Con fuertes críticas a la gestión económica del “pésimo gobierno” de Alberto Fernández y al ministro de Economía, Sergio Massa, el auditor general Miguel Angel Pichetto lanzó su precandidatura presidencial por Encuentro Republicano Federal, un espacio que reúne a peronistas disidentes al interior de Juntos por el Cambio.
En ese sentido, Pichetto acusó al jefe del Estado de “gravitar en la economía con su fragilidad” a la hora de la toma de decisiones. “Este Gobierno ha debilitado todo el poder presidencial y ha devaluado la palabra”, sentenció.
También apuntó contra el titular de la cartera económica por no haber intervenido a tiempo para evitar la corrida del dólar paralelo. “Lo que hubo fue una devaluación muy fuerte”, afirmó Pichetto al hablar sobre el aumento del valor de la unidad de la moneda de los Estados Unidos. “El Banco Central intervino recién ayer. Primero lo dejaron correr (al dólar) y después intervinieron. Lo anclaron muy alto en 475 y esto se paga en las góndolas”, se quejó.
En un discurso de poco más de 40 minutos, el auditor general y excompañero de fórmula de Mauricio Macri en la elección de 2019 también cuestionó a Javier Milei. “Nosotros no vamos a dolarizar porque la Argentina va a ser más pobre. Hay que fortalecer la moneda y ordenar la cuestión fiscal”, prometió Pichetto en un intento claro de diferenciarse del candidato presidencial libertario.
El escenario elegido para el lanzamiento fue el microestadio del club Ferro Carril Oeste, en el barrio porteño de Caballito, que estuvo poblado de tradicionales dirigentes de la vieja guardia peronista antikirchnerista, como Ramón Puerta y el senador nacional Juan Carlos Romero, pero también de sangre nueva en la política, como Betina Florito y Cora Reutemann, precandidatas a gobernadora y a diputada nacional por Santa Fe.
Tampoco faltaron socio políticos del Pro bonaerense, como los precandidatos a gobernador Diego Santilli y a intendente de Quilmes Martiniano Molina. Pichetto compartió el escenario con el líder de los gastronómicos porteños, Dante Camaño, postulante a diputado por la Capital Federal y que antecedió al rionegrino en el uso de la palabra.
En su discurso, el excandidato a vicepresidente defendió su propuesta de “capitalismo productivo exportador” a la que se preocupó por diferenciar de “la patria del pobrismo que le conviene a los dirigentes que lucran con las necesidades de la gente”.
También criticó lo que denominó el “neoliberalismo financiero” que personalizó “en el grupo que se reunió en Bariloche (en el Hotel Llao Llao)” que, dijo, “tiene una mirada parcial, no tiene la visión de la gente”.
Pichetto hizo una férrea defensa de la propiedad privada que, aseguró, “no es un derecho secundario como algunos quieren hacer creer”. “Si no lo hacemos nadie va a venir a invertir en la Argentina ni a generar empleo”, agregó.
En ese sentido, reclamó tener “una Corte que acompañe el proceso político de cambio”. “No hablo de una Corte adicta sino de una que acompañe los cambios estructurales que la Argentina necesita”, aclaró. “Que ningún juez de primera instancia bloquee un oleoducto con una medida cautelar”, agregó.
“El presidente que viene tiene que tener autoridad. El poder tiene que estar en la Casa Rosada, no puede estar afuera”, disparó, en clara alusión a la dependencia de Fernández de las opiniones de Cristina Kirchner, su vicepresidenta.
Pichetto alertó sobre la herencia que dejará el gobierno. “Todos los grandes problemas los va a tener que resolver el gobierno que venga”. Así, cuestionó la “política de depredación del territorio con la cesión de tierras a pseudomapuches y a organizaciones como la de (Juan) Grabois”.
“Los narcos no pueden estar comunicados con el mundo exterior”, aseguró el precandidato, quien destacó “la debilidad estructural de las policías provinciales que manejan el narco menudeo”. Al respecto, propuso “constituir fuerzas de elite” y “juzgados y fiscalías especializadas” para combatir el flagelo del narcotráfico.
