PEKÍN.- “No me puedo escapar; me pusieron un vigilante en la puerta”, bromeaba Sergio Massa en el jardín del hotel St. Regis fumando cigarros Café Crème. En la capital política de China, el ministro de Economía fue recibido con pompas presidenciales. Se cortaron las principales avenidas por donde pasó su auto en su llegada desde Shanghái, se le otorgó una importante seguridad y fue homenajeado con una cena en la residencia de huéspedes de la Cancillería, contaron fuentes de la comitiva.
Massa habla de política, de las elecciones, pero poco. Por ahora, sólo reitera que se requiere eliminar la PASO si el Frente de Todos quiere, ya no ser competitivo, sino terminar este gobierno. Las internas, suele decir, sólo sumarán más incertidumbre a una economía frágil, sin dólares y con una inflación elevada.
A más de 19.250 kilómetros de la Argentina, el ministro de Economía sigue de cerca su principal preocupación: el dólar. Hoy no le sacó la vista al teléfono, siguiendo la cotización del blue, y celebró los resultados del dólar soja 3.0. Sugieren que, por ahora, no habrá una cuarta versión. Señalan, además, que la intervención en el mercado para frenar la corrida tendrá un impacto en el dato de inflación de mayo. Varias consultoras hablan de más de un 9% de avance del IPC, pero hoy esa no es la sensación en Economía.
Massa habla de la “emisión descontrolada” antes de su llegada a la hora de explicar por qué se desbocó la inflación. No es un argumento que comparta con Cristina Kirchner, con quien se mantuvo en contacto desde China (la llamó el primer día de su gira). Además, son varios los economistas que destacan que hoy sigue dándole a “la maquinita”. A esa impresión desbocada de pesos -ya luego de su llegada- le suma la sequía. “Con un 40% de esta sequía, Macri fue al Fondo”, suelen chicanear en la comitiva.
Pese a la renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por la sequía y el consecuente incumplimiento de todas las metas pactadas, la fuerte suba de los precios lo lleva a analizar, como quiere el kirchnerismo duro, la posibilidad de dar una suma fija, pese a las necesidades de acortar el déficit. Extrañamente, en ese recálculo con el Fondo, empiezan a surgir frases como “permisos de refuerzos presupuestarios”, sin más detalles. Ese concepto se negocia con los montos permitidos de intervención.
Además de ver a Dilma Rousseff, Massa visitó hoy al ministro de Comercio, vio a las autoridades del Eximbank y participó de un evento en la poderosa cancillería china. Es esta cena, le comentaron -contaron fuentes oficiales- que los países en vías de desarrollo reciben presiones a través de las armas, el dólar y los multilaterales. “Queremos construir cooperando y no mediante la extorsión”, fueron frases que recogió. Se trata de palabras similares a las que mencionó Máximo Kirchner hoy en la Academia China de Ciencias Sociales (CASS) de esta ciudad. Massa y el líder de La Cámpora funcionan como un tándem en China. Sobre el dólar, puede decirse que el ministro empujó en estos días un aval a la intención de internacionalizar el yuan (un objetivo chino) cuando anunció que podrá usarse esa moneda en el comercio exterior.
En el Eximbank se charló sobre tres proyectos: se firmaron los términos y condiciones para el financiamiento de Cacharí en Jujuy (US$240 millones), un proyecto en el Ferrocarril Sarmiento y otro en La Rioja para el Parque Arauco (energía eólica y solar). “A pesar de que nos puteás (sic), te mandamos la plata”, cuentan que Cecilia Moreau le había dicho desde esta ciudad a Gerardo Morales.
Reclamos a Massa
En la cena, Massa también recibió algunos reclamos de este país, entre ellos, el de “el Juan González” de China, como lo describieron en la comitiva en referencia al asesor de Joe Biden para América Latina. Su nombre es Qiu Xiaoqi y es el representante especial del gobierno chino para asuntos latinoamericanos.
Le dijeron que existen muchos procesos de dumping argentinos contra china (el 50% del total), reclamaron la neutralidad del país vinculada a la tecnología (entre ellas el 5G, que está licitando la Argentina) y la reactivación de un convenio firmado por Macri en 2018 sobre doble imposición tributaria, entre otras cuestiones.
Massa responde con un breve speech. Habla de dos realidades en la Argentina. En el largo plazo, vende al país ofreciendo oportunidades en energía, minería, agroindustria y economía del conocimiento. Pero también se refiere a un corto plazo sofocante por los impactos del sobreendeudamiento, la guerra, la pandemia y la sequía. Reconoce -no los explicita- errores, sobre todo vinculados a las internas y a Martín Guzmán. Luego se da vuelta y entiende que necesita un puente entre ambas realidades; sabe que necesita dólares.