Nuevo avión presidencial: con una arriesgada maniobra y un intento fallido, aterrizó en Aeroparque la nave que compró Alberto Fernández

Tras una arriesgada maniobra, con un intento fallido, a las 17.24 aterrizó en el Aeropuerto Metropolitano Jorge Newbery el nuevo avión presidencial por el que Alberto Fernández pagó 25 millones de dólares.

Las imágenes del primer intento de aterrizaje abortado del ARG-01 rápidamente se viralizaron y muestran la maniobra que debieron llevar adelante los pilotos que traían al país el Boeing 757-256.

El intento de aterrizaje abortado del nuevo avión presidencial

El video del avión presidencial recuerdan a las ocurridas hace pocas semanas con una aeronave de Flybondi en la misma pista, cuando fue impactada por fuertes vientos. En ese momento, el Boeing 737-800 de la compañía low cost se aprestaba a aterrizar en la pista cuando, cerca ya del pavimento, lo alcanzó un viento cruzado que podría haber desestabilizado a la aeronave.

Por eso, el piloto reaccionó rápido con una maniobra de escape conocida como “go around” o “motor y al aire” en la que se interrumpe la aproximación a tierra y se vuelve a conducir el avión hacia arriba para retomar el vuelo. En este caso, el movimiento fue exitoso, y el Boeing terminó aterrizando en la pista del Aeropuerto Internacional de Ezeiza.

El video de la compañía aerocomercial se asemeja al de la nave que compró el mandatario argentino para sus últimos meses de gobierno.

Sobre este tipo de acciones, en diálogo con LN+, Walter Gallardo, piloto de profesión, se refirió al suceso de principio de mes y explicó que “es muy común” que el viento afecte de esta manera a los aviones en el aeropuerto metropolitano y sostuvo que lo que realizó el encargado de la nave ante ese escenario es “normal para el piloto y un poco incómodo para los pasajeros”. Según dijo, entonces, para él, el conductor “actuó muy bien buscando seguridad en el aire”. Y subrayó: “Es la mejor decisión que puede tomar en uno o dos segundos porque se desestabiliza el avión”.

En línea con esto, el aviador contó que esa maniobra se practica siempre en los simuladores de vuelo, porque es “la que corresponde” hacer cuando el avión no viene con las alas niveladas cerca de la pista. “Es el momento más vulnerable de la aeronave, porque venimos con muy poca velocidad”, dijo en ese sentido, y aclaró que “no hay tiempo” de avisarles a los pasajeros lo que se va a hacer, porque quien está al mando del avión debe reaccionar en cuestión de segundos.

Con los colores del bicentenario

La aeronave llegó al país alrededor de las 17.20. Hizo su aparición cuidadosamente pintada de “Bicentenario”, con franjas celestes “crema del cielo”, tal el gusto de helado que fue furor en los noventa, y con aquel icónico sol del bicentenario, similar al de las lejanas monedas de un peso, estampado en la panza. Toda una particularidad de un avión presidencial que, generalmente y por cuestiones de seguridad, suelen tener fuselajes sobrios. No será el caso del ARG-01, al que se podrá individualizar desde tierra cada vez que vuele.

Según el Gobierno, la aeronave estaba configurada como un avión comercial y en 2009 cambió su interior por equipamiento VIP. Entonces, le colocaron cómodos asientos, una cama y baños de lujo. Tuvo una nueva remodelación en 2012. El jet era propiedad de un matrimonio de millonarios israelíes. Pero la relación entre ambos terminó y el ahora ARG-01 quedó en manos de la mujer. Ella, finalmente, es la que encontró comprador en el gobierno argentino.

Desde que se conoció la licitación, fue unánime la idea entre los conocedores del mundo aerocomercial y los operadores de este tipo de compras de que el avión sería el que finalmente se adquirió. Tal era la certeza en el mercado sobre el favoritismo de ese Boeing, que este medio publicó una foto ni bien se abrió el concurso. Finalmente, fue el elegido por la Casa Rosada. Los rumores se basaban en los renglones de letra chica que tenía la licitación. No había avión en venta en el planeta que tuviera las condiciones requeridas salvo este. Y claro, ganó el favorito.

Hay otra novedad. Fernández, además de decidir pagar por el avión alrededor de 21,7 millones de dólares más el valor de mercado del Tango-01 que se queda el vendedor, tomó otra decisión. La nueva perla celeste no tendrá la matrícula Tango, como todos los aviones que conformaban la flota presidencial.

La identificación de la aeronave como ARG-01 en reemplazo de Tango está fundamentada en la profunda desconfianza que históricamente se dio entre cualquiera de las cuatro versiones de kirchnerismo y las Fuerzas Armadas. Sucede que este cambio esconde la decisión de abandonar cualquier relación entre la aeronave y la Fuerza Aérea. En la Argentina, la denominación “T”, Tango, es una matrícula militar para identificar a los aviones de transporte. En este caso, para colocarlos al servicio del traslado del Presidente, pero también de otros funcionarios. En la fuerza, además, se utiliza la “A” para las aeronaves de ataque y la “E” para los que son escuela.

Los ahora ARG, donde también se ha incluido a los helicópteros y a los demás aviones que conforman la flota presidencial, tendrán toda la tripulación, la mantención y la operación en manos de un colaborador de la Casa Rosada.

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