Los desafíos que le quedan a Massa como ministro de Economía y, al mismo tiempo, candidato a presidente

El experimento se estima riesgoso, pero con Sergio Massa como candidato a presidente, hay una certeza: el ministro va a hacer todo lo posible para evitar que las bombas que acechan las distintas variables de la economía no exploten en sus manos. Aunque nada garantiza que lo hagan por motivos que lo excedan, nadie quiere pegarse un tiro en el pie.

Massa difundió hoy más temprano un mensaje de Whatsapp dirigido a su equipo en el que aseguraba que el lunes “continúa el trabajo” en el Palacio de Hacienda. Más tarde, frente a la noticia de su candidatura, surgieron las dudas sobre su continuidad en el cargo. Esta noche, en su entorno aseguraron que seguirá hasta las PASO del 13 de agosto próximo. Más allá de esa fecha, por ahora no hay certezas de si declinará su puesto a favor de su segundo, Gabriel Rubinstein, o funcionarios cercanos a él, como Marco Lavagna.

Pero, más allá de la especulación por los hombres, a Massa lo esperan los mismos desafíos que ya venía afrontando, aunque con el previsible impacto de su importante cambio de rol dentro del oficialismo, ya que buscará la continuidad del Gobierno en la conducción del país.

Fondo Monetario Internacional

En la visión de María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos, Massa candidato significa, “por un lado, como un premio; un respaldo dentro de la coalición, pero, por otro lado, implica que tenga que dejar seguramente el Ministerio de Economía. Todavía es desafiante todo lo que hay por delante respecto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y eso obviamente puede generar alguna duda acerca de la fecha de vencimiento del deadline”, opinó.

Massa aseguró a principios de mes que a esta altura tendría resultados visibles, que viajaría a Washington cuando estuviera todo acordado, supuestamente para esta época, y que estaría asegurada la llegada de dólares frescos. Nada de eso ocurrió hasta el momento.

Desde el Ministerio de Economía aseguraron que miércoles pasado se haría un pago de US$1900 millones al FMI. Eso no ocurrió. Finalmente, fue el organismo de crédito el que confirmó que la Argentina unificaría todos los vencimientos de junio, por unos US$2700 millones, para fines de mes. Los motivos no fueron explicados, pero la falta de dólares en el Banco Central apremia. Hoy siguió perdiendo reservas.

Si el Gobierno paga el 30 de junio, será la primera vez en toda la gestión de Alberto Fernández que se use una parte de dólares propios para hacer un desembolso al FMI (ya que solo hay el DEG equivalentes a US$1600 millones), como apuntó la consultora 1816. La administración de los recursos que quedan en las arcas es otro de los principales desafíos de aquí a fin de año.

“Acordemos que no se cumplieron las metas del primer trimestre, ya estamos terminando el segundo trimestre, hay que hacer los pagos, los fondos no vienen, no hay una definición sobre el tema, se estaría negociando en teoría, pero mientras que eso se haga los plazos te van corriendo, las cuotas hay que pagarle, no tenemos con qué”, apuntó Christian Buteler, analista financiero.

Dólar

Otro tema clave es la contención del precio de la divisa estadounidense. El ministro ha evitado hacer un sinceramiento del tipo de cambio, con distintos artilugios de intervención en el mercado financiero a través de bonos, dólares y restricciones a la compra venta de instrumentos, entre otros. Algunos analistas apuntan que no quedan muchos más opciones.

Inflación

La inflación será uno de los males protagonistas de la campaña. Es otro de los frentes en los cuales Massa ha expuesto su poder político y sus ambiciones presidenciales. Si bien mayo resultó positivo desde la visión de Economía, con una muy modesta baja de 8,4% a 7,8% respecto de abril, y junio parece confirmar una tendencia de desaceleración, los especialistas ya alertan que el segundo semestre será complejo a medida que el escenario electoral se recaliente aún más.

Sergio Massa continúa en posesión de la lapicera para algunos puntos clave en la gestión económica, como la inyección de fondos para las carteras ministeriales. Solo si él lo aprueba se pueden realizar modificaciones presupuestarias, reasignaciones de partidas y aumentos de montos para programas y cajas de las distintas áreas de gobierno. En este punto, hay también otro desafío: Massa prometió al FMI cumplir con una meta de déficit fiscal de 1,9% respecto del PBI este año, proyecciones incumplidas en los primeros tres meses de 2023 y que parece menos tentadora de obedecer ante un mercado que se convence cada día más de que el 10 de diciembre se confirmará un cambio de signo político.

Mientras que Massa recalcula incentivos y herramientas, la oposición se pregunta cómo evolucionará la herencia económica que podría llegar a recibir en los próximos meses en caso de llegar al poder. Según distintas fuentes, son pocos los contactos entre el equipo del Palacio de Hacienda actual y los equipos de quienes podrían sucederlo en la próxima gestión.

MySocialGoodNews.com
Logo
Enable registration in settings - general
Shopping cart