MAR DEL PLATA.- Escala matinal por Tandil. Durante la tarde, caminata cerca de playa Bristol, por Peatonal San Martín. Patricia Bullrich acelera el paso en su carrera electoral como candidata presidencial y aquí se despreocupó por el corrimiento de María Eugenia Vidal en la lista de rivales presidenciales puertas adentro de Juntos por el Cambio. “No sé cuántos candidatos van a haber, pero compito en cualquier cancha”, afirmó, convencida.
En esta escala por la costa lo acompañó el precandidato a jefe de Gobierno porteño Ricardo López Murphy; también Alberto Asseff, de Propuesta Republicana, y su ladero y estrecho colaborador Hernán Lombardi. También un nutrido grupo de legisladores y funcionarios de esta zona.
Juntos estuvieron en el escenario que se montó en pleno centro, a metros de la Catedral, donde se le sumó el intendente local, Guillermo Montenegro, que como anfitrión tiene una respuesta pareja de respaldo a todos los precandidatos presidenciales del Pro cuando pasan por aquí.
Ante un grupo de seguidores, con mucha bandera argentina, reforzó el discurso sobre políticas de seguridad en las que dijo tener buena experiencia, cuestionó el actual formato de planes sociales e insistió la necesidad de priorizar la educación.
Recién llegada de La Rioja, una de las tres provincias que este fin de semana tendrá elecciones que empezarán a marcar el pulso de las urnas hacia las PASO generales de agosto, Bullrich dijo que Juntos está “creciendo en todo el país” y lamentó que en algunos distritos “el aparato estatal tiene un nivel de apriete brutal, pero estamos sacando muchos más votos.
Desde aquí aseguró que lo buscan llevar adelante es “un cambio profundo y de un régimen que dinamite el kirchnerismo que nos gobernó durante tantos años y que nos empobreció”. Aseguró que con el actual gobierno se dio “el mayor nivel de descapitalización, de pérdida que los argentinos han tenido en los últimos veinte años”.
Apeló a números y metáforas para plantear las dificultades que hoy presenta la economía y sufren los bolsillos argentinos. “Hace cuatro años 1000 pesos valían 21 dólares y hoy solo 2 dólares”, dijo. Y sobre la inflación dijo que los argentinos viven como en la historia del sapo en agua tibia. “Se va acostumbrando y, cuando quiere acostar, lo cocinaron”, dijo.
Durante la caminata que compartió con colaboradores recibió muestras de afecto de la gente que recorría el paseo de compras, también de comerciantes. Y también pasó un mal momento cuando fue rodeada por un grupo de taxistas y remiseros, con reclamos contra plataformas digitales que denuncian aquí como transporte ilegal sobre el cual –dicen- no hay controles efectivos.