Para un extranjero que no conoce la Argentina, que el ministro de una economía con 114% de inflación, múltiples controles de cambio y una pobreza que alcanza al 40% de la población sea el candidato del oficialismo a la presidencia es difícil para entender. Los analistas económicos que siguen de cerca el país, sin embargo, lo explican porque, dentro de la coalición de gobierno, es el único capaz de proponer medidas ortodoxas más pro mercado, como ajuste del gasto fiscal, suba de tasas de interés y una buena relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Cuando faltan menos de dos meses para las elecciones primarias y cuatro para las generales, la gran pregunta de los analistas es si conviene que Sergio Massa, todavía ministro de Economía, sea el candidato, en un contexto de extrema fragilidad económica y mientras se negocia un nuevo acuerdo con el FMI porque el Banco Central se quedó sin dólares (se estima que las reservas netas son negativas en alrededor de US$2000 millones).
Massa quiere entrar en el selecto grupo de ministros de Economía que se lanzaron como candidatos a presidente y ganaron las elecciones: Fernando Henrique Cardoso, en Brasil; Emmanuel Macron, en Francia, y Santiago Peña, en Paraguay. Los primeros dos renunciaron unos meses antes a su cargo para dedicarse a la campaña, mientras que el recientemente electo presidente paraguayo había sido ministro varios años antes. “Fueron candidatos después de gestiones muy exitosas en el Ministerio de Economía. No sería el caso…”, dice la economista María Castiglioni.
Entre los exministros de Economía que buscaron la presidencia en la Argentina y no lo lograron se pueden mencionar a Domingo Cavallo, Roberto Lavagna, Ricardo López Murphy y Álvaro Alsogaray.
Massa puede hablar de que evitó un desmadre mayor al hacerse cargo del ajuste económico con los aumentos de tarifas y la licuación de ingresos de los jubilados, pero políticamente no es muy atractivo y, además, la mayoría de la sociedad no se imagina cuánto peor pudo haber estado la economía. Es un contrafáctico difícil de explicar, pero el ministro y su entorno lo utilizaron para argumentar dentro del oficialismo.
Su equipo económico, a su vez, destaca la gestión que, desde que está Massa, hay “orden económico y estabilidad”. Agregan: “Viene de meter alivio fiscal, con la suba del piso de Ganancias sobre el aguinaldo y con los monotributistas. Son todas medidas apuntadas a la clase media laburante. Lo del canje de deuda fue un golazo para descomprimir la curva de vencimientos en pesos. Otra muestra más de equipo y gestión”.
Luego de haber logrado el aval del oficialismo, el principal desafío de corto plazo de Massa es la negociación con el FMI, que no puede pasar del próximo viernes, porque si no el país entraría en default con el organismo. Al momento se le debe un pago de US$2700 millones, que en caso de concretarlo, las reservas netas del Banco Central pasarían a ser negativas en US$4000 millones. Si además se tiene en cuenta que el próximo 9 de julio vencen US$1000 millones con acreedores privados, la situación del Banco Central quedaría muy debilitada para evitar una nueva corrida cambiaria.
Pros y contras del ministro candidato
Un economista que fue cercano a Massa y estuvo esta semana en Nueva York dijo a LA NACION que no ve muchas contras en que el ministro de Economía sea el candidato. “Es el candidato preferido de Wall Street desde el peronismo. Además, el FMI ahora sabe que negocia con alguien con más poder de decisión hasta el 10 de diciembre y tal vez con un próximo presidente. El riesgo de populismo me parece bajo. Massa lo debería haber usado para garantizar su candidatura y, sin embargo, no lo hizo. La trayectoria del gasto es exactamente la acordada con el FMI. La recaudación se cae por la sequía y por eso crece el déficit”, explicó.
Según los últimos datos, el gasto fiscal real (llamado coloquialmente ajuste) cayó 7% en los primeros cinco meses del año, mientras que los ingresos bajaron 11% producto de la sequía.
“Sergio juega un papel de ancla de estabilización en esta economía –dice Martín Rapetti, fundador y director de la consultora Equilibra–. Él tiene una enorme capacidad política, tiene contactos y labura hasta las tres de la mañana. Además de esas cualidades, los interlocutores lo ven como un posible presidente y eso genera una cooperación mayor que si fuera una persona que está de paso. Todo eso hace que, pese a la fragilidad de todos los indicadores económicos, Massa haya podido mantener la economía como está. Sigue siendo frágil, pero lanza iniciativas que le permiten ganar tiempo y la situación no llega a ser crítica”.
El analista económico Federico Furiase señala las dos miradas contrapuestas sobre una posible candidatura de Massa, desde el punto de vista del mercado financiero. “Dentro de la coalición de gobierno, Massa es el que encara y sostiene las conversaciones con el FMI, el que mostró señales de suba de tasas de interés y el que mantuvo la dinámica del gasto público por debajo de la inflación. Si Massa es candidato, de algún modo asegura que él o su equipo seguirá al frente de lo económico porque, si no, qué incentivos tiene de seguir a cargo de economía”, dice el analista de la consultora Anker, que fundó Luis Caputo.
“Lo que es positivo se puede matizar con los problemas que pueden traer las inconsistencias de ser ministro y estar en campaña. Lo que diga como candidato puede estar en contra de los objetivos económicos de corto plazo, sobre todo cuando se está negociando un programa de ajuste con el FMI”, agregó.
Una mirada similar tiene Fernando Baer, de la consultora Quantum, fundada por Daniel Marx: “En principio, si Massa decide lanzarse es porque llegó a un acuerdo con el Fondo. Desde lo económico, en este contexto no sería algo malo, sería todo lo contrario, porque trabaja con un equipo, donde Massa tiene un rol más político que técnico. Hoy la situación no es buena, pero de alguna manera se sigue tratando de apuntalar el programa con el FMI, que es bastante benevolente, pero evita el colapso”, indicó el economista.
Caso contrario opina Rodolfo Santangelo, economista y socio de Carlos Melconian en la consultora Macroviews. “Massa no es competitivo con esta economía, es un ministro que se presenta para perder. ¿Quién se va a ocupar de lo que necesita la economía para llegar a agosto? Para el peronismo, su máximo aspiracional es ganar la provincia de Buenos Aires. Por otro lado, el futuro político de Massa depende de que esto no se descontrole. El objetivo de él es llevar el barco al puerto”, indicó.
Finalmente, Miguel Kiguel, director de Econviews, indicó que, desde el punto de vista del funcionamiento de la economía, “sería muy riesgoso” cambiar el ministro en este momento. “Hay muchos frentes abiertos, y la verdad que si viene alguien nuevo a tratar de manejar todo esto es extremadamente riesgoso. Es como cambiar el caballo en el medio del río. Estamos en medio de la tormenta. La única forma que podría ser candidato es teniendo el doble rol y mantener el control del Ministerio de Economía, lo cual es extremadamente difícil. Pero me parece que un cambio en este momento, donde hay problemas de inflación, de cepo, en medio de las negociaciones con China, con Estados Unidos y con el FMI sería extremadamente riesgoso”, concluyó el exsecretario de Finanzas.