Los millones de dólares que se necesitan para quitar el cepo “lo antes que se pueda”, según Diana Mondino

En medio del proceso electoral surge una premisa que representa a la mayoría de los espacios de poder: en la Argentina se espera un cambio de ciclo, donde no hay lugar para el gradualismo económico. La velocidad con la que se implementarán los cambios dependerá de la situación del Banco Central y de la gobernabilidad que consiga el próximo presidente. Esta fue la conclusión a la que llegaron los economistas Diana Mondino, Marina Dal Poggetto y Martín Redrado, en la 9° edición del Latam Economic Forum, que organizó FinGurú y Research for Traders.

Mondino, la candidata a diputada por la Libertad Avanza de la Ciudad de Buenos Aires, dijo que “el gradualismo difícilmente pueda funcionar” y dejó una advertencia al sector privado: “Van a tener que mejorar la productividad notablemente, porque no van a continuar como ahora”.

En ese sentido, criticó la actual “injerencia o la interferencia regulatoria” del Estado, que obliga a las empresas a pedir permiso permanentemente y luego a estar sujeto a control de lo pedido. “En la Argentina tenemos todas regulaciones e intervenciones parcializadas”, señaló.

Cuando se le preguntó por la liberación del mercado cambiario, Mondino dijo que se va a “liberar el cepo lo antes que se pueda”. Y aclaró: “No sé cuándo se puede, porque no sabemos qué se puede hacer con las Leliq y con el tipo de cambio”.

La economista de la Universidad del Cema explicó que, cuando su espacio político comenzó a hablar de la dolarización, el Banco Central necesitaba US$9200 millones para compensar los pasivos. “Hoy debemos de Leliq US$35.000; de importaciones realizadas, más de US$30.000 millones; no sabemos cuánto de SIRA autorizas y retenciones cobradas por adelantado, y US$12.000 de depósitos de los ahorristas. Sumado todo eso, hoy lo que falta en el Banco Central es muchísimo más que las Leliq, son US$90.000 millones”, dijo Mondino.

“Buscan ser Menem”

Marina Dal Poggetto, fundadora de la consultora EcoGo, criticó que en la Argentina todos los políticos cuentan un relato del pasado de forma parcial, hablando solo de los éxitos, sin mencionar los fracasos. “Que al final son todos fracasos porque seguimos igual. Siempre estamos justificando que lo que hicimos está bien y lo que hicieron otros está mal. Es perverso, eso”, dijo.

En datos duro, la economista dijo que, desde 1970 a la fecha, la Argentina creció al 1,8% del PBI por año, pero si se le descuenta el crecimiento poblacional, la economía creció 0,8% del PBI por año. “Estamos discutiendo sistemáticamente siempre sobre el mismo lugar. Hay que corregir el déficit fiscal y cortar el financiamiento, pero se necesita una definición mayor para ordenar esto, de manera que sea permanente. No se puede tener el ajuste permanente. Si haces el ajuste [bien], es duro, pero después se puede prometer algo mejor”, aconsejó.

Dal Poggetto comenzó su disertación señalando que todos los candidatos, de alguna forma, buscan ser como el expresidente Carlos Menem. “Recuerdan su gobierno como una epopeya; en 2001 parecía una tragedia”, dijo.

“Javier Milei se deja las patillas y dice que es el mejor presidente de la historia. Patricia Bullrich tiene un discurso de ‘si no es todo, es nada’ y busca las reformas y la estabilización del menemismo. Y Sergio Massa no sabemos, pero cuando vemos sus orígenes en la Ucede o en el Frente Renovador, dicen que Massa es Menem”, describió.

Al referirse al problema económico de la Argentina, la economista dijo que el Banco Central tiene un balance quebrado, donde faltan dólares y sobran pesos. “A diferencia de 2015, faltan más dólares, hay una deuda comercial cercana a US$20.000 millones, hay deuda pendiente y 2100 puntos básicos de riesgo país. Además, la tasa libre de riesgo en Estados Unidos es 4,2%. Faltan dólares y no hay nadie que nos preste”, advirtió.

Sobre este punto, dijo que dos de cada tres pesos que están en circulación son pasivos remunerados, que a su vez crean endógenamente más pesos. “El principal factor de expansión monetaria no es el déficit fiscal, sino el déficit cuasifiscal”, dijo.

Para lograr crecer de manera sostenida, Dal Poggetto dijo que es necesario abordar la situación desde tres dimensiones, que simbolizó en un triángulo: una moneda, que implica un plan de estabilización para frenar la inercia y corregir los precios; reformas, para apuntalar la productividad sistémica, y gobernabilidad.

“Se necesita gobernabilidad entendida en tres dimensiones: que no me prendan fuego la calle, lograr pasar leyes por el Congreso y negociar con la Corte Suprema los cambios de contratos que estamos adoptando, para que sean duraderos en el tiempo. Para todo eso se necesitan acuerdos”, dijo.

Luego, indicó que “las soluciones mágicas de conseguir dólares prestados para dolarizar o bajar las tasas de interés a la mitad y sacar el cepo no ocurren y tienen costos enormes”. Por eso, insistió en generar un programa de estabilización, que implica ordenar los precios relativos.

“No hay margen para hacerlo de manera gradual, porque no hay crédito y porque la tasa de inflación corre a dos dígitos. La discusión es si es un shock controlado o descontrolado, suponiendo que las variables se acomodan. Y las variables solas no se acomodan, para eso se requiere gobernabilidad”, dijo.

Por último, señaló que “la salida traumática de la convertibilidad y la demanda de reducir el desempleo generó el kirchnerismo, que hizo eje en la gobernabilidad y destrozó la estabilización y las reformas”. Y agregó: “En 2000 hubo una oportunidad inédita y se pasó de 4% del PBI de superávit a 4% del PBI de déficit. El kirchnerismo propuso la moratoria previsional, pero todos los partidos la aprobaron. Lo mismo ocurrió con la reforma histórica para los jubilados en el macrismo. Todos queremos tener el bienestar de Suecia con los impuestos de Paraguay. Eso no se puede.

El real como moneda de América del Sur

Martín Redrado, expresidente del Banco Central y secretario de Asuntos Estratégicos del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, también se refirió a formas de estabilizar la economía y habló de usar la moneda brasileña. “Me consta que Brasil quiere que su moneda, el real, sea la moneda de América del Sur. La Argentina le puede dar este status de curso legal, en la medida que le den los recursos al Banco Central para generar que esos reales circulen por la economía”, dijo el economista.

Luego expuso algunas medidas necesarias que debería implementar el próximo gobierno, como reducir el gasto de las empresas públicas, que actualmente es 1% del PBI. “Con el resto del sector público, se debe achicar la política, que es importante como señal, pero eso no hace al grueso del gasto público. La Argentina tiene que plantear una ley de desindexación, donde todas las variables comiencen a indexarse por la inflación futura y no por la pasada, y plantear un sendero legal en cuatro años en donde se baje la nominalidad de todas las variables del gasto, salarios, subsidios y jubilaciones. Este debe ser el ancla fiscal que genere un ancla en materia de expectativas”, dijo.

Al ser consultado sobre las Leliq, Redrado dijo que son “un gran problema”, pero indicó que “a tiro del teléfono del presidente del Banco Central están las 10 entidades que tienen las Leliq”. Por lo tanto, “en el contexto de un programa de estabilización, con un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se puede ampliar el horizonte para extender los vencimientos de deuda que tiene la Argentina”.

“Estamos ante un fin de época. La Argentina tiene una oportunidad. Dependerá de lo que hagamos el 22 de octubre, la legitimidad que tenga el presidente, el equipo, la gestión y la capacidad de revertir expectativas”, concluyó.

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