ROMA.- Asegurar el voto de los italianos en el extranjero, ya con vistas a las elecciones europeas de junio del año próximo, simplificar y agilizar las actividades consulares, el papeleo de los documentos, pensar también en la unificación de las oficinas de registro, fomentar la digitalización e intervenir en las disparidades fiscales que afectan a los ciudadanos que viven fuera de Italia.
Estos son algunos de los objetivos que persigue el Consejo General de los Italianos en el Extranjero (CGIE) y que ha presentado a las comisiones competentes de la Cámara de Diputados y del Senado.
“Hemos constatado que hay interés, escucha y voluntad de colaborar en nuestras peticiones por parte de todas las fuerzas políticas”, subrayó el secretario general del CGIE, Michele Sciavone, durante una conferencia de prensa en la Farnesina, como se conoce a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de Italia.
El número de italianos en el extranjero –dijo– está aumentando. En 10 años han pasado de 3,9 millones a más de 6 millones, con un aumento de la movilidad que no se ha detenido ni siquiera durante la pandemia. En la Argentina, las cifras de italianos habilitados para votar rondaría las 768.000 personas, según informó Télam en agosto del año pasado, lo que convertiría al país en la “cuarta ciudad” con más electores, solo superada por Roma, Milán y Nápoles.
Una hemorragia demográfica que puede ayudar a comprender mejor el fenómeno migratorio, “partiendo del hecho de que los italianos son protagonistas de la migración desde hace más de dos siglos. Comunidades que ahora son numerosas y que siguen creciendo y sufriendo normativas obsoletas”, explicó Schiavone.
“Reconocer el papel de los italianos en el extranjero, los profesionales que trabajan allí, las empresas italianas que se han trasladado a otros lugares, significa recordar que estas realidades contribuyen a aumentar el PBI italiano”, subrayó.
Por eso, según los representantes de la CGIE, es justo igualar los derechos de los ciudadanos italianos vivan donde vivan. Y una de las propuestas presentadas a la Comisión de Finanzas de la Cámara de Diputados es, precisamente, la supresión del pago del impuesto inmobiliario para quienes viven en el extranjero. “Un bien que, por tanto, sería la primera vivienda”, precisó el Consejo.
No menos importante es el compromiso de la CGIE de fomentar la participación de los italianos en el extranjero en las elecciones. “Su voto es representativo y debe ser defendido y no cuestionado, como ha ocurrido en el pasado, por sospechas de fraude”, añadió Schiavone.
Junto con el Ministerio del Interior y la Farnesina, el Consejo también presentó la propuesta de automatizar la renovación de los documentos para los residentes en el extranjero, situación que en muchos casos resulta dificultosa.
Las comunidades italianas en el extranjero -concluyó- “deben ser consideradas embajadoras del país y, por tanto, acompañadas, no dispersas, y puestas en condiciones de cultivar la lengua y la cultura italianas”.
Agencia ANSA
