Mientras que el candidato y ministro de Economía, Sergio Massa, anunció en los últimos días un congelamiento en los boletos de tren y de colectivo, en el precio de los combustibles y en las cuotas de las prepagas, su esposa y titular de Aysa, Malena Galmarini, aplicó aumentos en el servicio de agua y cloaca que alcanzan el 197% para los usuarios de altos ingresos.
El 26 de julio pasado, el Ministerio de Obras Públicas, que comanda Gabriel Katopodis, publicó la resolución 331/2023 que aplica una nueva quita de subsidios para los usuarios de ingresos altos, medios y bajos. A diferencia de las tarifas de energía, el servicio está segmentado según la ubicación geográfica y no por ingresos.
De esta manera, a partir del consumo de agosto, los hogares que viven en zonas consideradas de ingresos bajos tuvieron un aumento de 40%; los de zonas de ingresos medios, de 78%, y los de altos ingresos, alcanza el 197%. Los incrementos comenzaron a reflejarse en las últimas facturas de Aysa.
A diferencia del año pasado, cuando Galmarini ofreció una conferencia de prensa, esta vez no hubo una referencia pública, ni se convocó a audiencia pública, como suele ocurrir cada vez que hay aumento de tarifas. Aysa brinda el servicio de agua y cloacas a más de 3,8 millones de hogares en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Los usuarios de ingresos bajos, que son el 52% del total de hogares (1,8 millones), tendrán nuevos aumentos de 38% en octubre, de 27% en diciembre y de 21% en enero. Para los usuarios de ingresos medios (el 30% del total, 1,4 millones de hogares), las próximas subas serán en octubre (33%) y diciembre (25%). Aysa buscó de esta manera hacer una quita gradual de los subsidios para estos segmentos. Para los hogares de ingresos altos (el 18% restante, 621.324 usuarios), ya no habrá más aumentos, luego del 197% aplicado el mes pasado.
Según explicó el Ente Regulador de Agua y Saneamiento (ERAS), una factura promedio mensual con los dos servicios de agua potable y cloacas quedará en $2500 para zonas de ingresos bajos, de $4100 para zonas de ingresos medios y de $7600, para zonales altos.
Aysa envió un comunicado de prensa en el cual señala que “el consumo de agua en la Argentina registra 100 litros por encima del promedio mundial” y que “los usuarios pagan cada litro de agua el 30% de lo que cuesta producirlo”.
“Los actuales niveles tarifarios resultan sensiblemente menores a los establecidos como de equilibrio económico financiero en el marco regulatorio (ley 26.221), por cuanto los ingresos que pagan los usuarios no alcanzan a cubrir la totalidad de los costos derivados de la prestación de los servicios. Los usuarios contribuyen con el 31% del costo del servicio, mientras que el 69% restante lo cubre el Estado Nacional; es decir, que de manera implícita, las facturas se encuentran fuertemente subsidiadas”, dijeron en Aysa.
Luego de aplicar estos incrementos, a partir de febrero solo se mantendrá el subsidio de 15% a los usuarios que viven en zonales de ingresos bajos.
“Los hogares en régimen medido (con medidor instalado) registran un consumo promedio de 20 m3 de agua por mes (20.000 litros), valor sensiblemente superior al observado en otras ciudades del mundo. Asimismo, los hogares en régimen de cuota fija (sin medidor instalado) poseen consumos aún superiores con derroches y pérdidas internas que no son controlados por tratarse de un sistema de ‘canilla libre’”, dice el comunicado de Aysa, la empresa a cargo de instalar los medidores.
Tarifas de luz
Massa todavía no se pronunció sobre las tarifas de energía. “No se definió nada aún”, repiten en la Secretaría de Energía, pese a que el atraso en aplicar el aumento previsto en septiembre ya es una señal en sí misma.
Congelar las tarifas de electricidad tiene una implicancia mayor para el candidato y ministro de Economía, que viajó hace dos semanas a Washington para negociar el último desembolso de US$75000 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Luego de que el organismo dé el visto bueno, tras tres meses de intensas negociaciones en las cuales tuvo que intervenir el gobierno de Estados Unidos, publicó un documento donde advierte sobre la necesidad de subir las tarifas energética para que dejen de crecer los subsidios y el gasto fiscal.
“Las autoridades se han comprometido a realizar mayores esfuerzos para actualizar las tarifas energéticas de acuerdo con los costos de producción y contener los salarios y pensiones del sector público, dados los desvíos pasados en estas áreas”, dice el reporte de 116 páginas que publicó el FMI, en referencia a lo acordado con Massa.
El servicio de electricidad aumentó por última vez en agosto, cuando la Secretaría de Energía aprobó el nuevo precio de generación eléctrica, que se actualiza cada tres meses. Es decir, el próximo incremento debía aplicarse a partir de noviembre. Sin embargo, como el Banco Central aplicó una brusca devaluación de casi 19% luego de las PASO, la secretaria de Energía, Flavia Royon, había anticipado que el valor de la generación se iba a actualizar alrededor de 10%. Había aclarado, previamente, que la decisión se tomaría cuando volviera Massa de Washington.
En el sector energético, los contratos están acordados en dólares, pese a la promesa inicial del presidente Alberto Fernández de pesificarlos. La consultora Economía & Energía estimó que, en julio, el costo del monómico (el precio promedio de la generación eléctrica) era de US$87 el MWh, o $23.842.
“Al segmento de altos ingresos, que es tres de cada 10 hogares, se les retiró los subsidios en mayo pasado. Este segmento de aquí en adelante puede esperar la actualización en función de que cómo vaya variando el costo del sistema, el costo del monómico. Serán variaciones de entre 6 a 10%. Para los segmentos de ingresos medios e ingresos bajos estamos sosteniendo el subsidio, porque nosotros estamos convencidos de que la energía es un derecho”, dijo Royon en el evento de AmCham Energy Forum, el miércoles 23 de agosto, el mismo día que Massa se reunió con Kristalina Georgieva, la directora gerente del FMI.
En el reporte que publicó el Fondo a los pocos días, había un cuadro especial dedicado a contener el aumento en subsidios energéticos. Se trataba de uno de los pilares por donde iba a pasar el ajuste del Gobierno, junto con salarios de empleados públicos, para llegar a la meta fiscal del año de déficit de 1,9% del PBI.
“Si bien en julio se emitió una resolución que aumenta las tarifas eléctricas, a partir de agosto, aún se requieren mayores esfuerzos para alinear las tarifas con los mayores costos de producción (tras la devaluación del tipo de cambio), lograr los objetivos de recuperación de costos establecidos en la cuarta revisión y cumplir con los objetivos de reducción de los subsidios a la energía (0,5 por ciento del PBI en 2023)”, dice el informe del FMI.
“Con este fin, las autoridades anunciarán su decisión (acción previa) de ajustar los precios de la electricidad mediante la emisión de una resolución propuesta a finales de agosto de 2023, a partir del 1 de septiembre, para usuarios residenciales de ingresos bajos y medios, así como para usuarios comerciales más pequeños. Mientras tanto, los precios de la electricidad para los usuarios residenciales de altos ingresos seguirán evolucionando con los costos de producción, y los usuarios comerciales más grandes alcanzarán la recuperación total de los costos para fines de 2023″, agregaba.
Al momento, el Ministerio de Economía no publicó ninguna resolución con los nuevos precios de electricidad y en el sector coinciden que, si bien ha sucedido alguna vez, es difícil aprobar nuevos cuadros tarifarios de manera retroactiva.