Nadie asegura haberlo visto, pero algunos vecinos dicen haberlo escuchado. En la cuadra de la calle 141, entre la 521 y 522, donde reside Julio “Chocolate” Rigau y su familia, hay una quietud inusual. Si bien es un barrio residencial y relativamente humilde, el frente de la casa del puntero atrapado con $1.200.000 extraídos de tarjetas de débito de empleados de la Legislatura bonaerense solía tener movimiento de camionetas y visitantes. Hoy se respira una tensa calma. Nadie frena en la puerta de la casa. Hasta los propios habitantes de la casa eluden ingresar al domicilio, mientras el ojo público está atento a los pasos de “Chocolate”, que algunos temen que pueda fugarse.
Según el testimonio de dos vecinos, Rigau no apareció por el barrio el día que fue liberado. Aseguran haber oído su voz el sábado alrededor del mediodía. Desde ese entonces, nada. “Es un tipo ruidoso; grita; te das cuenta si está, desde ese momento no lo volví a escuchar”, comentó uno de los vecinos a LA NACION, en referencia al día en que el puntero peronista fue detenido en el cajero automático. Nadie se atrave a afirmar que “Chocolate” esté efectivamente en La Plata en estos momentos.
Quienes viven cerca de Rigau lo reconocen como un referente partidario desde hace años. Genera interés por sus manejos políticos. Los vecinos de Rigau aluden, también, a manejos de dinero por parte del puntero y a sus quejas por falta de fondos.
En la calle 141, al 1078, el frente de la vivienda, se promete una “copa de leche” en una suerte de merendero llamado “Una estrella”. En los carteles pegados en el vidrio se lee que funciona los martes y jueves de 17 a 18 horas. Los que viven alrededor dijeron que solo lo ven funcionar en ocasiones especiales, como el día del niño o Navidad, y en algunos fines de semana.
El papel principal del local, sin embargo, es ser el punto neurálgico de repartición de mercadería y alimentos para algunos vecinos del Barrio La Granja, en La Plata.
Sobre la vereda se encuentra estacionado un Peugeot 206 viejo. No parece funcionar, aunque por lo menos hasta inicios de enero de este año estuvo en la calle, de lo que da cuenta el registro de infracciones de la provincia de Buenos Aires. Es el auto que utilizaba Chocolate, según los vecinos. Al domicilio también frecuentaba una camioneta y una Kangoo blanca, que a veces despachaban comida y otras, cartelería para colgar en la calle, del Frente de Todos. Este trabajo lo hacían, de acuerdo con observadores, Rigau con sus hijos, Cristian y Gerardo y Maximiliano.
Cristian y Maximiliano son, además, empleados del Concejo Deliberante de La Plata. Según fuentes oficiales, está contratado dentro del bloque del Frente de Todos. Apuntan a Facundo Albini, exdirector de Control y Gestión de Secretaría Administrativa en la Cámara de Diputados de Buenos Aires y actual edil en el municipio. Sin embargo, otras fuentes dijeron que es posible que alguno de ellos se encuentre bajo la órbita de Guillermo Escudero, con quien tiene un enfrentamiento interno. Los Rigau militaron para Escudero, también. Por otra parte, todos tienen una relación laboral con la cámara baja bonaerense.
Este martes, tres mujeres -que fueron referidas como sus hijastra-, y una nieta rondaban el domicilio. Cuando detuvieron a Chocolate, secuestraron un papel escrito a mano con los nombres de los supuestos titulares de las tarjetas de débito. Figuran Carmen, Karina, Paula, Micaela, Cecilia y Lorena Valdata. También la pareja de una de ellas (Paula), Alex López. Llegaron caminando, pero decidieron seguir para eludir a la prensa.
Lo mismo ocurrió con uno de sus hijos, Maximiliano, que pasó por enfrente de la casa con una mujer en el asiento de acompañante y un perro, pero al percatarse de la presencia de la prensa, decidió evadir el lugar. De acuerdo con los vecinos, el grupo familiar también está compuesto por su mujer, que vive allí.
A un costado de la casa hay una puerta de madera que da a un pasillo. Atrás hay una habitación, pero todas las aberturas de la vivienda están tapadas por persianas, cortinas o cartones. En el corredor hay una moto negra, sin patente y dos perros tipo pitbull. Del otro lado se ubica un galpón agujereado. Al fondo de un sucucho hay unas decenas de cajas navideñas con la inscripción: “Felices fiestas. Gobierno de la provincia de Buenos Aires”, con el logo correspondiente.