Como quien lleva un paraguas diminuto en medio de un temporal de viento y lluvia, el Gobierno no alcanza a cubrir con su “plan contención” todos los rubros de la economía y a evitar los aumentos que en varios de ellos genera la devaluación que aplicó luego de las PASO.
Así, mientras en el caso de ciertos alimentos (con los acuerdos con los grandes supermercados y con las empresas fabricantes), de las naftas, las prepagas, los colegios privados y los medicamentos (llegó a un entendimiento el viernes pasado), logra contener la remarcación, acotando las alzas a un sendero de ajuste preestablecido y acordado con esos sectores, en otros rubros se le va de las manos, como en ciertos oficios (peluquería, plomería, mecánica, entre otros), materiales de construcción, indumentaria y calzado, electrónica, gastronomía y turismo.
Devaluación: las consecuencias negativas superan a los beneficios buscados, según los economistas
Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, comentó que entre los rubros que más aumentaron por efecto de la devaluación se destacan los celulares, productos electrónicos, artefactos para el hogar, textiles y todo lo relacionado con paquetes turísticos. “Ahí hubo aumentos de alrededor de 15%. Después, en alimentos también hubo incrementos de precios, pero con subas más acotadas”, señaló el economista.
Damián Di Pace, analista económico y director de la consultora Focus Market, detalló que entre los rubros que más subieron están materiales de construcción (20%), informática y tecnología (entre 20 y 25%); indumentaria y calzado (15%), y artículos de librería (18%). “El mecanismo de precios en el mercado de ahora en más tiene dos vías. Una vía de restricción para renovar stock, si no se cuentan con los dólares para importar, por lo cual los precios seguirán la evolución de la cotización de los dólares paralelos. Y, la otra vía, la indexación de precios en combustible, energía y salarios, entre otros que se vienen, además del fenómeno del excedente de pesos en el mercado con caída de su demanda”, dijo.
Un importante empresario comentó en off a LA NACION que los rubros que el Gobierno pretende controlar tienen mayormente que ver con el sector alimenticio, especialmente en las grandes cadenas. “El resto, de lo que uno se pueda imaginar, ha tenido variaciones que van desde el 20% hasta el 35%, por la incertidumbre. Ante el miedo de no saber si se va a poder reponer la mercadería, porque en algunos rubros los proveedores mandaron listas con aumentos de hasta 50%, el que tiene la necesidad de seguir funcionando se cubre de esa manera”, afirmó.
En la consultora Econviews señalaron que en lo que va del mes de agosto el precio mayorista del novillito aumentó 34,1%, pero que solo en la última semana, desde que se aplicó la devaluación, se incrementó 23,4%. “Esto ya se ve reflejado en góndolas de negocios minoristas. Las PASO agregaron leña al fuego. Los números hablan por sí solos”, se indicó en un informe de esta consultora.
Por su parte, Agustín Etchebarne, director general de la fundación Libertad y Progreso, opinó que los economistas hablan de una devaluación exitosa cuando el traslado a precios es pequeño. “Por ejemplo, si en los siguientes 12 meses el traslado a precios es menos de un tercio de la devaluación. En cambio, ahora es posible que en apenas dos meses el aumento de precios sea equivalente al 100% de la devaluación. Creo que la suma de la inflación en dos meses va superar el 22%”, concluyó el economista.