En junio próximo las jubilaciones de los docentes no universitarios del sistema previsional nacional recibirán una recomposición de 27,33%, mientras que quienes cobran prestaciones del régimen de docentes universitarios tendrán una suba de 22,74% y los pasivos del sistema especial de Luz y Fuerza percibirán sus ingresos con un aumento de 23,55%. Los porcentajes fueron calculados en función de los regímenes específicos de movilidad trimestral que rigen para esos grupos de prestatarios, que en marzo tuvieron reajustes de 18,69%, 21,57% y 14,14%, respectivamente. Y fueron informados a LA NACION por fuentes de la Secretaría de Seguridad Social.
Con las nuevas actualizaciones, los haberes tendrán una suba acumulada, al sexto mes del año, de 51,13% en el caso de los docentes no universitarios, de 49,21% (docentes universitarios) y 41,02% (Luz y Fuerza).
Los tres regímenes mencionados tienen modalidades de actualización diferentes de la que está vigente para los jubilados del sistema general, en el cual se aplica la fórmula de movilidad de la ley 27.609, que está relacionada con la variación de la recaudación de impuestos que se deriva a la Anses y de los salarios de toda la economía.
Hasta el año pasado, los jubilados por el sistema de docentes del decreto 137 de 2005 (que, según la estadística oficial, con datos a marzo, son cerca de 178.000), como también los del régimen de docentes universitarios (son alrededor de 10.100) y los del gremio de Luz y Fuerza (algo más de 35.000 personas), recibían recomposiciones semestrales. Eso fue modificado mediante resoluciones del Ministerio de Trabajo, que dispusieron la vigencia de recomposiciones trimestrales.
En el caso de los docentes no universitarios, en todo 2022 se otorgaron solo dos reajustes, uno de 9,38% en marzo y otro de 40,05% en septiembre. Así, hubo una caída de poder adquisitivo que se evidenció fuertemente duranta varios meses del año. Con un índice de inflación que, de punta a punta del año, fue de 94,8%, los ingresos percibidos al finalizar 2022 tenían un poder de compra inferior en un 21,4% al de los primeros meses. Pero en varios meses el deterioro fue mayor. A eso se sumó que a este grupo en particular no se le otorgaron los bonos dispuestos por el Gobierno para quienes tienen ingresos previsionales bajos.
Según la normativa de la cartera laboral, la modalidad trimestral de los reajustes comenzó a regir en diciembre último. Sin embargo, por una cuestión presupuestaria, el dinero llegó a los bolsillos de los jubilados en enero de este año (es decir, el haber fue “teóricamente” reajustado en un 20,51% en el último mes de 2022, pero la diferencia entre el ingreso nuevo y el viejo por ese mes en particular fue cobrado en el período siguiente).
Frente a la muy alta inflación, las demoras en la aplicación de las actualizaciones incrementan, lógicamente, el daño producido a los ingresos. A diferencia de lo ocurrido hasta 2022 (cuando las subas eran en marzo y en septiembre), desde este año en los tres regímenes mencionados hay reajustes en marzo, junio, septiembre y diciembre.
Para definir la movilidad de los jubilados del esquema de docentes no universitarios (que tienen un haber promedio de $243.149, según datos de la Secretaría de Seguridad Social) se tiene en cuenta la variación trimestral de un índice llamado Ripdoc (Remuneración Imponible Promedio Docente). En el caso de la suba prevista para junio, se observó lo ocurrido en el primer trimestre del año. La variación de ese indicador en el actual segundo trimestre determinará el reajuste de septiembre.
En el caso de quienes fueron docentes de universidades públicas nacionales (cuyo ingreso promedio es de $204.668), se observan los porcentajes acordados en las paritarias para los salarios de quienes están en actividad. Para junio, corresponde el dato de la suba pactada para el período de enero a marzo de este año.
Para los jubilados de Luz y Fuerza hay un mayor rezago en cuanto a los datos que se toman en cuenta para hacer el cálculo. En el caso de la suba de junio, se consideró la variación salarial del sector en el segundo semestre de 2022 y el porcentaje se dividió en dos: una parte se otorga en junio y otra en setiembre (es decir, en caso de no haber cambios en la modalidad, en el noveno mes del año también habrá una recomposición de 23,55% para esos casos).
Régimen general
Con respecto a las jubilaciones y pensiones del régimen general contributivo y a las prestaciones no contributivas, el índice de recomposición que se aplicará en el sexto mes del año se conocerá durante mayo, luego de que el Indec difunda su informe de salarios referido a marzo.
En este caso el porcentaje surge de aplicar la fórmula de movilidad aprobada por el Congreso en diciembre de 2020, que contempla la variación interanual referida a un trimestre de la recaudación de los impuestos cuyos recursos se derivan parcial o totalmente a la Anses, medida por beneficio, y la evolución trimestral de los salarios, según uno de dos indicadores: la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), o el índice del Indec ya mencionado (se toma en cuenta el que arroje para el período de referencia el porcentaje más alto).
En marzo último se aplicó, en función de ese cálculo, un reajuste de 17,04%. Así, los haberes previsionales subieron por la fórmula de movilidad, entre los terceros meses de 2022 y de este año, un 79,89%, mientras que el índice de precios al consumidor tuvo un aumento interanual de 104,3%.
Esa brecha determinó una pérdida de poder adquisitivo de las jubilaciones de 12%. Frente a la insuficiencia de la fórmula en un contexto de alta inflación, se dispuso el pago de bonos extraordinarios de hasta $15.000, que no son percibidos por todos los jubilados y pensionados, sino por quienes perciben hasta el equivalente al doble del haber mínimo.