y la comunidad judía.
Su gestión en el gobierno nacional duró hasta el último verano. Decidió entonces volver a Tucumán, recuperar su cargo y ponerse al frente de la campaña para las elecciones que se iban a hacer en mayo. Impedido por la Constitución para otra reelección, decidió forzar la interpretación del texto legal: se anotó como candidato a vice de Jaldo, con quien recompuso relaciones. Pero la Corte Suprema de Justicia de la Nación le puso un freno. Suspendió las elecciones para analizar una impugnación a su candidatura. Finalmente, antes del fallo definitivo, Manzur decidió desistir. Las elecciones pasaron al 11 de junio pasado y Jaldo ganó con el 56% de los votos en un proceso marcado por escandalosas muestras de clientelismo.
Esa noche, Manzur se puso al frente de los festejos y tuvo como invitado principal a De Pedro.
Su ascenso en el poder se produjo dos décadas atrás de la mano de José Alperovich, su antecesor en Tucumán y mentor político, con quien mantuvo después una feroz disputa.
De 54 años, Manzur es un médico especializado en cirugía general y en salud pública. Fue secretario de Salud en el municipio bonaerense de La Matanza, cuando Balestrini era intendente, y se desempeñó en el área de epidemiología en San Luis, bajo el mando de los Rodríguez Saá. Tiene lazos con las distintas terminales del peronismo, todo un activo en medio de la batalla entre facciones que vivió el Frente de Todos, ahora rebautizado Unión por la Patria.
En octubre de 2003, en pleno amanecer de la gestión de Néstor Kirchner, Manzur desembarcó en la gobernación de Tucumán por recomendación de Ginés González García, quien salió eyectado en 2021 de la administración de Fernández por el escándalo del vacunatorio vip. En poco tiempo, pasó del ministerio de Salud provincial a ser vicegobernador de Alperovich en dos oportunidades.
En ese lapso fue designado por Cristina Kirchner como ministro de Salud de la Nación (2009-2015). En aquel momento su arribo al Gabinete kirchnerista fue atribuida a una recomendación del empresario Hugo Sigman, con quien Manzur tiene un vínculo estrecho.
En su carta de 2021, la vicepresidenta recordó que nombró a Manzur para reemplazar a Ocaña, actual dirigente de Juntos por el Cambio, por “el fracaso en el abordaje de la pandemia de la gripe A”. Un dardo cristinista a la “hormiguita” en medio del vendaval que fractura al Frente de Todos.
Manzur también fue candidato testimonial y convencional constituyente en Tucumán, una maniobra que le permitió a Alperovich, su exjefe, acceder al tercer mandato en 2011.
La pelea con Alperovich
Durante años, el ahora candidato a vicepresidente fue un dirigente leal a Alperovich, quien recibía fondos y obras públicas por su fidelidad al kirchnerismo. Pero con el tiempo se enfrentaron por el poder en Tucumán. En política las lealtades son endebles.
Manzur asumió como gobernador en diciembre de 2015, tras el escándalo en los comicios provinciales, que terminaron en la Justicia con denuncias por irregularidades. En 2016, el dirigente peronista ensayó un acercamiento al gobierno de Mauricio Macri y comenzó a despegarse del kirchnerismo. Llegó a decir que el peronismo quería que a Macri le fuera bien.
Con el correr de la gestión de Cambiemos, Manzur volvió a estrechar lazos con el kirchnerismo. En 2019, obtuvo la reelección y superó por amplio margen a Alperovich, quien quedó cuarto, en la contienda.
El dardo de Cristina Kirchner
En julio de 2021, Cristina Kirchner había apuntado contra Manzur durante un acto en el conurbano, junto al gobernador bonaerense Axel Kicillof por la causa judicial por el Plan Qunita.
“Lanzamos el plan y estaba Nico Kreplak y estaba Manzur todavía. A Manzur nunca lo procesaron por eso, a los demás sí, pero no importa. Se hizo una denuncia de esos dirigentes que todos conocemos, no vale la pena el nombre, es una matriz y un modelo que se replica con distinto color de pelo, altura, pero siempre es lo mismo. La denuncia por la denuncia misma, sin sentido, y a los efectos de encontrar un lugar en alguna lista que les permita seguir siendo diputado, senador, secretario, ministro”, lanzó la vicepresidenta. Manzur, en rigor, había sido procesado. Pero Bonadio lo sobreseyó.
Tras el ataque público, la vicepresidenta y su exministro saldaron sus diferencias, según reveló la propia Cristina en su carta pública.
Carrera
Manzur se recibió como médico en la Universidad Nacional de Tucumán en 1992. Luego, se especializó en cirugía general, en auditoría médica y en medicina laboral y legista. Además, realizó una maestría en Salud Pública en la UBA.
Como fue titular de la cartera de Salud de Tucumán, Manzur era el responsable de las obras de infraestructura hospitalaria y de Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS).