Tendrán matices, diferencias ideológicas e historias diferentes, pero los cuatro candidatos presidenciales con más chances (Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por Juntos por el Cambio, Sergio Massa por Unión por la Patria, y Javier Milei, de La Libertad Avanza) tienen un objetivo similar: que la política exterior, en caso de llegar a la Casa Rosada, se parezca poco a la actual, signada por el inmovilismo del Mercosur, las diferencias aún insalvables con la Unión Europea para lograr un acuerdo, y la necesidad del equilibrio constante entre Estados Unidos y China, cercana a aliados regionales polémicos, como Venezuela y Cuba.
La idea de la “nueva etapa” a partir del 11 de diciembre es compartida no sólo por los tres principales candidatos opositores, que coinciden en tildar de errática la política exterior actual, sino además por el equipo internacional que asesora al ministro de Economía y candidato presidencial del oficialismo. Sin criticar de modo directo la política exterior impulsada por Alberto Fernández, Massa quiere una política exterior “pragmática y económica”, centrada en “vender trabajo argentino”, y por ahora prefiere no definirse en cuestiones sensibles para el resto de los miembros de la alianza que la apoya (sobre todo el cristinismo) como la cercanía al régimen de Nicolás Maduro, criticado en la reciente reunión de mandatarios del Mercosur por los presidentes Luis Lacalle Pou (Uruguay) y Mario Abdo (Paraguay), a raíz de la proscripción de opositores, como Corina Machado.
Problemas en el multiverso de Massa y los Kirchner
Merecedor de la confianza de Washington desde hace muchos años, Massa coquetea sin embargo en estos días con buscar el apoyo de China si el FMI -donde Estados Unidos es actor protagónico- no acepta morigerar sus exigencias, postergar pagos y adelantar fondos que den aire a un Gobierno con fecha de vencimiento, del que el tigrense -que días atrás tuvo su foto con Luiz Inácio Lula da Silva en la cumbre del Mercosur- es hoy la cara visible.
“En Massa aflora una condición de zigzagueo, aplicada a su política exterior”, dice Fernando Straface, funcionario porteño y jefe de los equipos internacionales que asesoran a Rodríguez Larreta. La “expansión del comercio exterior” es un objetivo central, al igual una relación “estratégica” con Brasil y una “defensa sin peros de la democracia y los derechos humanos”, en clara diferenciación del kirchnerismo y sus distintas votaciones en foros internacionales en las que evitó condenar a sus socios regionales.
Al igual que Bullrich, quien sostiene una fuerte relación con dirigentes y referentes de Estados Unidos e Israel, Rodríguez Larreta propone una alianza más estrecha con Estados Unidos que la vigente. “Hay que formalizar una agenda del Atlántico Sur, con ejercicios militares conjuntos, y valorar la Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica”, dice Straface, en referencia a la iniciativa del presidente Joe Biden a la que ya se sumaron países como Uruguay, Ecuador y México. Prudente, Straface pide “equilibrar la balanza comercial con China, que hoy es deficitaria”, y sostiene que la Argentina debe acelerar su ingreso a la OCDE, una invitación formulada al final del gobierno de Cambiemos que la gestión del Frente de Todos dejó pasar.
“Nuestra política exterior va a reflejar los valores de Occidente, los de América Latina”, dice Federico Pinedo, jefe de los equipos internacionalistas de Bullrich. Cercano a las posturas del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, Pinedo sostuvo que la mejor es “un comercio regional abierto, en un contexto de la mayor integración posible” en el continente. Lejos de profundizar la Unasur y la Celac, impulsadas por el kirchnerismo, el exsenador propugna también “entrar a la OCDE y el acuerdo con la UE” como temas “centrales”.
Amigo de referentes de la derecha liberal como el brasileño Eduardo Bolsonaro, Santiago Abascal del partido Vox español o el expresidente norteamericano Donald Trump, también Milei promete un acercamiento “a los países ricos”, como afirma -mitad ironía, mitad certeza- su flamante referente de política internacional y candidata a diputada, Diana Mondino.
“Hay que utilizar los recursos de la Cancillería, que son muy capaces, para mejorar el comercio exterior, algo que no ha dado resultados, pero por motivos políticos”, dice Mondino, en una charla con LA NACION con música de la cantante norteamericana Ella Fitzgerald de fondo.
“Hay que separar a las empresas de capitales chinos de la posible injerencia del gobierno chino en el país”, destaca Mondino, y pide “negociar con transparencia”, ya que -según asegura- ”los términos y condiciones del swap con China no se conocen”.
“Tenemos que tener relaciones con gobiernos no autocráticos”, define Mondino. Al igual que Straface y Pinedo, Mondino descarta sumar a Argentina a los Brics, el conglomerado de países que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, pero por motivos distintos.
Para Straface, “no podemos estar en el mismo lugar dónde quiere entrar Irán”, mientras que Mondino afirma que “para ingresar allí deberíamos hacer aportes de capital y de tecnología: la Argentina no los tiene, y ya que estamos vayamos mejor al club de los ricos, como la OCDE”, disparó. “No podemos compartir club con Rusia”, dice Pinedo. Pragmático, Massa habla de “acercamiento a espacios de integración regional”, entre las cuales están los Brics.
“Es imprescindible preservar a Sudamérica y el Atlántico Sur como zona de paz, no dejar que el conflicto penetre en la región”, expresó Pinedo, en relación a la invasión rusa a Ucrania y la pelea entre Estados Unidos y China en ese tema. De todos modos, afirmó: “Estamos listos para acuerdos de facilitación de comercio con China, India, Asean (Asociación de Naciones de Asia Sudoriental) y el norte de África”. De todos modos, calificó de “vergonzoso” el déficit de US$10.000 millones de Argentina con China.
Equilibrio
¿Qué ejes priorizaría Massa? “Vender trabajo argentino es la meta más importante de nuestra política exterior”, asegura a LA NACION Gustavo Martínez Pandiani, referente y jefe de los equipos de política exterior del tigrense. Buscar nuevos mercados, atraer inversiones “productivas, no especulativas” y promover el “boom del turismo receptivo” serían prioridad, destaca Pandiani, el “canciller personal” de Massa que estuvo con él en Puerto Iguazú y lo asesora en las gestiones internacionales.
Si bien aseguran que las líneas generales “se hablarán con el resto de los integrantes de la coalición”, cerca de Massa insisten en que eventual la política exterior incluirá “consolidar al Mercosur como primera plataforma de integración al mundo” y sostener la “asociación estratégica” con los Estados Unidos, China y la UE, los tres gigantes que rivalizan por la primacía mundial.
La trastienda de la relación entre Massa y Cristina: de la desconfianza a un “metejón” que siembra dudas a futuro
En relación al acuerdo del Mercosur con la UE, que se discute por estos días, desde el massismo coinciden con la postura actual de la Cancillería y hablan de “un convenio balanceado que sea mutuamente beneficioso y que contemple los intereses de ambas partes”. Martínez Pandiani es, hasta fin de mes, el subsecretario de Asuntos Latinoamericanos de la Cancillería, y está en Bruselas negociando el documento final de la cumbre Celac-UE, el martes.