Los especialistas del mercado de granos creen que los productores agropecuarios no venderán en lo inmediato la soja que tienen en su poder pese a que la devaluación del peso que dispuso hoy el Banco Central (BCRA) tras el resultado de las PASO mejora la competitividad de los bienes de exportación.
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Incertidumbre generalizada y un probable nuevo dólar soja son los principales factores que influyen para que los agricultores mantengan la cautela. Según los diferentes cálculos, habría entre nueve y once millones de toneladas por vender, valuadas en unos US$5000 millones.
“Apenas se va a vender para pagar alquileres”, señaló la analista Paulina Lescano. “Por la gran incertidumbre, la semana pasada ya no había cotizaciones para los insumos (fertilizantes, semillas y agroquímicos), a lo que se sumaban las restricciones a las importaciones”, añadió.
La consultora destacó que todavía persiste en buena parte de la región pampeana una condición de sequía. “Ya hubo menos trigo sembrado por la falta de lluvias y se necesitan precipitaciones”, dijo.
Respecto de un posible incremento en el área sembrada para los cultivos de la cosecha gruesa como maíz y soja, que se siembran a partir de septiembre y octubre por la posibilidad de que ganen tanto Javier Milei como Patricia Bullrich, que coinciden en proponer la unificación del tipo de cambio y la baja de retenciones, Lescano consideró que gran parte de las decisiones de siembra ya están tomadas y que es poco probable que haya cambios sustanciales.
A su vez, Ariel Tejera, de Grassi, señaló que “hay mucha incertidumbre sobre si efectivamente este tipo de cambio llegó para quedarse hasta fin de octubre o no”. Para el analista, la sorpresa de los resultados y la decisión de devaluar por parte del BCRA generaron más interrogantes en las decisiones de comercialización. “En este contexto es difícil dar precisiones sobre lo que puede llegar a pasar con la comercialización de acá para adelante, estarían quedando de 8 a 9 millones de toneladas por comercializarse de soja”, señaló.
No obstante, destacó: “Si uno mira los futuros de dólar ve que el mercado está parado en septiembre en 384 pesos y en octubre en $432, lo que significa que está posicionado por encima de los $350″.
Para el especialista, el mercado va a estar en “modo espera”, aguardando a que haya mayor certidumbre antes de empezar la operatoria habitual y, “sobre todo, antes de empezar a negociar la soja que queda, que en definitiva es el ahorro en dólares que tienen los productores”.
Lorena D’Angelo, de Az-Group, explicó que “esta devaluación encuentra al productor con muchos negocios que había hecho con un tipo de cambio para el maíz a $340 y esperando que la soja llegue el tipo de cambio diferencial nuevamente en septiembre”. El tipo de cambio a $350 hace que “el productor, sabiendo que [el Gobierno] va a necesitar dólares, siga esperando para vender”. Y añadió: “Si tomamos todos los otros tipos de cambio que obtuvo el productor que vendió soja en las anteriores ediciones de dólar soja y lo actualizamos por la inflación o aún por lo que está pasando hoy, el valor debería ser mayor. Por eso considero que se va a paralizar todo el mercado”.
D’Angelo destacó que al productor le queda poca soja para comercializar, lo estimó entre ocho y nueve millones de toneladas. “Es muy bajo, si los comparamos con los 20 a 24 millones de toneladas que habitualmente quedan en esta época, en años relativamente normales”, precisó. Como se recordará, por la sequía, la cosecha de soja de la campaña agrícola 2022/23 fue de apenas 21 millones de toneladas, poco menos de la mitad de lo que se proyectaba al comienzo de la siembra.
Con el maíz
En tanto, para Pablo Adreani, de Adreani & Asociados, la devaluación con un tipo de cambio a $350, que en el minorista se estableció en $365, pudo haber provocado un “shock anímico” entre los productores que acaban de vender seis millones de toneladas de maíz con el dólar agro a $340. Según sus cálculos, hubieran tenido US$242 millones más si hubieran vendido el cereal con el nuevo tipo de cambio.
Respecto de la soja, Adreani se preguntó “si los productores que vendieron ese maíz y hoy tienen la soja, ¿por qué van a vender con esta devaluación si el Gobierno va a necesitar dólares? Hay un alto nivel de incertidumbre”, dijo.
El especialista advirtió que, si persiste la falta de ventas de soja, a fin de septiembre próximo se paralizarán las plantas de molienda de la oleaginosa ubicadas en el Gran Rosario. “Tienen apenas seis millones de toneladas en stock entre la soja importada de Brasil y Paraguay y la producción local, necesitan otras tres más. Se corre el riesgo de que no haya actividad en el principal sector exportador”, señaló.