Los detalles de una explosiva conversación con el Presidente sobre la crisis y de un futuro “inmanejable”

El encuentro fue el lunes. El presidente Alberto Fernández se sentó a almorzar con Antonio Aracre, entonces su asesor principal. El exCEO de Syngenta estaba preocupado por la aceleración de la inflación -72 horas antes el Indec había difundido el 7,7% de marzo- y por la sangría de dólares en el Banco Central (BCRA). Para Aracre, el dólar soja 3.0 no tenía suficiente atractivo para los productores agropecuarios.

Pero también tenía, según pudo reconstruir LA NACION de varias fuentes, temor por la “creciente descoordinación” entre el Ministerio de Economía y el Banco Central (BCRA). Aracre le propuso entonces al Presidente una mesa con ellos dos, el jefe de Gabinete, Agustín Rossi; el ministro de Economía, Sergio Massa; y el presidente de la entidad monetaria, Miguel Pesce.

Luego, volvió a mostrar su hoja de ruta con algunas recomendaciones que venía haciendo y peligros que observaba camino a las elecciones presidenciales. “Hay que ajustar algunas cosas”, le habría dicho entonces Aracre al Presidente.

“Nunca hubo un plan para destituir a Massa”, contaron, pese a que esas sugerencias sí aparecieron con fuerza en artículos con información deslizada desde la propia Casa Rosada. De hecho, habría sido la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, la encargada de difundir en algunos medios la hoja de ruta de Aracre.

LA NACION consultó sobre esta información en la oficina de Cerruti. “Ese documento no estuvo en manos de Gabriela”, señalaron allí y dijeron que es una información que “no da ni para desmentir”. Massa ya tenía el documento desde hacía tres semanas. Las propuestas de Aracre no fueron una novedad para el ministro de Economía, enojadísimo con la difusión pública de esos “consejos”.

Para aquellos que habitan el quinto piso del Palacio de Hacienda, a un peligroso cocktail de inflación en ascenso, la necesidad de reformular el acuerdo con el FMI y un lento arranque del dólar soja, se sumaron los rumores de la salida de Massa. Esto último, interpretaron, encendió la mecha de un dólar que se sigue empinando. La suba de las divisas libres, sin embargo, estaba descontada entre economistas, que veían a la inflación escapando a esas cotizaciones, incertidumbre política y dudas sobre el plan económico.

La hoja de ruta de Aracre

“Yo sé que vos no querés devaluar, pero mi recomendación sería hacerlo por un 30%, para achicar la brecha. Sin embargo, no me parece un punto determinante y podemos avanzar con el plan de estabilización SIN DEVALUAR (sic)”, dice la hoja de ruta.

Ayer, en el Ministerio de Economía, justificaban que no hubo liquidaciones de los exportadores por la propuesta de Aracre de devaluar un 60%. Son dos versiones del mismo hecho.

En Ciara, que agrupa a las cerealeras, dijeron que ese resultado se dio por el impacto de la sequía. Lo cierto es que persisten diferencias de precios en la venta de soja entre lo que quieren los productores y lo que ofrecen exportadores. “Nadie vende soja. Los exportadores mandan esos pesos a cuentas atadas al dólar a la espera de comprar. Me sorprendería que sigan trayendo de afuera sus dólares para meterlas en cuentas en pesos”, comentó ayer un operador del mercado de granos y productor.

“Lo que sí me parece muy importante es lograr un esquema más previsible y transparente que el actual para acceder al dólar oficial”, alertó Aracre después en ese mismo documento.

“Hay que tomar medidas extraordinarias”, le dijo el entonces asesor presidencial a Alberto Fernández. Hablaba de la suba de precios y de la necesidad, por lo menos, de que el 7% de inflación se convirtiera en un 5%. “Hay que frenar la inercia y eso no se hace por generación espontánea”, comentó.

Propuso un congelamiento general por 180 días, entendiendo que esa situación no era la ideal, pero que era preciso si no quería llegar a las PASO en un escenario más “complejo”. Luego recomendó una suma fija de $50.000 y adelantar pagos de haberes de jubilaciones y cuotas de acuerdos paritarios. “En dos meses, esto es inmanejable”, pintó, y pidió crear un puente hasta octubre, comprendiendo que solo se estaba tratando la sintomatología y no las causas de fondo de lo que está generado la crisis.

Luego, Aracre habló de la situación que se vive con el dólar. “Hay un derrape absoluto de la divisa y de la confianza”, le describió el exCEO de Syngenta al Presidente. Estimó que el déficit fiscal de 1,9% fijado por el Fondo Monetario solo cierra con más emisión, la que eleva el rojo cuasifiscal por la esterilización monetaria que debe hacer el BCRA. Aclaró que las crecientes tasas de las Leliq de 7% u 8% mensual es una bola que va a explotar y advirtió por la posibilidad de que en julio, agosto y septiembre comience un “goteo de dolarización” de un 20% o 30% de los tenedores de pasivos remunerados. “Van a decir, yo a $450 compro dólar”, pronosticó. “Con eso tenemos que hacer algo ahora”, sentenció el asesor.

“Es agónica”, dijo sobre la situación del balance del BCRA y sus reservas internacionales. Principalmente, cuestionó que la entidad siga comprando dólares a $300 y vendiendo a un poco más de $200. “Haciendo eso nos fundimos en dos meses. Nos va a matar”, explicó Aracre.

Aunque no lo mencionó en el encuentro, la hoja de ruta de Aracre mencionaba la opción de un cuasi desdoblamiento. Es el mismo que debió negar el Ministerio de Economía hace tres semanas y que filtró la Casa Rosada. En rigor, la idea del ex CEO de Syngenta era poner también otros productos a $300. Sumaba algunos insumos, bienes suntuarios y algunos servicios para “equilibrar la balanza cambiaria”.

Además, mencionó al dólar agro, que lanzó Massa. Dijo que faltaban “incentivos” para los productores. Y que la medida sólo beneficiaba a los exportadores. Entonces propuso un “bono verde”. Dijo que era imposible bajar las retenciones, pero que se podían entregar estos bonos equivalentes a un 50% de las retenciones a diez años. Podrían ser usados -deberían ser aceptados obligatoriamente- para adquirir insumos. Esas empresas podrían contabilizar esos bonos sin que fueran considerados pérdidas.

Finalmente, se refirió a un tema espinoso. Aracre le dijo a Alberto que si Massa iba a ser candidato a presidente por el Frente de Todos, era fundamental garantizar que no hubiera una “situación de disrupción” con su salida del Ministerio de Economía y pidió medidas que sirvan para encorsetar aún más el camino a las elecciones. En caso contrario, alertó el exasesor, el país iba a ser “ingobernable”.

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