Horacio Rodríguez Larreta buscó disipar dudas y calmar las aguas cuando, reunido el lunes pasado con Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Patricia Bullrich, les garantizó que habrá un solo candidato de Pro en las primarias por la jefatura de gobierno porteña para evitar que el radical Martín Lousteau se alce con su bastión. La definición sobre cuál de los dos postulantes será el elegido –Jorge Macri o Fernán Quirós– no pasará de los primeros diez días del mes próximo, anticiparon en su entorno.
El desenlace del conflicto entre Macri y Larreta por la sucesión de Pro en la ciudad es clave para empezar a ordenar el rompecabezas de candidatos en la estratégica Buenos Aires. Ambas negociaciones están enlazadas y si los protagonistas no alcanzan un acuerdo en el próximo mes, las chances electorales de Juntos por el Cambio a nivel nacional estarían condenadas de antemano.
El Gobierno prepara su “revancha” contra la Corte y apuesta a triunfar en cuatro provincias clave
En el trasfondo de la pelea porteña subyace la pelea por el liderazgo de Pro entre el expresidente Macri y Larreta, quien rivaliza con Bullrich por la candidatura presidencial de Pro. Ambos decidieron jugar fuerte. Macri ha dicho que quiere a su primo Jorge como único candidato en la ciudad. Bullrich expresó lo mismo. Larreta, fastidiado con que ambos pretendan imponerle su sucesor, decidió apostar fuerte por Quirós, al tiempo que coquetea con Lousteau, rival de Pro en la ciudad pero su aliado en su aventura presidencial. Con él se mostró el sábado y domingo últimos y este lunes volverán a encontrarse en otra actividad de campaña.
Macri no disimula su fastidio por el doble juego de Larreta. Su primo, que exhibe mejores números en las encuestas, está convencido de que al final de la carrera él será ungido como candidato único de Pro. “Yo estoy convencido de que voy a ser jefe de gobierno. Porque soy el mejor candidato y confío mucho en los porteños, que saben elegir”, aseguró el ministro de Gobierno porteño e intendente de Vicente López (en uso de licencia) el martes pasado, luego de que Larreta hiciera difundir una foto en la que aparecía Quirós rodeado por la plana mayor del gabinete de la ciudad.
“Quiero que gobierne el Pro, que sea la construcción central. Es lo que estoy defendiendo en la ciudad, que el Pro continúe siendo gobierno. Cualquier plan que altere ese objetivo a mí me saca de eje”, enfatizó, en un tiro por elevación a Larreta.
El primo del expresidente no tiene en sus planes bajarse de la contienda. En el entorno de Quirós, en tanto, proponen que la pulseada se dirima por medio de una encuesta: que quede en carrera el que mida mejor, sugieren. “Va a haber un solo candidato de Pro, de eso no hay duda”, enfatizan, en línea con el discurso de Larreta.
Los alfiles de Bullrich creen que la apuesta de Larreta por Quirós no va a durar demasiado. “Lo va a sostener mientras le sea una carta útil para negociar; si necesita bajarlo de la candidatura lo va a hacer”, deslizan, ácidos.
En la trinchera macrista descuentan que Jorge Macri será el elegido. Lo mismo piensan en el entorno de Lousteau, aunque vaticinan –no sin cierta ironía– que el primo del expresidente deberá sortear primero varios obstáculos. Entre ellos, lo que sus detractores denominan como “transfuguismo domiciliario”.
Una feroz disputa de poder en medio del tembladeral
“Cuando la Justicia oficialice las candidaturas porteñas no faltará quien lo impugne por no cumplir los requisitos legales. Jorge no nació en la Capital y difícilmente pueda demostrar, siendo intendente en uso de licencia en Vicente López, una residencia habitual y permanente no inferior a cinco años”, deslizan, en alusión al requisito que fija la Constitución porteña.