Luego de la magra cosecha de la campaña 2022/23, que dejó muchos bolsillos flacos, los productores encaran el nuevo ciclo de granos gruesos con muchos interrogantes. Uno de los más gravitantes es cómo financiar la compra de insumos agrícolas necesarios: ¿conviene hacer un canje con soja disponible o entregando el grano a cosecha? ¿Es preferible tomar un crédito que concretar un canje? ¿Conviene vender la poca soja en poder de los productores y solicitar un préstamo con una tasa subsidiada o es preferible conservar el grano como refugio ante un deslizamiento del tipo de cambio y pagar tasas más caras?
El tema es analizado por Catalina Ferrari, Líder del área de Granos de la consultora AZ-Group, quien evaluó un modelo agrícola para la zona núcleo con una rotación que incluye 33% de maíz; 33% de soja y 33% de trigo/soja. Se establece que la empresa financia el 40% del plan total (ver cuadro).
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En las primeras filas del cuadro de abajo se presentan los costos totales de implantación, protección y cosecha de los cultivos integrantes de la rotación: 1560 dólares por hectárea para maíz; 1240 dólares por hectárea para soja y 1600 para trigo/soja. También se calcula el costo promedio de la rotación, que asciende a US$1452 por hectárea y las necesidades de financiamiento para el 40% del costo, que ascienden a 580,6 dólares por hectárea.
Alternativas
En las filas inferiores del cuadro se presentan los resultados de distintas alternativas de financiación: a) canje de insumos por soja disponible; b) canje de insumos por soja futura, con entrega en mayo de 2024; c) crédito en dólares al 5% anual y d) crédito en pesos al 90% anual, con una tasa de interés que consiguen los productores que no conservan más del 5% de la soja cosechada.
Si se asegura el tipo de cambio futuro para mayo de 2024 mediante el mercado del Rofex, que a principios de julio cotizaba en 717,7$/US$, de todas las alternativas consideradas la más conveniente resulta el crédito en pesos al 90%, que exige vender solamente 1,18 toneladas de soja por hectárea para comprar los insumos. Le sigue en conveniencia el canje por soja disponible, que requiere entregar 1,60 toneladas.
Por el contrario, si la empresa dejara abierto el tipo de cambio futuro y ocurre una devaluación del peso del 30%, por ejemplo, la mejor alternativa hubiese sido el canje por soja disponible o futura. Es por esto que es relevante considerar que, al realizar el análisis de financiamiento, es importante fijar el tipo de cambio futuro para poder asegurar una tasa negativa en pesos. Si no, se corre el riesgo de quedar abierto al tipo de cambio y depender de que, finalmente, se concrete la devaluación implícita que hoy arroja el mercado de dólar futuro.
Vender la soja o retenerla
Más allá del análisis de alternativas de financiamiento efectuado, otra pregunta que se hacen hoy los productores es si conviene vender la soja cosechada o si es preferible conservarla como defensa contra la inflación y endeudarse a una tasa más alta, del 140% por ejemplo.
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Los cálculos de Ferrari muestran que es mejor opción guardar algo de grano y financiarse, incluso, con tasas del 140%. En este caso, se necesitaría vender 1,4 toneladas de soja por hectárea para comprar los insumos del modelo, frente a la venta de soja disponible, que requiere 1,6 toneladas. Además, “conservar la soja es una manera de resguardar valor ante una posible aparición de un Dólar Soja IV y un seguro para poder pagar los alquileres en el segundo semestre”, proyecta Catalina.
En síntesis: a los productores que deben financiar los insumos 2023/24 y no tienen soja de la campaña 2022/23, les conviene tomar créditos a tasa subsidiada, que resultará negativa contra la inflación. Los agricultores que conservan más del 5% de la oleaginosa cosechada en su poder, podrían inclinarse a los créditos con tasas de mercado que, aunque superen holgadamente el 100% anual, encierran menos costo y riesgo que desprenderse completamente de la soja para pagar los insumos.