Mucho más que un hecho policial, un castigo político

A las 8 de la mañana, cuando este domingo fue y se fotografió con una amplia sonrisa, Jorge Capitanich lanzó una frase que con el correr de las horas demostró ser un error garrafal. “No se puede transformar un hecho policial en uno político”, afirmó. Hacía referencia al femicidio de Cecilia Strzyzowski, la joven chaqueña desaparecida el 1° de junio.

El gobernador omitió hablar de su papel frente al crimen que conmociona a Chaco. Luego, el escrutinio le respondió, con una baja participación en la votación y una derrota parcial del Frente Chaqueño ante Juntos por el Cambio. Un resultado que no estaba en sus planes.

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Ningún dirigente del peronismo a nivel nacional decidió acompañarlo. Capitanich quedó en soledad, frente a una crisis que lo golpeó en su capital electoral y ahora amenaza con impactar en su gestión. La desconexión de Capitanich fue total e intencionada. Fue una estrategia para protegerse. Estaba comprometido porque dos de sus principales aliados políticos, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, están detenidos. Y el gobernador subestimó el impacto que iba a tener la desaparición de Cecilia, supuestamente asesinada en la casa del matrimonio.

A pesar de que el miércoles pasado marcharon miles de chaqueños para exigir justicia en Resistencia, al otro día Capitanich montó un cierre de campaña en la localidad de Barranqueras, a 30 kilómetros, como si nada hubiera pasado. La bronca en la capital provincial fue mayor. Ese día, Gloria Romero, la madre de la joven de 29 años desaparecida, denunciaba amenazas y aprietes. Luego le pidió al presidente Alberto Fernández que interviniera Chaco.

Los referentes opositores decidieron suspender los cierres de campaña y se mantuvieron al margen del caso, para no darle a Capitanich la oportunidad de victimizarse. El gobernador se metió solo en un camino donde no podía dar marcha atrás. La historia reciente, sus fuertes vínculos con los supuestos asesinos, se lo impedía. Ayer volvieron a aparecer juntos en el cuarto oscuro, porque no hubo tiempo de eliminar las boletas que mostraban a Sena y Acuña como que impulsaban a Capitanich.

Con el correr de las horas, las boletas comenzaron a desaparecer del cuarto oscuro. Pero ya era tarde. Porque ni el propio gobernador sabía bien qué iba a pasar con esos votos. A las 18.30, después del cierre de los comicios, Capitanich dijo: “Calculo que serán nulos”.

Capitanich les dio la espalda a los familiares de Cecilia. Después de que fueron detenidos Sena y Acuña, envió a la vicegobernadora, Analía Rach Quiroga, y la ministra de Seguridad, Gloria Zalazar, a reunirse con la madre de Cecilia y su abogada y tía, Carina Gómez. Las mujeres dijeron que se sintieron intimidadas. “Bajá los decibeles”, le gritó Zalazar a la abogada, según dijo a los medios. La madre de Cecilia dijo que le ofrecieron dinero a través de un subsidio, que ella nunca aceptó.

Romero denunció la desaparición de su hija el martes 6 de junio, cuatro días después de que se la vio por última vez entrar con César Sena a la casa de Emerenciano y Acuña, que fue allanada recién cuatro días después. Se comprobó que había restos de sangre y se secuestró una sierra. Fabiana González, precandidata a concejala y esposa del funcionario Gustavo Obregón, ambos detenidos, declaró que en ese lapso limpió la casa donde mataron a Cecilia.

El viernes 9 de junio, como publicó LA NACION, el Tesoro del gobierno chaqueño transfirió $825.000 a la cuenta de la fundación que manejan Emerenciano y su esposa. En lo que va de 2023, Capitanich envió 141.428.259 pesos a esa institución. Fotos, boletas y fondos.

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Por la noche, y ya sin la ancha sonrisa que había desplegado al votar, Capitanich dijo que su espacio, el Frente Chaqueño, se había impuesto por el 99,6% de los votos sobre su rival interno. No habló de la sorpresiva derrota ante Juntos por el Cambio. Debía decir algo porque era la última vez que iba a aparecer en escena, algo atípico para un gobernador que pone en juego su reelección y que hasta no hace mucho tenía aspiraciones presidenciales. Eligió victimizarse: “Nada es gratis en la vida y sabemos cómo sufren nuestras familias con las calumnias”.

Sus relaciones con los detenidos del clan Sena, los fondos que enviaba a su fundación y su ausencia en Resistencia durante los últimos días terminaron de forjar que el femicidio de Cecilia se transformara en un hecho político. La reacción de su gobierno y de la Justicia, sobre todo durante los primeros días después de la desaparición de la joven, ya habían preparado el caldo de cultivo para que el hecho policial y el político fueran inseparables.

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