El argentino Guillermo Söhnlein siguió las tareas de búsqueda de Titán con especial atención. Fue uno de los que fundó años atrás la empresa OceanGate, dueña del sumergible que implosionó en el fondo del Atlántico. Aunque se retiró de la compañía hace tiempo, se mantuvo atento a las novedades respecto de las misiones de rescate.
Söhnlein dejó la empresa hace 10 años y ahora está radicado en Barcelona, España. Desde allí, afirmó que el protocolo de la empresa siempre fue que “el piloto saque el submarino a la superficie” ante cualquier eventualidad que pudiera surgir.
Söhnlein creó OceanGate en 2009 y en 2013 abandonó su posición, detalla su perfil de LinkedIn, donde, además, se describe como “consultor independiente y emprendedor social, centrado en la innovación, los negocios internacionales y la exploración y asentamiento sostenible de entornos extremos”.
Según consigna en su perfil de Facebook, nació en Buenos Aires el 18 de mayo de 1966 y emigró a los Estados Unidos en 1972 con su familia, donde se radicó en San José, California. Asistió a la escuela secundaria St. Francis en Mountain View.
Se naturalizó como ciudadano de Estados Unidos en 1986, y en diciembre de 1989 se graduó como economista en la Universidad de California en Berkeley. En 1995 logró, un doctorado en Jurisprudencia de la Facultad de Derecho Hastings de la Universidad de California, San Francisco.
Entre 1995 y 1999 sirvió en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, donde alcanzó el grado de capitán.
Ha participado en diversos proyectos vinculados con expediciones marítimas, terrestres y espaciales. Actualmente, desempeña tareas como CEO de Fortivo Music, empresa que ayuda a personas encontrar nuevos artistas para escuchar a través del armado de playlists temáticas.
Su vínculo con el piloto del submarino y reacción a la tragedia
Luego de difundirse la noticia del hallazgo del Titán, Söhnlein afirmó a la BBC que el protocolo de la empresa “es que el piloto saque el submarino a la superficie. Siempre he pensado que eso es lo que Stockton habría hecho”. Stockton Rush fue el cofundador de OceanGate con el argentino, que falleció en la implosión.
Antes que se supiera lo ocurrido, Söhnlein subió una carta a su red social de LinkedIn. “Durante los últimos tres días, vi a cientos de profesionales dedicados a buscar y rescatar al Titán, que interrumpió la comunicación durante la expedición que se dirigía al naufragio del Titanic”.
“Hoy es un día crítico para el rescate y los suministros vitales del submarino, que comenzaron a agotarse”, agregó a través de su carta difundida en Facebook. También advirtió sobre su temor de que “cuando se opera a gran profundidad, la presión es tan grande que si hubiera una falla ocurriría una implosión instantánea”. “Si ese fuera el caso, habría ocurrido hace cuatro días”, evaluó.
“En todo caso, creo que tenemos que volver para atrás y aprender de lo ocurrido, averiguar qué ha pasado, tomar esas lecciones y llevarlas adelante”, concluyó.
Antes, en su carta hecha pública, aseveró que “la ventana de tiempo disponible para su rescate es más larga de lo que la mayoría de la gente piensa”.
Los cinco pasajeros a bordo del sumergible Titán, perdido el domingo pasado, cuando se dirigían en un viaje turístico a los restos del Titanic en el Atlántico Norte, murieron, dado que los restos encontrados muestran una “implosión” de la nave.
La empresa OceanGate Expedition, operadora del sumergible y organizadora del viaje, informó en un comunicado que los cinco pasajeros murieron.
“Los restos son consistentes con una catastrófica pérdida de la presión de la cámara” del Titán, dijo el contralmirante John Mauger, de la Guardia Costera de EE.UU.
A bordo viajaban el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation; el paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Suleman; el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet; y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions.
Con información de Télam