Mauricio Macri reúne a Larreta, Bullrich y Vidal en medio de la guerra en Pro por la ciudad y el fenómeno Milei

En medio de las fuertes tensiones en Pro por el armado electoral y la estrategia para neutralizar al fenómeno antisistema de Javier Milei (La Libertad Avanza), el exmandatario Mauricio Macri encabezará esta mañana, en San Isidro, una cumbre con los aspirantes presidenciales de su partido: Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal. Pese a los últimos cortocircuitos, procuran enviar una señal de unidad, ante todo, por la fuerte incertidumbre por el futuro de la economía, debido a la crisis cambiaria y la escalada inflacionaria.

Se espera que sea una reunión tensa, cargada de reproches y pases de factura, más allá de los gestos de distensión que intentarán exhibir hacia afuera para amortiguar el desgaste que genera el internismo en el sello de JxC y una eventual fuga de votos a Milei en pleno derrumbe del Gobierno.

Dado el clima de confrontación interna que atraviesa el principal partido opositor desde que Larreta dispuso la doble votación en la ciudad de Buenos Aires, como le pedía su socio más estrecho en JxC, Martín Lousteau (UCR), los referentes de Pro buscaron mantener una representación equilibrada para la reunión de mañana. Así, cada uno irá acompañado por un dirigente afín de la mesa chica. Macri estará con Fernando De Andreis; Larreta irá con Diego Santilli; Bullrich, con Federico Angelini, y Vidal concurrirá junto a Cristian Ritondo.

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Está claro que Santilli y Ritondo también inciden en un terreno crucial para JxC: la disputa con el kirchnerismo por el control de la provincia de Buenos Aires. En el vasto territorio bonaerense, que concentra más de 40% del electorado, tampoco hay consenso entre los altos mandos de Pro en torno a las reglas de juego para la competencia interna. El largo proceso de transición de liderazgos que se inició en 2019 genera turbulencias constantes. En ese marco, los intendentes de Pro presionan a la plana mayor para que impulsen un ordenamiento que no ponga en peligro el dominio de sus distritos.

Con ese telón de fondo, Macri y Larreta volverán a verse las caras. Será el primer encuentro entre ambos después del conflicto por la elección concurrente en la Ciudad. Fuentes cercanas al exmandatario aseguran que no está previsto que discutan en profundidad sobre el armado porteño, pero está claro que será uno de los temas álgidos del cónclave. En la cúspide de la fuerza aseguran que planean evaluar la situación política del país y, sobre todo, la agudización de la crisis por la disparada del dólar blue. Evaluarán distintos escenarios económicos y las perspectivas financieras después de una semana tumultuosa para la Casa Rosada por la inestabilidad en los mercados.

Esa fue la excusa formal para organizar la cumbre de la cúpula partidaria. El contexto permitió destrabar el diálogo e iniciar un camino de incipiente recomposición tras la crisis que estalló hace dos semanas. Entre los jefes de Pro prevén una conversación ríspida, en particular por el enojo que conserva Macri con Larreta. Dan por descontado que el jefe porteño deberá soportar una ola de recriminaciones por su medida “inconsulta” respecto del sistema de votación para los comicios en la ciudad, fortaleza electoral de Pro.

Quienes tratan a menudo a Macri comentan que el expresidente continúa muy disgustado con Larreta. Hasta llegó a confesar que desconoce las actitudes que tiene quien fuera su heredero natural en Pro. “Profunda desilusión”, aseguró poco después de que el jefe porteño oficializara la doble votación en la Ciudad y lo desafiara abiertamente para dar un golpe de autoridad y autonomía. Concretó la maniobra poco después de que Macri oficializara su corrimiento de la disputa por la Presidencia.

La plana mayor de Pro también prevé discutir el esquema bonaerense del espacio. Ayer, Bullrich recibió a intendentes y aspirantes a gobernador en sus oficinas. Insistió en que tendrá una estructura propia en aquellos distritos donde los jefes municipales ya cerraron filas con Larreta, como Julio Garro (La Plata), Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Ezequiel Galli (Olavarría) o Héctor Gay (Bahía Blanca). En el seno del macrismo admiten que la chance de que Axel Kicillof desdoble la elección general en Buenos Aires -o aplique el sistema concurrente- podría complicar la estrategia de JxC en esa geografía. Por ahora, se mantiene la posibilidad de que haya una competencia en la categoría de gobernador.

Pero, en caso de que Kicillof separe los comicios -las primarias se realizarán en la misma fecha que las nacionales-, en Pro especulan que ganarán terreno los candidatos más “taquilleros” para pelear con Kicillof. Hasta ahora, Santilli se mantiene en la cima de los sondeos, seguido por Ritondo.

Además, las autoridades de Pro necesitan unificar una postura en torno a la eventual incorporación de José Luis Espert a la principal alianza opositora. De hecho, Angelini se comprometió el martes ante Gerardo Morales, Maximiliano Ferraro y Miguel Pichetto a buscar una repuesta consensuada de Pro. Ayer, la UCR y la CC salieron a presionar al ala dura de Pro, que sospecha de un acuerdo entre Larreta y Espert para perjudicar a Bullrich en la interna presidencial de JxC. El larretismo argumenta que el espacio necesita exhibir una oferta liberal para neutralizar el crecimiento de Milei. ¿Buscaron convencer a Ricardo López Murphy de que revea su decisión de subirse al ring en la Ciudad? Eso sospecha Bullrich. Ayer salió a respaldar la inclusión de Espert en JxC. Tal vez a Larreta le piden explicaciones por esos movimientos hoy.

El enfrentamiento por la ciudad

La última vez que se reunieron los jefes de Pro -Larreta estuvo ausente, pero envió a sus representantes- fue el 11 de abril, después de que el alcalde porteño anunciara que las elecciones en la ciudad se realizarán en la misma fecha que las nacionales, pero mediante sistemas diferentes. Esa modalidad había sido vetada por Macri, Bullrich y Vidal, pero Larreta optó por cumplir con su promesa a Lousteau y garantizarle igualdad de condiciones para competir. Así, los candidatos a jefe de gobierno irán separados de los presidenciales, como reclamaban el senador radical, que enfrenta a Jorge Macri como candidato a suceder a Larreta.

Macri, Bullrich y Vidal se preocuparon en aclarar que no rechazan el sistema de la boleta única, uno de los históricos reclamos de JxC para garantizar una mayor transparencia en los comicios y confrontar con el PJ, sino que Larreta haya cambiado las reglas de juego para preservar su acuerdo con los radicales.

El alcalde se escuda en que cumplió con lo establecido por el Código Electoral Porteño, que fue aprobado en 2018 por la Legislatura porteña. Pese a que sublevó al Pro con su jugada, Larreta recibió el respaldo de sus principales aliados en JxC: Lousteau, el gobernador Morales (UCR) y Elisa Carrió (CC), entre otros. El vínculo entre Macri y Larreta quedó roto desde ese momento.

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En su última aparición pública, Macri lamentó que Larreta no haya acordado con Vidal y Bullrich, sus dos competidoras internas, la forma de votación en la ciudad, pero buscó dar por cerrada la disputa interna. Larreta, en tanto, confirmó que no dará por ahora su apoyo a Jorge Macri y que mantiene en pie a sus candidatos Fernán Quirós y Soledad Acuña.

Macri y Larreta chocan por la sucesión en la Ciudad, pero también por la estrategia para recuperar el poder nacional y la identidad de JxC. De fondo, ambos pulsean por la conducción del espacio opositor. El expresidente intuyó que su exsubordinado buscó “jubilarlo” antes de tiempo.

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